Triunfo, el petróleo y la influencia del Golfo Trump y el Golfo: una visita de negocios El interés del Golfo en la gira de Trump

Redacción Cuyo News
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Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos
CNN

Tres naciones árabes del Golfo ricas en energía compiten intensamente para convertir su influencia sobre la figura de Donald Trump en beneficios concretos y tangibles. Con la visita del presidente estadounidense programada para la próxima semana, Riad, Doha y Abu Dhabi se posicionan estratégicamente.

Han cultivado lazos personales con el magnate devenido político y han empeñado la palabra (y potencialmente la billetera) en prometer colectivamente billones en inversiones directas en los Estados Unidos. Al mismo tiempo, se han presentado como intermediarios cruciales en algunos de los conflictos más espinosos que Trump anhela resolver, desde la compleja situación en Gaza hasta la guerra en Ucrania y el siempre espinoso tema de Irán.

Como recompensa a esta estrategia de acercamiento proactivo, ahora ostentan el privilegio de ser anfitriones de la primera visita de estado de Trump en lo que sería su segundo mandato presidencial. Se espera que el exmandatario estadounidense aterrice en Arabia Saudita el próximo martes, para luego continuar con escalas en Qatar y finalmente en los Emiratos Árabes Unidos. El periplo se extenderá hasta el 16 de mayo.

Considerando la aproximación notoriamente transaccional que distingue la política exterior de Trump, no es sorprendente que estos tres estados tengan «mucho que ofrecer», según análisis especializados.

“En el libro de Trump, los estados del Golfo marcan todas las casillas correctas”, afirmó Hasan Alhasan, investigador principal de política de Medio Oriente en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Bahréin, en diálogo con CNN. “Prometen invertir billones en la economía de EE.UU. y gastar cantidades colosales en sistemas de armas de EE.UU.”, detalló el experto.

Detrás de esta ofensiva diplomática y económica, cuidadosamente orquestada para captar la atención de Trump, subyace un deseo compartido por los estados del Golfo: solidificar y formalizar sus posiciones como socios estratégicos indispensables para Estados Unidos, tanto en el ámbito de la seguridad como en el económico. Y, por supuesto, capitalizar la situación para obtener la mayor cantidad de beneficios posibles para sus propios fines nacionales.

Un giro en las relaciones

Las relaciones entre Estados Unidos y los países del Golfo han experimentado una mejora notable desde el regreso de Trump a la primera línea política. Frustrados, según la percepción de estos países, por la aparente falta de interés de Estados Unidos en sus necesidades bajo la administración anterior, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos habían comenzado a explorar la diversificación de sus vínculos en materia militar, tecnológica y económica. Con Trump a la vista, perciben lo que un funcionario del Golfo describió como una “oportunidad única en la vida” para concretar los objetivos de sus respectivos países.

Desde su perspectiva, el momento actual es propicio para afianzar lazos con Washington, e incluso para “asegurar mayores privilegios en su relación con la nación más poderosa del mundo”, señaló Ebtesam AlKetbi, fundador y presidente del grupo de expertos Emirates Policy Center con sede en Abu Dhabi.

Cada una de las tres naciones que Trump visitará tiene su propia lista de prioridades específicas. Analizamos a continuación qué buscan obtener de Estados Unidos y cómo están maniobrando para lograr sus propósitos.

Las agendas particulares

“Seguridad, seguridad y seguridad” es la principal demanda de Arabia Saudita y otros estados del Golfo con respecto a la visita de Trump, afirmó Ali Shihabi, autor y comentarista especializado en asuntos políticos y económicos de Arabia Saudita.

“Los estados del Golfo buscan la reafirmación del compromiso de seguridad de Estados Unidos con la estabilidad del Golfo”, explicó Shihabi a CNN. “Trump tiene muchas prioridades y se sabe que pierde interés rápidamente… y quieren mantenerlo comprometido”, añadió.

El año pasado, Estados Unidos y Arabia Saudita estuvieron a punto de sellar un pacto histórico en materia de defensa y comercio. Sin embargo, el acuerdo se estancó debido a la insistencia saudí en que Israel se comprometiera firmemente con un camino hacia la creación de un estado palestino.

Firas Maksad, director gerente para Medio Oriente y África del Norte en Eurasia Group, comentó a Becky Anderson de CNN que es probable que Trump impulse acuerdos significativos independientemente de la normalización, la cual, según su análisis, está “muerta”.

Vista general del campo petrolero de Aramco en el desierto de Rub al-Jali, Shaybah, Arabia Saudita, el 12 de enero de 2024.

Riad también tiene en su lista de deseos la cooperación de Estados Unidos para desarrollar un programa nuclear de uso civil. No obstante, este punto ha enfrentado obstáculos debido a la insistencia saudí en enriquecer uranio a nivel local, lo que ha generado inquietudes tanto en Estados Unidos como en Israel por el riesgo potencial de proliferación nuclear. Cabe recordar que el uranio, cuando es enriquecido a ciertos niveles, puede ser utilizado en la fabricación de armas nucleares.

El respaldo de la Casa Blanca a un programa nuclear saudí abriría las puertas a jugosos contratos para empresas estadounidenses.

Arabia Saudita parece enfocar su relación con Estados Unidos bajo la premisa de un “ganar-ganar”. En marzo, Trump declaró que visitaría el reino si este invertía 1 billón de dólares estadounidenses en Estados Unidos. “Han acordado hacerlo, así que voy a ir allí”, manifestó entonces el presidente.

Aunque Arabia Saudita no ha confirmado esa cifra específica, en enero anunció planes concretos para expandir el comercio y la inversión con Estados Unidos en US$ 600.000 millones durante un período de cuatro años, con potencial de crecimiento adicional.

No obstante, para que Riad logre diversificar su economía más allá del petróleo, aún necesita mantener la venta de crudo a un precio que le reporte un margen de ganancia considerable y así financiar esa transición. Las recientes caídas en los precios, impulsadas en parte por los aranceles impuestos por Trump, representan una amenaza a estas ambiciones. Trump ha manifestado claramente su deseo de ver precios del petróleo más bajos, lo que lo contrapone directamente a la necesidad de Arabia Saudita de altos ingresos para financiar su ambicioso plan de transformación económica conocido como Visión 2030.

Los Emiratos Árabes Unidos, quizás más que cualquier otro Estado del Golfo, consideran la inversión como un pilar fundamental de su estrategia para estrechar lazos con Estados Unidos y obtener réditos. Y ostentan la capacidad financiera para respaldar esta visión. Catalogado como uno de los países más ricos del mundo en términos de ingreso per cápita, ha comprometido billones de dólares en inversiones destinadas a Estados Unidos. De hecho, Abu Dhabi se ha autodenominado como la “capital del capital”.

“Expandir el comercio y la inversión es una forma de reforzar esta asociación estratégica”, dijo AlKetbi. “EE.UU. sigue siendo un garante de seguridad crítico para la región del Golfo, al tiempo que ofrece una economía dinámica llena de oportunidades y capacidades que se alinean con los planes de desarrollo a largo plazo del Golfo”.

Rascacielos residenciales y comerciales en el horizonte de Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, el 10 de abril de 2022.

En marzo, los Emiratos Árabes Unidos anunciaron un ambicioso plan de inversión de US$ 1.400 millones a concretarse en los próximos 10 años, con un enfoque particular en sectores estratégicos como Inteligencia Artificial (IA), semiconductores, manufactura y energía. Sus inversiones preexistentes en Estados Unidos ya alcanzan el billón de dólares, según datos proporcionados por su embajada en Washington.

“Los EAU ven una oportunidad única en la vida para convertirse en un contribuyente significativo en IA y tecnología avanzada”, sostuvo Anwar Gargash, asesor diplomático del presidente de los Emiratos Árabes Unidos, al ser consultado por CNN. “El compromiso de invertir US$ 1.400 millones… se alinea con el objetivo de los EAU de diversificar su economía lejos de su dependencia excesiva de los hidrocarburos para asegurar la prosperidad del país en el futuro”, subrayó Gargash.

Sin embargo, la aspiración declarada de Abu Dhabi de convertirse en un líder global en IA para el año 2031 no será una tarea sencilla si no cuenta con un suministro asegurado de microchips fabricados en Estados Unidos.

Durante los últimos días de la administración del expresidente Joe Biden, Estados Unidos implementó restricciones más estrictas a las exportaciones de tecnología de IA con el objetivo de limitar el acceso de adversarios extranjeros como China, las cuales iban a entrar en vigor el 15 de mayo. Los Emiratos Árabes Unidos se encontraban entre los países afectados por estas restricciones y probablemente esperan que sean levantadas durante la visita de Trump.

El jueves pasado, Estados Unidos anunció que Trump rescindirá un conjunto de restricciones implementadas durante la era Biden.

Qatar, por su parte, es la nación árabe del Golfo que ostenta los lazos de seguridad más formalizados con Estados Unidos. En su territorio alberga la instalación militar estadounidense más grande de todo el Medio Oriente, la cual el Departamento de Estado describe como “indispensable” para sus operaciones militares en la región.

El año pasado, Estados Unidos alcanzó discretamente un acuerdo que extiende su presencia militar en la extensa base ubicada en Qatar por otros 10 años. Además, el país modificó un acuerdo de cooperación en materia de defensa que mantenía con Estados Unidos desde 1992, con el propósito de reforzar aún más su asociación en el ámbito de la seguridad.

En 2022, la administración Biden también otorgó a Qatar la designación de Aliado Principal No-OTAN, un título concedido a naciones amigas que mantienen relaciones estratégicas de trabajo con el ejército estadounidense.

Qatar ha desempeñado un rol de mediador clave en diversos conflictos regionales, desde la guerra en Gaza hasta la situación en Afganistán. Los expertos sugieren que esta actividad se enmarca en un esfuerzo continuo por mantener su relevancia a los ojos de Washington.

Un avión de transporte militar de EE.UU., que estaba destinado a llevar paquetes de ayuda humanitaria para Gaza, se muestra en la pista de la base aérea de Al-Udeid al suroeste de Doha el 21 de marzo de 2024.

“Los estados del Golfo ven la mediación de conflictos como una fuente de influencia y prestigio”, precisó Alhasan a CNN. “Han logrado usar su papel como mediadores para posicionarse como socios indispensables para la agenda política de Trump”, añadió.

Doha también mantiene vínculos estrechos con el nuevo presidente de Siria, Ahmed al-Sharaa, quien ha emprendido una búsqueda activa para aliviar a su país del peso de años de sanciones impuestas por Occidente.

Se espera que la situación en Siria sea un tema clave que Qatar presentará a Trump durante su visita, según confió a CNN el jueves un funcionario con conocimiento del asunto. Doha ejerce presión sobre la administración Trump para que levante las sanciones que pesan sobre Siria en el marco de la Ley César, dijo el funcionario, quien agregó que Qatar se muestra cauteloso a la hora de proporcionar cualquier tipo de apoyo financiero a Siria sin contar previamente con la bendición de Washington.

La visita de Trump se centra, en última instancia, en lo que puede obtener de los tres estados del Golfo, según coinciden los expertos. Agregan que cada una de las tres naciones anfitrionas anticipa un conjunto de nuevos acuerdos que deberían resultar mutuamente beneficiosos.

“Viene aquí porque cree que está en el interés de la economía de Estados Unidos, quizás en su interés y en el de quienes lo rodean, tener esos acuerdos aquí con Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar”, afirmó Maksad. “Así que esperen grandes anuncios”.

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