Hormigas de terciopelo ultranegras: el misterio que inspira la tecnología

Redacción Cuyo News
7 min
Cortito y conciso:

Un entomólogo brasileño, Vinicius López, descubrió que la hormiga de terciopelo Traumatomutilla bifurca posee un color ultranegro, un fenómeno rarísimo en la naturaleza. Este hallazgo, publicado en el Belstein Journal of Nanotechnology, revela la nanoestructura que permite esta absorción de luz extrema y abre la puerta a innovaciones tecnológicas en campos como la óptica y la energía solar.

El misterio ultranegro de la hormiga de terciopelo: un hallazgo que ilumina la ciencia

Pocos se animan a estudiar a los mutílidos, esas criaturas fascinantes y frustrantes conocidas como hormigas de terciopelo. Un estudio clásico lo resume a la perfección: “Ninguna [especie de himenóptero] puede proporcionar más horas de fascinación y frustración que las hormigas de terciopelo”. Y es que, aunque su nombre sugiera otra cosa, estas «hormigas» son en realidad avispas disfrazadas, con una biología tan compleja como desconocida. De las 4693 especies, la información es limitada.

Su dimorfismo sexual extremo –hembras sin alas y machos con alas– complica la tarea de clasificación, llevando a menudo a confusiones taxonómicas. Sumado a esto, su comportamiento parasitario, depositando huevos en nidos de otros insectos, y su estilo de vida solitario las convierten en un desafío para los investigadores. Pero, como bien sabemos, donde hay desafío, hay pasión.

Vinicius López y el enigma de *Traumatomutilla bifurca*

Vinicius López, entomólogo de la Universidad Federal del Triángulo Minero de Brasil, encontró en estos misterios un irresistible atractivo. «Cuando estudias mutílidos, cada descubrimiento parece abrir más preguntas que respuestas. Esa sensación de misterio y el constante desafío de entenderlas es, para mí, absolutamente encantador”, confiesa a *El País*. En particular, una especie, la *Traumatomutilla bifurca*, capturó su atención por su peculiar coloración blanca y negra. Un encuentro fortuito en el Parque Nacional de Chapada dos Guimarães lo marcó para siempre: “En una expedición en el Parque Nacional de Chapada dos Guimarães, vi a esta especie caminando sobre arena clara y tuve la impresión de que las bandas blancas flotaban, como si las partes negras no existieran”, recuerda López.

Años después, la llegada de un espectrómetro a su laboratorio fue la clave para desentrañar este enigma. Al medir la luz reflejada por el negro de la cutícula de *T. bifurca*, descubrieron algo asombroso: reflejaba menos luz que el calibrador negro del propio espectrómetro. “El hallazgo nos confirmó que estábamos ante un fenómeno único, digno de estudio”, afirma el entomólogo.

El ultranegro: un color esquivo en la naturaleza

Lo que López y su equipo habían descubierto era un color ultranegro, una rareza que apenas se encuentra en la naturaleza, presente en animales como la araña pavo real, el ave del paraíso, la víbora del gabón o la mariposa zapatera griega. Cada uno de estos animales ha desarrollado este color de forma independiente, confiriéndoles ventajas evolutivas específicas: desde atraer parejas hasta camuflarse o confundir depredadores.

En el caso de *Traumatomutilla bifurca*, la función del ultranegro sigue siendo un misterio. Si bien no parece estar relacionado con el cortejo, podría ser una estrategia para evadir depredadores. Los mutílidos son conocidos por sus defensas: un exoesqueleto resistente, un aguijón venenoso y mimetismo mulleriano, compartiendo patrones de color con otras especies venenosas. Pero, ¿quiénes son sus depredadores? “Sigue siendo un misterio quiénes son sus depredadores naturales, lo que hace que estudiarlas sea aún más intrigante”, señala López.

Nanoingeniería y bioquímica en la cutícula de una hormiga

Pero no todo son preguntas sin respuesta. Gracias a técnicas avanzadas como la microscopía electrónica de barrido (SEM) y la microscopía electrónica de transmisión (TEM), López y su equipo lograron descifrar el mecanismo detrás de este color ultranegro. Los resultados, publicados en el *Belstein Journal of Nanotechnology*, revelan una compleja nanoestructura en la cutícula del insecto.

La superficie está cubierta por una densa capa de espinas que atrapan la luz, dirigiéndola hacia el interior. Debajo, una red tridimensional de láminas superpuestas aumenta aún más la absorción, haciendo que la luz rebote hasta ser absorbida por los pigmentos, probablemente melanina. «Se trata de una combinación perfecta entre nano ingeniería y bioquímica», destacan los investigadores.

Este descubrimiento no solo satisface la curiosidad científica, sino que abre un abanico de posibilidades tecnológicas. La ciencia ya ha logrado replicar estos mecanismos en laboratorios, utilizando nanotubos de carbono y estructuras similares. Según Stanislav Gorb, experto en materiales biomiméticos de la Universidad de Kiel, una de las aplicaciones más exitosas del ultranegro es en dispositivos ópticos, como microscopios y telescopios, donde reduce los reflejos internos, mejorando la calidad de las imágenes.

El Vantablack, uno de los materiales ultranegros más conocidos, se usó en el rastreador estelar del microsatélite Kent Ridge 1, optimizando su capacidad para monitorear la posición relativa a las estrellas en el espacio. Gorb también vislumbra un futuro prometedor para el ultranegro en paneles solares, garantizando que prácticamente toda la energía lumínica disponible sea capturada por las células fotovoltaicas, impulsando así el desarrollo de energías renovables más eficientes y sostenibles.

Quizás Vinicius López no pensaba en telescopios ni paneles solares cuando se maravilló con *T. bifurca*. Su motivación era simplemente comprender a estos enigmáticos insectos. Pero en la naturaleza, todo está conectado, y el secreto más oscuro de una hormiga puede ser la inspiración de un curioso primate que ha logrado conquistar el espacio.

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