Declaraciones del médico que realizó la autopsia a Maradona complican la situación del cuerpo médico que lo atendía. Se reveló que el Diez murió en agonía y con varios órganos con un peso superior al normal, indicando una posible negligencia.
La autopsia de Maradona: una crónica de lo que no se vio venir
Una nueva jornada en el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona dejó a todos con la boca abierta. El testimonio de Carlos Casinelli, el médico que le hizo la autopsia al astro del fútbol, pintó un panorama más oscuro que cancha de Boca sin luz. No solo confirmó que el Diez murió «en agonía», sino que además reveló detalles que, como diría Mostaza Merlo, «son de manual»: el corazón de Diego pesaba más del doble de lo normal, con coágulos que son un claro indicio de sufrimiento previo al fallecimiento. Para ser más gráficos, imaginen el corazón del Diego como si fuera un arquero tapando penales todo el partido: agotado y con más golpes que el Chavo del 8.
El peso de la verdad: órganos que hablan por sí solos
Casinelli, con la precisión de un cirujano y la frialdad de un goleador definiendo en un mano a mano, detalló que el corazón de Maradona pesaba 503 gramos, “el doble de un peso normal”, como si la vida le hubiera exigido el doble de esfuerzo. Pero no solo el corazón estaba sobrecargado: pulmones e incluso los riñones también estaban agrandados. Una situación que a Davo Xeneize lo haría agarrar la guitarra y cantar un tango bien triste.
Y como si fuera poco, el médico describió el lugar donde falleció Diego como «una habitación tabicada, oscura… con un inodoro portátil». Vamos, que parecía más un entrenamiento de Rocky Balboa en Siberia que una internación domiciliaria como la gente. «No me pareció un lugar adecuado», sentenció Casinelli, con una cara que seguro era un poema. ¿Se imaginan a Bilardo dirigiendo una internación en ese lugar? ¡Ni en pedo!

La hora de la verdad: una reconstrucción minuto a minuto
El equipo forense, cual Sherlock Holmes criollo, reconstruyó la escena. La deshidratación del cuerpo, la rigidez… todo indicaba que la muerte habría ocurrido entre las 10:30 y las 12 del mediodía. «Teníamos deshidratación, nos habla de una data de muerte de aproximadamente seis horas”, declararon. O sea, como si el cuerpo del Diego hubiera jugado un partido entero bajo el sol de Qatar sin tomar ni un trago de agua.

Pero el detalle que dejó a todos pensando fue la cantidad de líquido en el abdomen de Maradona: más de tres litros. Casinelli fue contundente: «Esto, fácil, tiene como mínimo 10 días». Traducido al idioma futbolero: es como si a un jugador lo hubieran infiltrado diez veces antes de un partido importante. Una situación que deja más preguntas que respuestas y que seguramente generará un debate más caliente que clásico de Avellaneda. «en el abdomen, en las dos pleuras y en el corazón no es normal, no se forma en un día o en una hora«.
