García-Mansilla: el candidato a la Corte que duró menos que un pancho en la puerta de una cancha.
Entre el rechazo del Senado, la cautelar de Ramos Padilla y la «suelta de mano» del Gobierno, su paso por el máximo tribunal fue más fugaz que un romance de verano.
¿Habrá usado la toga aunque sea para una selfie?
Milei busca nuevo integrante para la Corte: se requieren nervios de acero, paciencia de monje tibetano y un abogado que no le tema a las cautelares.
García-Mansilla renuncia a la Corte Suprema tras rechazo del Senado y cautelar judicial
Después de que el Senado rechazara su pliego para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y sin apoyo en el mundo judicial, Manuel García-Mansilla presentó su renuncia al cargo en el que había sido designado en comisión por el presidente Javier Milei. Pesaba sobre él una cautelar del juez Alejo Ramos Padilla que le impedía tomar decisiones en el Tribunal durante tres meses.
A pesar de los intentos iniciales del Gobierno para que continuara en el cargo, García-Mansilla decidió dimitir. «Si renuncia es un tema personal de él», había declarado un funcionario, evidenciando el cambio de postura del Ejecutivo. Previamente, el Gobierno había presentado un *per saltum* para que la Corte tratara la cautelar de Ramos Padilla, aunque aclarando que lo hacía en defensa de la constitucionalidad del nombramiento, no del juez.
Las razones de una renuncia anunciada
En una carta de siete páginas dirigida a Milei, García-Mansilla explicó su decisión. Argumentó que aceptó el nombramiento debido a la «grave situación institucional» generada por la falta de integración de la Corte, que funcionaba con solo tres miembros desde diciembre de 2024. Criticó la «naturalización» de la vacante y la «errónea» creencia de que el Tribunal puede funcionar con tres jueces, lo que a su juicio representa «un riesgo evidente de parálisis».
García-Mansilla defendió la necesidad de su nombramiento para evitar dicha parálisis y aseguró que asumir la responsabilidad, «pese a las críticas injustas e interesadas», era lo correcto.
La polémica designación en comisión y la defensa de García-Mansilla
El ex candidato a la Corte desmintió haber faltado a su palabra al jurar en comisión, acusación que algunos senadores utilizaron para justificar su rechazo basándose en una supuesta «falta de idoneidad moral». García-Mansilla denunció una «tergiversación intencional» de sus declaraciones previas y afirmó que nunca se comprometió a no aceptar un nombramiento en comisión, sin importar el contexto. «Nunca asumí ante los senadores presentes ese día un compromiso de no aceptar un nombramiento en comisión, sin importar el contexto en que se diera», sentenció.