Argentina anda volando sin Messi, ¿y ahora qué hacemos con Leo? La Scaloneta goleó a Brasil y Uruguay sin el 10, jugando un fútbol champagne. ¿Es un lindo problema o un problemón? ¿Cómo encajar al mejor del mundo en un equipo que funciona como relojito suizo sin él?
Argentina sin Messi… ¿mejor que con Messi?
Después del baile que Argentina le dio a Brasil, una paliza de aquellas que ni el Bambino Veira se hubiera animado a soñar, y tras el paseo frente a Uruguay, la Scaloneta está en la estratósfera. Cinco goles a favor, uno en contra (y por un error propio, como si fuera un gol en contra de Ruggeri), clasificación al Mundial asegurada sin transpirar la camiseta y apariciones que ilusionan, como la de Almada y el Cholito Simeone. Todo esto… ¡sin Messi ni Lautaro!
El dilema del campeón: ¿dónde entra Leo?
Ahora bien, como dice el dicho, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista… ni alegría que no se transforme en duda existencial. ¿Qué hacemos con Messi? ¿Cómo lo metemos en este equipo que parece el Barcelona del Pep, pero con más garra? Ojo, acá nadie le está tirando piedras al capitán, al que nos trajo la tercera y nos hizo creer de nuevo en la magia del fútbol. Pero la realidad es que sin la Pulga, el equipo juega a otro ritmo, presiona como si le fuera la vida en ello y encima, lo demostró contra los dos rivales más bravos de la historia, como si fuera el Boca del Toto Lorenzo ganándole a River en el Monumental.
Claro, no tenemos esa zurda mágica que te pinta la Capilla Sixtina en un metro cuadrado, pero che, nos arreglamos bastante bien. Y acá es donde la cosa se pone picante, como un asado con chimichurri extra picante. Messi, con sus historias de Instagram aplaudiendo la goleada, seguramente debe estar contento por sus compañeros, pero también debe estar pensando… ¿y yo dónde entro acá? Es como si Bilardo volviera a dirigir y no supiera dónde poner a Maradona.
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El Mundial 2026: ¿el último baile de Leo?
Ni hablar que cuando vuelva, Messi va a ser titular. Es como si Riquelme volviera a Boca, ¿lo iban a dejar en el banco? Pero… ¿por cuánto tiempo? El Mundial 2026 está a la vuelta de la esquina (lástima que no es mañana mismo) y seguramente sea la última función de Leo con la celeste y blanca. La edad no perdona ni a los dioses del Olimpo futbolístico, y encima, Leo cambió la intensidad de Europa por la tranquilidad de la MLS, que es como pasar de jugar en la Bombonera a jugar un picado en el campito del barrio.
Lo bueno es que la era post Messi ya arrancó y no es el apocalipsis que imaginábamos. Es más, hasta parece que nos liberamos de una mochila pesada, como la que cargaba el Burrito Ortega cuando lo comparaban con Maradona. Podemos disfrutar de la magia de Leo un ratito más, pero el futuro ya llegó y pinta bastante bien, como un enganche gambeteador de los de antes.
