Pericia: Alto Calafate, hotelería dudosa para lavar dinero

Redacción Cuyo News
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Una contabilidad difusa, documentos incompletos, facturas sin discriminar gastos, números que no pueden cotejarse por la falta de referencias y registros, son sólo algunas de las definiciones que se desprenden del informe pericial -aún en carácter de borrador-, realizado sobre Valle Mitre, la firma de Lázaro Báez que administra los hoteles de la familia Kirchner, y el más importante de esos complejos, el hotel Alto Calafate.

Un dato sobresale: la empresa Hotesur -de Cristina y sus hijos- no conoció la ocupación plena mientras lo manejó el empresario de la construcción. Pero además, para garantizar que en los papeles hubiera habitaciones contratadas, dos de sus empresas firmaron contratos por 20 noches para alojarse en el complejo turístico. Eso nunca ocurrió, pero igual se pagaron.

La finalidad de la pericia, entre otros puntos, era analizar el nivel de ocupación del Alto Calafate, los servicios prestados y cómo se registraba el movimiento del hotel. Sin embargo, la forma en la que se anotaron los datos vuelve difuso algo que la justicia determinó como “contratos simulados”, “falta de de giro comercial real”, “operaciones inexistentes”. Todo con una única finalidad supuesta: lavar dinero.

El hotel Alto Calafate, de la firma Hotesur de la familia Kirchner. Foto Francisco Muñoz.

Habitaciones ¿ocupadas?

La pericia contable aún es un borrador, ya que se suspendió en 2022 y hace una semana se reanudó por orden del Tribunal Oral Federal 5 (TOF 5) que debe realizar el juicio de Hotesur-Los Sauces.

Respecto de la “cantidad de habitaciones ocupadas”, los peritos consignaron: “No se contó con información para establecer fehacientemente la capacidad total del establecimiento, como ser el libro registro de pasajeros”.

Los peritos se encontraron con documentación inexistente o poco precisa a la hora de evaluar cuántas personas se alojaban en el Alto Calafate. La premisa de la investigación que condujo a Cristina y a Máximo Kirchner, junto a Lázaro Báez, a juicio oral, es que las empresas sólo fueron utilizadas como “pantallas para operaciones de blanqueo”.

Entre la documentación de Hotesur analizada por los peritos “en algunos casos se trata de notas con membrete del hotel, que no están firmadas, ni se identifica quien es el destinatario”.

El hotel Alto Calafate, de la firma Hotesur de la familia Kirchner. Foto Francisco Muñoz.
El hotel Alto Calafate, de la firma Hotesur de la familia Kirchner. Foto Francisco Muñoz.

También se encontraron convenios confidenciales del hotel con prestadoras de servicios turísticos. En esas notas se aclara que son tarifas de convenio netas para pasajeros individuales y grupos en viajes de turismo, para utilizar en la comercialización del hotel Alto Calafate. “No son aplicables a reservas para Cuentas Comerciales, Congresos, Convenciones y/o Eventos especiales”, se señaló.

Entre los documentos bajo estudio se analizaron dos contratos que Valle Mitre firmó con Kank y Costilla (una de las constructoras de Báez) por “la provisión de 20 noches en habitaciones dobles por mes para su personal, con media pensión. La duración de ese convenio fue amplia: desde julio de 2010 hasta diciembre de 2013.

Hubo otro contrato similar entre Valle Mitre y Loscalzo y del Curto, (otra constructora del Grupo Austral de Báez), para la “provisión de 16 noches en habitaciones dobles por mes para su personal, con media pensión. Se fijó el mismo período que con Kank y Costilla.

Otros informes periciales confirmaron que las habitaciones no se utilizaron pero el pago se realizó sin retrasos, lo que posibilitó que Báez cumpla con el pago mensual del canon de alquiler de Hotesur.

El hotel Alto Calafate, de la firma Hotesur de la familia Kirchner. Foto Francisco Muñoz.
El hotel Alto Calafate, de la firma Hotesur de la familia Kirchner. Foto Francisco Muñoz.

Precios difusos

Los peritos analizaron documentación del hotel y de su empresa explotadora, que fue considerada como “fragmentada y parcial”. En el documento del que viene dando cuenta Clarín, se explicó que la documentación desprolija, incompleta, inexistente en algunos casos, que no permite determinar el nivel de ocupación del complejo hotelero. Algo que para la justicia federal, no es casual.

“En el resto de los contratos hallados no era posible asignar un precio a las habitaciones por contener otros ítems como el alquiler del salón del hotel, entre otros conceptos, sin estar discriminados”, consta en el informe pericial. No es la primera vez que esto se señala, en estudios técnicos anteriores ocurrió lo mismo.

«En los estados contables se informan las ventas netas de cada período sin discriminación, y no se cuenta con el detalle discriminado por concepto de la facturación de Valle Mitre”, concluyeron los peritos oficiales.

Otro dato a tener en cuenta, informaron en el documento, es que se “desconoce si el importe informado de ventas corresponde exclusivamente al Hotel Alto Calafate o si también incluye los ingresos por ventas por el gerenciamiento de otros establecimientos hoteleros que explotaba la empresa Valle Mitre en el periodo solicitado”.

“No existe ocupación plena”

El patrimonio neto de Valle Mitre nunca superó los 3,7 millones de pesos. Durante todos los años que administró los hoteles de la familia Kirchner no tuvo utilidades ni ganancias. Sólo acumuló números en rojo. En dos ejercicios, el de 2009 y 2012, las pérdidas superaron los cinco millones de pesos.

Pese a los malos resultados financieros, la empresa de Lázaro Báez que se sustentaba con préstamos intercompany que le realizaba Austral Construcciones -cuyos únicos ingresos provenían de la obra pública vial-, jamás dejó de depositar, mes a mes, desde 2009 a 2013, el canon a los propietarios de los complejos turísticos.

Las sospechas fueron avaladas por la pericia contable, según la cual Valle Mitre poseía un movimiento económico “sumamente escaso» para encarar ese contrato.

La ecuación no cerraba: sólo el alquiler mensual ascendía a 40.000 dólares, lo que equivalía en aquella época aproximadamente a 133.000 pesos, y el monto correspondiente a la transferencia de inventarios era de 100.000 dólares, lo que resultaba equivalente a 332.000 pesos. O sea que el patrimonio neto de Valle Mitre, de 438.093 pesos, “sólo alcanzaba para cubrir la antedicha transferencia y un único mes de alquiler”, se consignó.

Fueron tres los contratos celebrados entre Báez y los Kirchner: El primero, del 10 de noviembre de 2008, fue por la cesión de los bienes y mercadería por 100.000 dólares y 40.000 dólares por mes en concepto de canon. El período siguiente, 2009-2010, fue por 80.000 dólares mensuales, y el correspondiente a los años 2011-2012 se celebró en pesos argentinos: 469.272 por mes.

Los peritos determinaron que Valle Mitre destinaba el 88,53% de sus ingresos a atender obligaciones con terceros, gran parte de las cuales correspondía a los pagos a Cristina.

“Los alquileres y los sueldos son los principales factores del Costo de explotación”, sostuvo uno de los peritos de parte. Hay que recordar que la pericia contable fue ordenada tras un pedido de la ex presidenta y su hijo, Máximo Kirchner, al igual que por Báez.

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