Diego Maradona, un crack indiscutible, tuvo una relación tirante con la Champions League. El formato de la época y la mala suerte en los sorteos lo dejaron con las ganas. ¿Pudo haber ganado la Orejona? Un análisis de su paso fugaz por el torneo más importante de Europa.
La Champions, la cuenta pendiente del Diego
Diego Maradona le dio al fútbol muchísimo más de lo que el fútbol le dio a él, al menos en lo que respecta a las competencias internacionales de clubes. No solo nunca jugó la Copa Libertadores, sino que su romance con la Champions League fue corto y sin final feliz. Jugó apenas seis partidos en la élite europea, con eliminaciones tempranas que dejaron un sabor amargo. ¿Por qué Maradona casi no jugó la Champions?
Un formato antiguo y la mala suerte del sorteo
Para entender la historia, hay que remontarse al formato de la época. La actual Champions League se llamaba Copa de Clubes Campeones de Europa y era a eliminación directa, sin fase de grupos. Solo clasificaba el campeón de cada liga. Maradona ganó dos Scudettos con Napoli (86/87 y 89/90), por lo que participó en solo dos ediciones. Imaginen: con el formato actual, Diego habría jugado, como mínimo, ocho Champions. Encima, en Italia y España solo se permitían dos extranjeros por equipo. ¡Kempes, Ramón Díaz, Zico y Passarella ni la olieron!
En su primera Champions, al Napoli le tocó bailar con la más fea: el Real Madrid. El partido de ida, en un Bernabéu a puertas cerradas por incidentes previos (un cementerio, diría Diego), terminó 2-0 para los españoles. La vuelta, en un San Paolo a reventar, fue un 1-1 que sentenció la eliminación.
Dos goles, un penal convertido y una eliminación helada en Moscú
En su segunda Champions, el sorteo fue más amigable: el Újpest Dozsa de Hungría. El Napoli ganó 3-0 en la ida, con dos golazos de Maradona, incluyendo uno de pecho y volea que debería estar en todos los compilados. La vuelta fue un trámite: 2-0 y pasaje a octavos. Ahí esperaba el Spartak de Moscú.
La ida en Nápoles fue un 0-0. Para la vuelta, en Moscú, el Diego llegó tarde y con el equipo en crisis. La relación con el presidente del club estaba rota y las adicciones empezaban a pasar factura. Maradona viajó a último momento, incluso logró que le abrieran la Plaza Roja solo para él, una hazaña digna del 10.
El partido se jugó con la cancha nevada. Diego arrancó en el banco, con la 16 en la espalda (como en su debut en Argentinos). Entró en el segundo tiempo pero no pudo cambiar la historia. 0-0, alargue y penales. Diego convirtió el suyo, pero Baroni falló y el Napoli quedó afuera.
El final de una historia breve
Así terminó la historia de Maradona en la Champions: seis partidos, una serie ganada y dos eliminaciones dolorosas. Ganó la Copa UEFA en el 89, sí, pero la Orejona le quedó como la espina clavada que nunca pudo sacarse. ¿Habría cambiado la historia con otro formato? Difícil saberlo, pero una cosa es segura: el Diego dejó su huella, aunque sea con un puñado de partidos.

Los únicos dos goles de Maradona en la Champions

