Nazareno Colombo, el defensor que empezó flojo como un centro de Palermo a los 2 minutos del primer tiempo, terminó siendo la figura del partido, ¡un gambeteador nato como el Beto Alonso en sus mejores épocas! Una actuación de menor a mayor que nos dejó a todos con la boca abierta.
¿De Palermo a Alonso? La metamorfosis de Nazareno Colombo en la cancha
Arrancó con más dudas que certezas, Colombo. Como un enganche que se olvidó los botines de jugar y salió a la cancha con ojotas. Una salida en falso, pelotazos al mejor estilo "Patada y a cobrar" y distracciones en la marca que te hacían acordar al Bambino Veira dirigiendo a la Selección en el Mundial ’98. Parecía que la cosa pintaba fea, como un penal en contra en el minuto 90.
Pero che, ¿qué pasó después? El pibe se puso las pilas, transpiró la camiseta como si fuera la final de un Mundial contra Brasil. Empezó a anticipar con barridas que ni el mismísimo Ruggeri se animaba a tanto, se plantó en los duelos individuales como Mascherano en la final contra Alemania. Una muralla, papá. Un caudillo que se agrandó con el correr de los minutos.
De flojo a figura: El partido de Colombo que nadie esperaba
El cierre salvador que se mandó, ¡mama mía! Comparable a un gol de chilena en el último minuto. Un quite providencial que valió tres puntos, un desahogo para el equipo y la hinchada. De ser el centro de las críticas pasó a ser el héroe de la jornada. Un partido que demuestra que en el fútbol, como en la vida, todo puede cambiar en un segundo.
"Metió un cierre salvador que valió como un gol. Al principio del juego, tras una mala salida por bajo, empezó a recurrir en exceso al pelotazo. Comenzó con algunas distracciones en la marca. Fue de menor a mayor. Anticipó a los costados con barridas. En los duelos individuales se afirmó, aportó solvencia. "
Por [Nombre del periodista], para [Nombre del medio]
