Borja, silbado al inicio del partido, tuvo una noche de redención agónica en el Monumental. El colombiano desperdició varias chances claras de gol pero el tanto salvador de Colidio lo salvó del escarnio público. Un partido para el infarto que dejó a los hinchas de River con las pulsaciones a mil.
Borja, del infierno al purgatorio: Silbidos, goles errados y un final a lo Palermo
La tarde en el Monumental fue una montaña rusa emocional, como diría Mostaza Merlo, y Miguel Borja lo vivió en carne propia. El colombiano arrancó el partido con silbidos que bajaban desde las tribunas, apuntado por la hinchada de River tras la final perdida contra Talleres. ¿La razón? Un rendimiento que venía en declive en este 2025.
Sin embargo, Borja, con la personalidad de un campeón de América, salió a la cancha a demostrar que la camiseta de River no le pesa. Mostró una movilidad digna de Caniggia en sus mejores épocas, generando peligro constante en el área rival. Participó en la creación de juego, asistió a sus compañeros y hasta se animó a gambetear como si fuera el mismísimo Beto Alonso.
El Coliseo Monumental y la noche que Borja no pudo con Durso
Pero el fútbol es un deporte cruel, y a veces, el arco se achica como la billetera a fin de mes. Borja tuvo una noche para el olvido en la definición. Desperdició chances claras, mano a mano con el arquero, remates desviados y hasta una que se fue por arriba del travesaño con el arco vacío. Durso, el arquero de Atlético Tucumán, se convirtió en su némesis, atajando todo lo que le tiraban. Parecía que el Coliseo Monumental se le venía encima al colombiano.
Miguel Angel Borja –
Las chances perdidas de Borja ante Atlético Tucumán
Colidio, el ángel de la guarda de Borja y el delirio Monumental
Cuando parecía que Borja se iba a ir masticando bronca, apareció Colidio en el minuto final para marcar el gol agónico del triunfo. El grito de gol retumbó en el Monumental, liberando la tensión acumulada y, de paso, salvando a Borja de una noche que pintaba para pesadilla. Una victoria sufrida, a lo River, que deja al equipo Millonario con la ilusión intacta.
Al final, Borja terminó aplaudido por la hinchada, reconociendo su esfuerzo y entrega. Un final feliz para una historia que tuvo todos los condimentos de un clásico del fútbol argentino.
_Por Pepe Argento para ._
