Alejandro Donatti, con la sinceridad de un Riquelme en conferencia de prensa, confesó que su paso por San Lorenzo lo dejó con depresión avanzada y que incluso pensó en «hacer una boludez». El defensor campeón con Racing comparó su experiencia con la del Morro García, y habló sobre la importancia de la salud mental en el fútbol.
Donatti y una confesión que retumba en Boedo: «En San Lorenzo tuve depresión avanzada»
El Flaco Donatti, aquel defensor central con más goles que delanteros en algunos equipos, se abrió como una medialuna caliente y contó lo mal que la pasó en su etapa en San Lorenzo. Sí, el mismo club del que es hincha. Una historia que pinta como un centro de Ortíz para el cabezazo de Palermo, pero que termina como un tiro libre de la Gata Fernández: con más rosca que dirección.
Llegó al Ciclón en 2020 con la ilusión de un pibe que debuta en Primera, pero entre la pandemia y un equipo que andaba más perdido que el Kun Agüero en un mapa, todo se fue al tacho. Donatti, en una charla con TNT Sports, confesó que la presión le empezó a jugar una mala pasada, al punto de sentir taquicardia cada vez que pasaba por la cancha de Vélez, como si fuera el fantasma del Bambino Veira reclamándole un pase.
«Después de mi etapa en San Lorenzo no quedé bien de la cabeza. Fui con mucha ilusión y al final las cosas salieron mal. Yo sabía cómo estaba el club cuando llegué”, declaró el ex zaguero. Y agregó: «Me empecé a dar cuenta que mi mujer siempre me decía que me veía mal y cuando iba al club, pasando la cancha de Vélez empezaba a darme como taquicardia. Tuve que llamar al psicólogo de San Lorenzo porque de verdad sentía mucho miedo. Hasta pensé en hacer una boludez en esa época».
La salud mental, un tema que pica como un remate de Messi
La confesión de Donatti llega en un momento donde la salud mental en el fútbol se discute más que el VAR en un penal dudoso. El recuerdo inevitable es el del Morro García, quien se quitó la vida en 2021 mientras luchaba contra la depresión y un conflicto con Godoy Cruz. «Cuando estás deprimido, se te traba la cabeza, no podés pensar en otra cosa», explicó Donatti, con la crudeza de un relato de Ruggeri.
Para colmo, la salida del club fue más turbulenta que un Superclásico con lluvia. Se fue peleado con la dirigencia, a la que luego demandó por casi un millón de dólares. Un final que deja a Donatti con una espina clavada más grande que la deuda de Independiente.
Su experiencia, sin embargo, sirve para poner sobre la mesa un tema que a veces se esconde bajo la alfombra: la presión, la ansiedad y la depresión en un ambiente tan exigente como el del fútbol profesional. Una historia que invita a la reflexión y que seguramente generará debate, como un gol con la mano en un Mundial.
