García Cuerva canalizó su Jesús interior lavando pies en Villa Soldati. ¿Performance artística o genuino acto de fe? El jurado (Twitter) aún delibera. Jubilados con pies limpios, ¿un milagro de Jueves Santo o estrategia electoral encubierta?
El Arzobispo aclaró: «No es política, che, es amor». Y pidió jubilaciones dignas. ¿Casualidad? No lo creo (guiño, guiño). Mientras tanto, en la mesa de Jesús (¿redonda o con caballetes?) hay lugar para todos… menos para los que llegan tarde a la misa, supongo.
¿Será que García Cuerva busca la bendición del voto jubilado? La política y la religión, un matrimonio más viejo que Matusalén. Amén.
García Cuerva lava los pies a jubilados y pide por una «jubilación digna»
En un emotivo acto realizado en la parroquia Inmaculada Concepción de Villa Soldati, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, lavó los pies a doce jubilados, recreando el gesto de Jesús en la Última Cena. Frente a una multitud de fieles, García Cuerva explicó que el acto simbolizaba afecto, reconocimiento y acompañamiento a los adultos mayores, desestimando cualquier connotación política. “No por oportunismo político, porque eso no nos interesa como Iglesia, nosotros queremos que tengan una vida digna, nosotros queremos que tengan una jubilación digna”, expresó el arzobispo.
Un llamado a la memoria y la inclusión
El prelado citó al Papa Francisco, recordando que «un pueblo que olvida sus raíces no tiene futuro» y enfatizó la necesidad de cuidar a los abuelos y jubilados, «aquellos que construyeron nuestra patria». En su homilía, García Cuerva abogó por una sociedad inclusiva, donde todos tengan un lugar en la «mesa» nacional, aludiendo a la Última Cena como un modelo de unidad y fraternidad. “En la mesa de Jesús todos tienen un lugar; Jesús no deja afuera a los que piensan distinto”, afirmó.
La importancia de la unidad
Utilizando la metáfora de las mesas redondas y las mesas con caballetes, García Cuerva ilustró la importancia de la cercanía y la inclusión. «En las mesas redondas cuando alguien falta nos damos cuenta rápido», explicó, abogando por una sociedad atenta a las necesidades de todos sus miembros, especialmente de los más vulnerables. Reforzando su mensaje, el arzobispo concluyó: “Hoy que vamos a lavar los pies a nuestros abuelos, a nuestros jubilados, ellos también tienen que sentarse a la mesa de todos, ellos también tienen que tener un lugar”.