De guardavidas a DT: Mariano Charlier, el rescatista de Aldosivi

Redacción Cuyo News
7 min
Cortito y conciso:

Mariano Charlier, el nuevo DT de Aldosivi, con pasado de guardavidas, habla sobre su triple vida: docencia, salvatajes y el fútbol. Su llegada al Tiburón, la relación con los jugadores y sus sueños para el futuro del club.

El Charlier que labura como hormiga: de guardavidas a DT de Aldosivi

“Vengo desde abajo, todo me lo gané laburando”, dice Mariano Charlier. Y no es chamuyo. Antes de intentar reflotar a Aldosivi, el tipo rescataba gente del mar embravecido marplatense, como un Mostaza Merlo de las olas. Profe de gimnasia y técnico, un tipo que sabe que para salvar a alguien hay que meterse, no alcanza con mirar de afuera como el VAR.

Agarró a Aldosivi con el barco haciendo agua por todos lados, pero no arrugó: se lo puso al hombro como si fuera la Copa del Mundo. Pasó de interino a titular, por el apoyo del plantel y por los resultados. “Los jugadores se acercaron a preguntarnos si queríamos seguir y hablaron con los dirigentes”, tiró.

Con el silbato en el cuello y los ojos en el mar: el guardavidas

En verano, su hábitat natural es la playa. Hoy está al frente del equipo, pero su corazón late al ritmo del fútbol y el sonido de las olas. Porque antes no estaba en el banco, sino en la Popular 5, a metros de la Bristol, palpitando cada partido como un hincha más.

-¿Además de ser técnico y docente, también trabajás como guardavidas, no? -le preguntó este cronista.

-Sí, también soy guardavidas. Es como una triple profesión: técnico, docente y esto. Como no llegué a ser jugador profesional, tenía que morfar, lógicamente. Lo de guardavidas arrancó porque de pibe siempre me gustó la playa, pero pensaba que no iba a poder hacer el curso porque jugaba al fútbol y era jodido. A los 21 me quebré la tibia y el peroné por segunda vez, dejé de jugar y me mandé a hacerlo. Por suerte laburé enseguida, cosa que en Mardel no es fácil porque hay una banda de pibes que quieren ese laburo. Así empecé a combinar: técnico en invierno, guardavidas en verano. Hay meses que se mezclan las cosas y hay que hacer magia, pedir que te cubran o rajarte un rato antes. Hasta este verano seguí con la doble función. Veremos si se puede seguir.

-¿Rescataste mucha gente? ¿Hubo alguno que te haya quedado grabado?

-Sí, muchos. Sobre todo en días que el mar está picado, como la Bombonera cuando juega Boca. A veces tenés que tirarte al agua 8 o 10 veces. Algunos rescates son tranqui, otros te llevan más tiempo. Siempre es laburo en equipo, acá no hay un Aquaman que hace todo solo, es parecido al fútbol. Uno que me quedó grabado fue un salvataje múltiple de una familia. Yo quedé con dos hermanitas, mi compañero con el padre y otro con otro. Un ratito estuve con las dos nenas solas en el agua. No fue mucho tiempo, pero fue intenso, como un clásico. Después, por suerte, salió todo bien.

Con la camiseta de Independiente de Mar del Plata.
Con las juveniles. (Prensa Aldosivi)
Foto: Prensa Aldosivi
Foto: Prensa Aldosivi

-¿Y ahora que este año es distinto, te imaginás haciendo un lugar para volver a la playa?

-Si sigo en el fútbol profesional, lo veo difícil. Ya me costaba mucho en los últimos años, incluso coordinando, porque el club te demanda mucho. Mis compañeros me decían: "Así no vivís", porque estaba en la playa y a la vez contestando mensajes del club. Ya no se puede compatibilizar. Estuve muchos años en el turno mañana, que es más tranquilo, pero cuando volví al club, que entrenamos a la mañana con juveniles, pasé al turno tarde. Una locura de gente, sobre todo turistas, que no conocen el mar. No entienden que hay corrientes, que el agua no es siempre igual. Hay que estar re atento. Es exigente pero también está bueno.

El Tiburón y la idea de juego: ¿a lo Bielsa o a lo Guardiola?

Hizo todas las inferiores en Independiente de Mar del Plata hasta llegar a Primera. Al terminar el secundario, arrancó el profesorado de Educación Física y empezó a dirigir en su club. Y desde entonces no paró.

-¿Cómo llegaste a Aldosivi?

-Tuve dos etapas en Aldosivi. La primera fue de 2005 a 2010, dirigiendo las juveniles de AFA. Después me fui a Unión de Mar del Plata como ayudante en el Argentino A. Tras dos años, volví a Independiente y en 2021 regresé a Aldosivi. En esa segunda etapa, dirigí la Quinta de AFA. A mediados de 2022 termina la gestión anterior y, junto con Diego Villar, tomamos la coordinación del fútbol juvenil. Después me tocó agarrar la Reserva, y este año, con el ascenso, se dio mi quinto interinato en Aldosivi.

-¿Y ahora, al estar en primera, pensás más a futuro? ¿Con qué soñás?

-Volví al club con 44 años y con la idea de ver si el fútbol me podía llevar a algo más. Estaba cómodo en mi vida, pero quería probar. Me decían: “¿Por qué no agarrás un representante?”. Pero no es fácil si nadie te conoce. Ahora me están pasando cosas. Estoy dispuesto a seguir hasta donde el fútbol me lleve. Estoy en un buen momento: mis hijos ya están grandes, tienen su vida. Así que vamos por más. No le tengo miedo al éxito.

– Si mirás para atrás, ¿qué sentís de este camino?

-Es lindo, porque arranqué de abajo. Y siento que todo esto me lo dio el laburo, no un apellido, ni ser hijo de. Me lo gané yo. Que gente con trayectoria te diga: “Che, Mariano, me gusta cómo laburas”, te infla el pecho. Eso no es moneda corriente.

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