El Papa Francisco, el hincha de San Lorenzo que llegó al Vaticano.

Redacción Cuyo News
5 min
Cortito y conciso:

El mundo llora la partida del Papa Francisco, un reconocido hincha de San Lorenzo. Su fallecimiento conmocionó al club y al mundo del fútbol. El artículo repasa su profunda conexión con el Ciclón, desde su infancia en Flores hasta su llegada al Vaticano.

El adiós al Papa cuervo: Francisco, el hincha número uno de San Lorenzo

La noticia pegó como un planchazo de Ruggeri en el área: falleció el Papa Francisco. Y sí, más allá de su investidura, para muchos era simplemente Jorge, el pibe de Flores que pateó potreros y se hizo cuervo de alma. Un fanático más del Ciclón, como si hubiera salido de la popular del Gasómetro, pero con la responsabilidad de guiar a la Iglesia Católica.

De Boedo al Vaticano: una pasión azulgrana

Mucho antes de la sotana y el Vaticano, Jorge Bergoglio respiró el aire de Boedo. En su corazón, latía fuerte el azulgrana, alimentado por las hazañas del Terceto de Oro, esos próceres cuerveros que dejaron la vara bien alta. Y aunque el destino lo llevó lejos de casa, la pasión por San Lorenzo nunca se diluyó. Siempre estuvo presente, como un gambeta endiablada de Ortega que descoloca a cualquier defensa.

“Un día muy triste la verdad, hemos amanecido aquí con la triste noticia de que el Papa había fallecido, un confeso hincha de San Lorenzo que siempre nos seguía y nos mandaba saludos… Una noticia inesperada, sabíamos que su estado de salud no era el mejor, pero despertarte hoy con la noticia ha sido un golpe muy duro por todo lo que él representaba para nosotros”, declaró Iker Muniain, capitán del Athletic de Bilbao, con una tristeza que se le notaba hasta en el bigote. Un testimonio que refleja el sentir de muchos.

Bergoglio, el hincha que llegó a Papa, inauguró la capilla en la Ciudad Deportiva del Ciclón, un lugar sagrado para los cuervos. Y cuenta la leyenda, aunque no está confirmado si es como el relato de Fantino con Bilardo, que hasta el Coco Basile, con su fama de poco religioso, alguna vez le pidió que se retirara del vestuario, sin saber que ese cura se convertiría en el Sumo Pontífice. ¿Será verdad? En el fútbol, como en la vida, las historias se agrandan con el tiempo. Lo que sí es cierto es que Dios perdona todo, hasta los pecados futboleros más graves.

Francisco: el socio 88.235 que pagaba su cuota desde Roma

El museo del Vaticano guarda camisetas azulgranas, los guantes de Torrico, réplicas de trofeos y su carnet de socio, el número 88.235. Un número que, como una jugada del destino, encierra una coincidencia escalofriante: su edad, el número del Papa en la quiniela, y el horario de su fallecimiento. Un hincha cabal, que pagaba religiosamente su cuota desde Roma, sin aceptar regalos ni privilegios. Como el mejor delantero, Francisco siempre fue fiel a sus colores.

Bergoglio dando la comunión

Tinelli, Buffarini y Lammens con el Papa

Moretti con el Papa en el Vaticano

San Lorenzo de luto: misa, homenaje y el deseo de siempre…

El club está de luto, con las banderas a media asta. La capilla, abierta para todos, será escenario de una misa en su honor. Se espera un mensaje del plantel, el viaje de Moretti a Italia y un homenaje en la camiseta el sábado contra Rosario Central. Porque aunque ya no esté físicamente, su deseo seguirá resonando en las tribunas: «¡Que gane San Lorenzo!». Un grito que une a todos los cuervos, desde Boedo hasta el cielo. Por Francisco, el Papa hincha, el socio número 88.235, el que nunca dejó de alentar al Ciclón.

_Por [Tu nombre/Nombre del periodista], para [Nombre del medio]_

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