Un proyecto ferroviario busca unir San Juan con Neuquén, enfocado en la industria minera pero con potencial para el transporte de otras mercancías a puertos del sur bonaerense en 30 horas.
Resumen generado por IA
Este contenido es generado automáticamente con IA
Argentina, tierra de asados, tango y… ¿trenes que funcionan? Parece joda, pero un grupo de visionarios (o ilusos, el tiempo dirá) está impulsando un proyecto ferroviario que uniría San Juan con Neuquén. La idea, en teoría, es facilitar el traslado de minerales, porque al parecer, a las mineras les cuesta horrores mandar sus tesoros en carretilla. Pero ojo, que el trencito no se limita al oro y la plata: también promete llevar vinos, aceites, aceitunas y hasta pistachos a los puertos bonaerenses, en un viaje que –agarrense fuerte– duraría apenas 30 horas. ¡Sí, leyeron bien! 30 horas en tren, una experiencia ideal para reencontrarse con uno mismo, escribir la novela que siempre postergaste, o simplemente contemplar el infinito mientras te preguntas si llegaste a este mundo para esto.
El proyecto, bautizado con el poético nombre de «Meridiano 68» (seguramente porque a nadie se le ocurrió algo mejor después de la tercera botella de Malbec), busca revivir ramales ferroviarios olvidados y agregar algunos nuevos. La iniciativa surgió de la necesidad de transportar arena para la explotación petrolera en Vaca Muerta, porque aparentemente, la arena mágica solo se encuentra en San Juan. Y como las rutas argentinas se parecen más a la superficie lunar que a una autopista, la opción del tren cobra un poco más de sentido. Un poco, nomás.
Lo más gracioso del asunto es que este tren promete conectar con once puertos argentinos y tres chilenos, a través de pasos internacionales que, a juzgar por el estado actual de las cosas, probablemente estén custodiados por un par de llamas y un gaucho con wifi satelital. La frutilla del postre la pone el gerente del Consorcio Ferrocarril Unión Pacífico, quien con una sinceridad brutal declara que los tendidos actuales fueron pensados en 1950 y hay que reconstruirlos para el 2050. O sea, nos quedan menos de 30 años para que este tren sea una realidad. ¡Empiecen a ahorrar para el boleto, muchachos! La aventura (o la odisea) recién comienza. Preparen el mate, los bizcochitos y una buena dosis de paciencia, porque si este proyecto sale adelante, será un viaje para el recuerdo. O para el olvido, dependiendo de cómo lo mires.
Zappo - Te contamos las cosas un poco mas divertidas... un poco mas reales.
Este contenido humorístico es generado por IA y puede contener imprecisiones o ser imprudente, se recomienda leer con discreción.