Kicillof propone desarme y Sotelo, desde la Ciudad Eterna (Roma, no la de Caputo), lo tilda de «inútil». ¿Los chorros entregarán sus fierros? Parece joda. Mejor compren churros, total…
El plan: menos armas. La realidad, según Sotelo: ¡más armas! ¿Será que el gobernador bonaerense se olvidó del delivery de armas a domicilio? Digo, por las dudas.
Mientras tanto, Sotelo en Roma, rezando por la salud del Papa… y probablemente por la cordura de algunos políticos. Amén.
Sotelo vs. Kicillof: el debate por el desarme se enciende
El secretario de Culto de la Nación, Nahuel Sotelo, cuestionó con dureza el Plan Provincial de Desarme anunciado por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, durante su discurso ante la Asamblea Legislativa. «Pedazo de inútil. No le llega agua al tanque. Tan corto tenés que ser para creer que los delincuentes van a ir a dejar sus armas», expresó Sotelo en su cuenta de X.
El funcionario, quien se encuentra en Roma para seguir de cerca la salud del Papa Francisco, considera que la iniciativa es contraproducente y solo desalentaría a los «ciudadanos de bien». Para Sotelo, la medida impulsaría a la población a armarse en defensa propia ante la ineficacia del Estado en materia de seguridad.
¿Libre portación de armas en el horizonte?
Si bien Sotelo no lo explicitó, sus declaraciones se alinean con la postura de varios referentes libertarios que interpretaron el anuncio de Kicillof como un posible avance hacia la restricción de la portación de armas. Este tema, si bien recurrente en los debates internos del espacio liberal, nunca ha sido abordado públicamente por el gobierno nacional. El plan de desarme propuesto por Kicillof busca reducir la circulación de armas de fuego como una estrategia para combatir la inseguridad en la provincia de Buenos Aires.
El perfil de Nahuel Sotelo
Sotelo, un joven dirigente cercano a Javier Milei, asumió la Secretaría de Culto con una amplia trayectoria de diálogo interreligioso. Sus vínculos con la Iglesia Católica, así como con otras comunidades religiosas, se consolidaron a través de viajes al Vaticano y encuentros con el Papa Francisco. Su nombramiento en la Cancillería no sorprendió debido a su experiencia previa y su capacidad para tender puentes entre diferentes credos.