Singapur, con la diplomacia que lo caracteriza, se pone al frente de la cooperación internacional en seguridad de la Inteligencia Artificial. Tras una reunión clave con cerebros de EE.UU., China y Europa, el país asiático plantea un plan para laburar juntos y no andar compitiendo a ver quién la hace más grande. ¿Lograrán que Trump y Xi Jinping dejen de lado la pulseada por un ratito?
El mundo contiene la respiración: Singapur busca el consenso global en seguridad de la IA. ¿Será la sensatez asiática la que nos salve de la rebelión de las máquinas?
En un mundo donde el «sálvese quien pueda» parece ser la norma, Singapur levanta la mano y dice: «Muchachos, a ver si laburamos juntos en esto de la Inteligencia Artificial, que nos puede explotar en la cara a todos». Después de una reunión de pesos pesados de EE. UU., China y Europa, el gobierno singapurense publicó un plan para fomentar la cooperación mundial en seguridad de la IA. La movida, claro, despertó suspicacias y elogios en partes iguales.
«Singapur es uno de los pocos países del planeta que se lleva bien tanto con Oriente como con Occidente. Saben que no van a construir inteligencia artificial general (AGI) ellos mismos, por eso les interesa mucho que los países que vayan a construirla mantengan una buena relación entre sí», asegura Max Tegmark, un científico del MIT que metió mano en la organización de la reunión. O sea, los muchachos son pragmáticos: como no van a ser los «dueños» de la IA, prefieren que los que sí tienen chances de serlo no se saquen los ojos entre ellos.
## ¿Estados Unidos y China lograrán dejar de lado la competencia?
Claro que la cosa no es tan sencilla. Los países con más chances de crear una AGI (EE. UU. y China) son también los menos predispuestos a compartir el mate. Recordemos que, tras el lanzamiento de un modelo de IA por una startup china, el propio Trump salió a decir que era una «llamada de atención» para la industria estadounidense y que había que «competir para ganar». Palabras que suenan más a Rambo que a Gandhi, ¿no?
El «Consenso de Singapur» propone que los investigadores cooperen en tres áreas clave: analizar los riesgos de los modelos de IA más avanzados, encontrar formas más seguras de construirlos y desarrollar métodos para controlar el comportamiento de los sistemas de IA. Suena lindo, pero la pregunta del millón es si los peces gordos de la tecnología le darán bola.
## Catastrofistas de la IA vs. Optimistas tecnológicos: ¿Quién tiene la razón?
Mientras tanto, el debate sobre los riesgos de la IA sigue al rojo vivo. Están los que ven a la tecnología como una panacea y los que pronostican el fin de la humanidad. Algunos se preocupan por los sesgos en los sistemas o su uso por parte de delincuentes, mientras que otros temen que la IA supere la inteligencia humana y nos domine como en las películas de ciencia ficción.
En el medio, la carrera armamentista entre EE. UU., China y otras potencias se intensifica. La IA se considera clave para el poder económico y militar, lo que lleva a cada gobierno a trazar sus propias estrategias. ¿Será que Singapur logrará ponerle un freno a esta locura y construir un futuro más seguro para todos? El tiempo dirá. Por ahora nos queda esperar, y quizás, empezar a hacer las paces con nuestros celulares, por las dudas…