¿Paro exitoso o fracaso rotundo? La CGT y el Gobierno se trenzan en una batalla de relatos épicos que haría sonrojar hasta a Homero. Mientras los sindicalistas festejan un supuesto «éxito rotundo», desde la Rosada lo tildan de fracaso obra de la «casta sindical kirchnerista».
¿Y la gente? Bueno, algunos laburaron, otros no. Los colectivos, cual barco fantasma, iban bastante vacíos, según la CGT. En Vaca Muerta, al parecer, hasta las vacas pararon. En resumen, un día normal en la Argentina.
CGT vs. Gobierno: ¿Quién tiene razón sobre el paro nacional?
La Confederación General del Trabajo (CGT) calificó el paro nacional del jueves y la movilización del miércoles como un «éxito rotundo», criticando duramente las políticas económicas del gobierno de Javier Milei. En una conferencia de prensa, Héctor Daer, cosecretario de la central obrera, destacó la adhesión al paro en «todos los sectores industriales, transporte y servicios», asegurando que «el movimiento lleva adelante una agenda clara para que se cambien las políticas de ingreso».
El Gobierno, por su parte, minimizó el impacto del paro, calificándolo de «fracaso» y atribuyéndolo a la «casta sindical kirchnerista». En un comunicado oficial, se sostuvo que «este es el paro de la casta sindical kirchnerista de los Moyano, que por tercera vez deja sin trabajar a millones de argentinos». Señalaron la actividad normal en comercios, empresas de servicios y el funcionamiento del transporte público como evidencia de la poca adhesión a la medida de fuerza.
Duelo de Discursos: Ajuste vs. Casta
Daer remarcó la «gravedad del ajuste» que, según la CGT, recae sobre las economías regionales, la obra pública, las provincias y, especialmente, sobre los jubilados y pensionados. Rechazó la idea de «precios libres y salarios pisados» y cuestionó la presión ejercida sobre los trabajadores para no adherir al paro, poniendo como ejemplo la paralización de Vaca Muerta.
El sindicalista rechazó el término «casta» para referirse al movimiento obrero, afirmando que «Argentina no es un país de castas. Acá somos todos iguales ante la ley». Propuso, en cambio, la clásica dicotomía entre «oligarquía y trabajadores» como marco para el debate social.