Dibu Martínez, con el pelo pintado de celeste y blanco como en el Maracaná, fue recibido en París con silbidos, insultos y un cántico poco amigable. Para colmo, Doué, que había anticipado «sed de venganza», metió un golazo de otro partido.
Dibu, el Parque de los Príncipes y una recepción a puro tango (del que no me gusta)
El Parque de los Príncipes se vistió de gala, pero no para recibir al Dibu Martínez con bombos y platillos, precisamente. En la previa del partido entre Aston Villa y PSG por Champions League, el arquero argentino, luciendo un look capilar a lo Batistuta en el Maracaná, fue recibido por la hinchada local con una sinfonía de silbidos e insultos que ni el mismísimo Mostaza Merlo hubiera podido dirigir.
«Martínez hijo de p…», el hit del verano (europeo)
Ni bien el Dibu asomó la cabeza por el túnel, la hinchada parisina, que evidentemente no se olvidó del papel de villano que el arquero jugó en la final de Qatar (para ellos, claro), lo recibió con un cántico que, aunque no llegó a los charts, seguro se coreó en más de un bar francés: “Martínez hijo de p…”. El marplatense, con la misma tranquilidad que ataja un penal en el minuto 90, respondió con una sonrisa irónica que hubiera hecho sonrojar al mismísimo Bilardo.
La venganza de Doué: un golazo que ni el Goyco del 90 hubiera sacado
El partido empezó y el Dibu, como siempre, enchufadísimo. Atajó un par de pelotas con la seguridad de un Fillol en sus mejores épocas. Pero a los pocos minutos, apareció Desiré Doué, el pibito del PSG que había prometido “sed de venganza” contra el argentino. Y vaya si se la cobró: clavó un zapallazo que se colgó del ángulo, un golazo que ni cuatro arqueros juntos hubieran podido detener. Un gol a lo Palermo, pero sin rebote. Después, Kvaratskhelia y Nuno Mendes se sumaron a la fiesta y el PSG terminó ganando 3 a 1. ¿Habrá revancha en Villa Park? El Dibu, como buen gladiador, seguro que no se dará por vencido así nomás.
El detalle (no tan) sutil del Dibu: la gorra que incendió las redes
Como si los insultos no fueran suficientes, el Dibu llegó a Francia con una gorra que encendió la polémica: un diseño con los cuatro títulos de la Selección Argentina y el Sol de Mayo bien grande. ¿Un mensaje subliminal para los franceses? ¿Un palito a lo Ruggeri en el túnel? Saquen sus propias conclusiones…
