Tras la polémica cancelación navideña, el gobierno español anuncia un nuevo plan de ayudas para la investigación en IA, ahora con 31 millones ampliables a 36. La iniciativa busca enmendar errores pasados, aunque obliga a los científicos a recalcular sus propuestas. Además, se lanza el programa ATRAE con 45 millones para atraer talento investigador internacional, con la mira puesta en aquellos «despreciados» por otras administraciones.
El gobierno español, tras un papelón digno de recordar, desempolva su plan para la investigación en Inteligencia Artificial (IA). Después de darles un baldazo de agua fría a los científicos en plenas fiestas, la ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant, anunció en el Consejo de Ministros un nuevo programa de ayudas que, según dicen, viene a subsanar el fiasco anterior. ¿Será que aprendieron la lección o simplemente están tratando de tapar el agujero?
El nuevo plan, que promete una inversión de «31 millones ampliable hasta los 36 millones», busca reactivar la investigación en IA tras la cancelación de la propuesta original. La convocatoria se abrirá en mayo, pero ya anticipan que los científicos tendrán que laburar de nuevo en sus proyectos. ¿La razón? Cambios en la gestión de los fondos.
Inicialmente, las propuestas debían coordinarse entre varias universidades o centros de investigación. Ahora, cada entidad recibirá la financiación directamente, lo que, según el Ministerio, «facilitará una ejecución más flexible». La duración de los proyectos se extenderá de dos a tres o cuatro años, manteniendo la cuantía máxima en 2 millones por proyecto. La Agencia Estatal de Investigación será la encargada de gestionar los fondos.
## ¿Borrón y cuenta nueva?
Estos cambios obligarán a los científicos a rehacer al menos una parte de sus propuestas, un esfuerzo que ya habían realizado en 2023. A pesar de esto, el Ministerio asegura que «se mantienen las mismas áreas temáticas prioritarias y objetivos, lo que va a permitir a los solicitantes de la convocatoria anterior aprovechar el trabajo realizado». Habrá que ver si la realidad se ajusta a la promesa.
El gobierno ha decidido no revelar quiénes habían resultado ganadores en la convocatoria anterior, lo que genera suspicacias. ¿Qué temen mostrar? Las ayudas estarán disponibles para centros públicos y privados sin ánimo de lucro que tengan actividad I+D.
«Es una apuesta sin precedentes por la investigación y por la universidad», lanzó Morant, intentando dejar atrás la polémica. La ministra insiste en que el objetivo es «la formación y consolidación de un nuevo talento investigador muy especializado en IA para asegurar que España lidere junto a Europa el desarrollo de una IA ética y confiable». Palabras grandilocuentes que contrastan con los tropiezos del pasado.
## La polémica cancelación del 2024
Recordemos que la comunidad científica no entendió nunca los motivos de la supresión del proyecto anterior. Morant lo atribuyó a retrasos administrativos que complicaban el cumplimiento de plazos. «Ha habido ciertos problemas internos que no nos han permitido resolver esta convocatoria cuando nos hubiera gustado», justificó la ministra.
La explicación inicial del gobierno en diciembre de 2024 se limitó a «circunstancias sobrevenidas», sin entrar en detalles. Aquella decisión provocó indignación entre los investigadores, quienes habían previsto que parte de la financiación de sus grupos provendría de ese plan. «La falta de explicaciones convincentes y la referencia a ‘circunstancias sobrevenidas’ resultan inaceptables y sumamente irresponsables», denunciaron los afectados en una carta.
## Atrae: cazando cerebros por el mundo
En un intento por lavar la imagen, Morant también anunció la tercera convocatoria del Programa ATRAE, dotado con 45 millones de euros. Este plan, que «se inició en 2023 para captar nuevos científicos o retornar científicos de nuestro país líderes internaciones para que desarrollen en España sus proyectos», busca atraer talento investigador consolidado y de prestigio internacional.
El objetivo, según la ministra, es facilitar la incorporación de investigadores que hayan desarrollado un periodo relevante de su actividad profesional en el extranjero, con un «foco muy especial en los investigadores en EE UU y que están siendo despreciados por la administración». ¿Será que ven una oportunidad en la fuga de cerebros de otros países?