Maqueda vs. Lorenzetti: Round 2 en la Corte Suprema
Juan Carlos Maqueda, ex miembro de la Corte Suprema de Justicia, volvió a la escena pública con declaraciones que generaron revuelo. En una entrevista, apuntó directamente contra Ricardo Lorenzetti, actual integrante del tribunal, a quien acusó de protagonizar una disputa interna por el poder administrativo. “La pelea está centrada en el tema administrativo […] Lo que hay es una disputa de la presidencia de la Corte, desde que Lorenzetti la perdió”, sentenció Maqueda. El ex juez recordó, con cierta ironía, que Lorenzetti no asistió a su despedida a pesar de haberlo «votado cuatro veces para la presidencia» del organismo.
Maqueda también se refirió a la reciente propuesta de Ariel Lijo para integrar la Corte, iniciativa que, según él, provino de Lorenzetti. Al respecto, el ex magistrado manifestó su desacuerdo, argumentando que la designación de jueces debe ser prerrogativa del Poder Ejecutivo y Legislativo, con prescindencia del Poder Judicial. «La Constitución ha querido que la designación de un juez de la Corte esté en manos del poder Ejecutivo y del Poder Legislativo. Y el Poder Judicial tiene que ser prescindente de este tema”, opinó.
Alerta autoritarismo: Maqueda enciende las alarmas sobre Milei
Más allá de las internas judiciales, Maqueda expresó su preocupación por lo que considera una tendencia global hacia el autoritarismo. En este contexto, señaló a Javier Milei como parte de este fenómeno, comparándolo con figuras como Viktor Orban en Hungría, Giorgia Meloni en Italia y Donald Trump en Estados Unidos. “A mí me preocupa seriamente, porque son el ejemplo clásico de quienes abordan las democracias y desde adentro tratan de desvirtuarla total y absolutamente”, afirmó.
El ex juez criticó específicamente el estilo de gobierno de Milei, cuestionando su aparente falta de respeto por el Congreso como órgano legislativo y su recurrencia a decretos de necesidad y urgencia. Si bien no lo calificó como un desvío grave, Maqueda advirtió sobre una «falta de calidad institucional» y un «lenguaje de descalificación» hacia quienes piensan diferente. «Con ese tema de la democracia hay que tener cuidado, porque todos los autoritarismos han empezado por las descalificaciones individuales o grupales», concluyó.
