¿Protocolo antipiquetes? ¡Ja! El vallado del Congreso parecía la muralla china, pero ni eso detuvo la marea humana de la CGT, las CTA y otras yerbas. Los jubilados, que suelen tener su propio espacio, fueron amablemente corridos por las fuerzas del orden para que los muchachos con bombos y platillos hicieran su show.
¿Y los colectiveros? Ni noticias. Parece que el paro general del jueves será un asunto para valientes… o para los que tienen auto. Mientras tanto, los sindicalistas, cual estrellas de rock, se limitaron a observar desde el palco VIP cómo los jubilados pedían un aumento que les permita comprar algo más que arroz y fideos.
Patricia Bullrich, ni lerda ni perezosa, desplegó un operativo de seguridad digno de una invasión extraterrestre. ¿El resultado? Calles cortadas, caos vehicular y la sensación de que el protocolo antipiquetes se quedó en casa con anginas. Eso sí, los manifestantes, cual ejército disciplinado, se retiraron sin causar mayores destrozos. Al menos esta vez.
Una marea humana en el centro porteño: la previa del paro general
La CGT, junto a las dos CTA, organizaciones de izquierda y movimientos sociales, protagonizó una multitudinaria movilización este miércoles en la Plaza de los Dos Congresos. El objetivo principal fue acompañar el reclamo histórico de los jubilados por una recomposición de sus haberes, pero la marcha también sirvió como una demostración de fuerza en la víspera del paro general convocado para el jueves, al cual el sector de transporte de colectivos no adhirió.
Un Congreso blindado y la ausencia de los colectiveros
A pesar de la anunciada aplicación del protocolo antipiquetes por parte del Ministerio de Seguridad, el perímetro del Congreso fue fuertemente vallado, impidiendo el acceso a la tradicional concentración de jubilados frente al Anexo de la Cámara de Diputados. Las columnas de manifestantes, provenientes de diversos gremios y organizaciones, coparon las calles aledañas al Congreso, generando importantes cortes de tránsito. La contundente presencia de manifestantes evidenció el descontento generalizado, especialmente en el contexto del paro general convocado para el día siguiente, al cual, sin embargo, los colectiveros no se sumaron.
Reclamos, discursos y un operativo de seguridad cuestionado
Entre las organizaciones presentes, destacaron la UOCRA, UPCN y Sanidad, con una participación masiva. Andrés Rodríguez, titular de UPCN y secretario adjunto de la CGT, criticó la situación de los jubilados que cobran la mínima y cuestionó la política económica del gobierno, señalando despidos y falta de homologación de convenios. Rodríguez también cuestionó el fuerte operativo de seguridad desplegado, considerándolo innecesario y un gasto de recursos. Mientras tanto, los líderes sindicales se mantuvieron al margen de los discursos, dejando el protagonismo a los jubilados y sus reclamos. La jornada transcurrió sin incidentes mayores, con una desconcentración rápida y pacífica al finalizar la lectura de las proclamas.