La fría distancia entre Milei y Villarruel: Una grieta que ni el Papa pudo cerrar
La relación entre el presidente Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel se encuentra en un punto crítico. Lejos de una simple ruptura, la situación se caracteriza por la marginación de Villarruel de la gestión gubernamental, un silencio oficial preocupante ante los agravios que sufrió recientemente y una serie de desencuentros que evidencian la profunda grieta entre ambos.
Abucheos, indiferencia y el fantasma de 2003
El lunes pasado, Villarruel fue abucheada e insultada al salir de la Basílica de San José de Flores tras una misa en homenaje al Papa Francisco. «Como a los nazis te va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar«, cantaban los manifestantes. Sorprendentemente, el repudio a los agravios no se limitó al kirchnerismo, sino que también provino de sectores libertarios. Lo más llamativo fue la indiferencia del presidente y su gabinete, quienes no se solidarizaron con la vicepresidenta ni repudiaron públicamente lo ocurrido. Este escenario evoca la tensa relación entre Néstor Kirchner y Daniel Scioli en 2003, cuando el entonces presidente marginó a su vice de la gestión. Sin embargo, a diferencia de aquella época, Milei no ha prohibido a su gabinete comunicarse con Villarruel, aunque el círculo íntimo presidencial, compuesto por Karina Milei y Santiago Caputo, mantiene distancia.
Del «Maligno» a la «Patria»: Discrepancias hasta en el adiós a Francisco
Incluso la muerte del Papa Francisco expuso la distancia ideológica entre Milei y Villarruel. Mientras el presidente, quien solía referirse al pontífice como «El Maligno», recordó las «diferencias» que mantenían, Villarruel lo despidió con un mensaje nacionalista, enfatizando su origen argentino y rezando «para que nuestra amada Argentina se imponga ante la pérdida de la visión trascendental de la vida y el flagelo de la pobreza». La anécdota de la reunión de Villarruel con el Papa, en la que Francisco le preguntó con ironía «¿y usted sobrevive?«, cobra hoy una nueva dimensión ante la compleja situación que atraviesa la vicepresidenta.
La falta de apoyo de Villarruel a las recientes medidas económicas del gobierno y el frío saludo de Milei durante la apertura de sesiones legislativas, donde la retó con un «no te apures», son solo algunos ejemplos más de la creciente tensión entre ambos. Si bien en un principio Milei valoraba la «mirada distinta» de Villarruel, hoy parece inclinado a marginarla, mientras ella asegura que su cargo «es muy alto para rencillas de poca importancia».
