River y Talleres se enfrentan por la Supercopa Internacional, un torneo efímero que está por desaparecer. Aprovechamos para recordar otros torneos bizarros del fútbol argentino que, aunque duraron poco, valen una estrella.
¿Una estrella es una estrella? River y Talleres juegan por una copa que ya se va
La final de River y Talleres en Asunción por la Supercopa Internacional, que en 2026 pasará a llamarse Supercopa LPF, nos hace acordar a la famosa frase del Bambino Veira: "la pelota no dobla". Es decir, que un gol es un gol, venga de donde venga. ¿Pero una estrella es una estrella sin importar el torneo? Este partido nos invita a reflexionar sobre la cantidad de torneos fugaces que ha tenido el fútbol argentino y sudamericano a lo largo de su historia, competencias que desaparecieron tan rápido como un centro de Eber Ludueña en un día de viento. Torneos olvidados, pero con títulos oficiales que, al final del día, suman una estrella más al palmarés.
Campeonatos bizarros que valen una estrella
No es cuestión de quitarle mérito a los clubes que ganaron estos torneos, ojo, sino de poner en contexto cómo se armaron estas competencias por parte de la AFA o la Conmebol. Acá va un repaso de algunos de los torneos oficiales más insólitos y efímeros que vimos por estas pampas:
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Copa Estímulo (1920 y 1926): Dos ediciones y chau. En la primera, Banfield se bajó de la final porque se cambió de liga. Huracán, campeón por abandono. La segunda, tres meses después, fue para Boca, que le ganó la final a Sportivo Balcarce, un club que hoy juega en la D… ¡si es que todavía existe!
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Copa de Oro Alejandro Watson Hutton (1936): Una rareza. River y San Lorenzo, campeones de cada rueda del torneo de ese año, se enfrentaron en una final por este trofeo. ¿Liga de un partido o copa? Los historiadores todavía lo debaten con la misma intensidad con la que Mostaza Merlo discutía con un árbitro.
- Copa de Confraternidad Escobar-Gerona (1941-1946): Para los subcampeones de Argentina y Uruguay. La idea era ida y vuelta, pero en las dos primeras ediciones solo se jugó la ida (¿para qué dos partidos si con uno alcanza?). En 1945, Boca y Nacional ganaron un partido cada uno… ¡y ambos fueron campeones! Digamos que el espíritu de la "confraternidad" se sintió a flor de piel.
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Copa Adrián Escobar (1939-1949): Partidos de 40 minutos, algunos equipos jugaban tres partidos en un día… imaginate el estado físico de los jugadores, dignos de Riquelme en sus últimos años en Boca. Si empataban, se definía por córners. ¡Un golazo de Palermo valía lo mismo que un córner que se iba a la tribuna!
- Copa Suecia (1958): Una sola edición, mientras la Selección jugaba el Mundial. Arrancó en abril y la final se jugó ¡en abril de 1960! Un torneo más largo que la novela de Avenida Brasil.
De la Copa Leoz a la Supercopa Internacional: el negocio es el negocio
La historia está llena de estos torneos relámpago: la Copa Masters de la Supercopa, la Copa de Oro Nicolás Leoz (¿se imaginan una Copa Chiqui Tapia?), la Suruga Bank (¿patrocinada por el Banco Francés? No, por un banco japonés… bah!). Hasta tuvimos la Copa del Bicentenario, en 2016, una sola edición entre Racing y Lanús, que se jugó en cancha de Racing porque… bueno, porque sí.
Y ahora, la Supercopa Internacional, un torneo que nació casi de rebote por un contrato con Abu Dhabi. ¿Se acuerdan de la final Boca-Racing del año pasado? Bueno, eso. En 2026 cambia de nombre, pero la esencia es la misma: un torneo que, aunque parezca un invento, vale una estrella. Al final, en el fútbol argentino, parece que cualquier excusa es buena para agregar un trofeo a la vitrina. Y si no, que lo diga el Beto Alonso… ¿o era Passarella? La cuestión es que todos suman.