La dama de hierro de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, rompió el silencio después de que la lista encabezada por Paula Oliveto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no alcanzara el umbral necesario para ingresar a la Legislatura. Con un 2,5% de los sufragios, que se traducen en algo más de 40.000 votos, la performance electoral de la fuerza que Lilita fundó quedó lejos de las expectativas.
A través de su cuenta en la red social X, otrora coto de caza de debates políticos y ahora epicentro de mensajes crípticos y sentencias lapidarias, Carrió dedicó palabras de agradecimiento tanto a los electores que acompañaron la propuesta como a Oliveto por su compromiso. Sin embargo, el mensaje trascendió la mera gratitud electoral para adentrarse en terrenos filosóficos, casi apocalípticos.
### La profecía de lilita
«Recuerden que solo muy pocas personas sostendrán en el futuro los más elementales valores de la humanidad», sentenció Carrió, pintando un panorama sombrío para las generaciones venideras. Para luego añadir, con una fe inquebrantable que contrasta con los fríos números del escrutinio: «La palabra y la verdad vencerán por sobre el dinero y la plata dulce». Un eslogan que bien podría adornar una pancarta en una manifestación o el fondo de pantalla de un ascensor.
No es la primera vez que Carrió se despacha con declaraciones contundentes, especialmente dirigidas hacia figuras con las que compartió y luego rompió filas. En particular, sus dardos han apuntado con asiduidad tanto al actual presidente, Javier Milei, como a su exaliado en Juntos por el Cambio, Mauricio Macri.
En plena efervescencia de la campaña electoral porteña, Carrió no tuvo empacho en acusar a Macri de «disolver Juntos por el Cambio», «aniquilar» a Horacio Rodríguez Larreta, «usar» a Patricia Bullrich y «promover» a Milei para luego ser «comido por él». Una suerte de telenovela política con tintes shakesperianos.
Al actual jefe del Ejecutivo, Carrió le pidió una cuota de humanidad, instándolo a «sentir la humanidad» y a «hacerse amigo», en un contexto donde, según la exdiputada, la falta de medicamentos y la dificultad para acceder a alimentos básicos son realidades ineludibles.
### Números que duelen: el escrutinio final
Según el recuento oficial, con el 99,83% de las mesas escrutadas, Paula Oliveto acopió exactamente 41.058 votos, lo que le valió un 2,50% del total. Este guarismo la ubicó en la séptima posición entre la lista de candidatos, superada por fuerzas como el Frente de Izquierda y la lista de la UCeDé encabezada por Ramiro Marra, otra fuerza política que tampoco logró representación.
El sistema D’Hondt, el método matemático que decide quién entra y quién se queda afuera a la hora de repartir bancas, fue implacable. La última agraciada con un escaño fue Vanina Biasi. De ahí para abajo, todo fue «nada», como bien señala la ley de bronce de la aritmética electoral.
La Coalición Cívica, que hasta ahora formaba parte del bloque «Vamos x Más» en la Legislatura porteña, la herencia de un Juntos por el Cambio que parece más recuerdo que presente sólido, pierde una pieza clave. El grupo, presidido por Darío Nieto, quien renovó su banca, y con figuras como Emmanuel Ferrario, que también salvó su puesto, deberá reconfigurar su composición.
Así, junto a Ramiro Marra y la radical Lula Levy, Oliveto engrosa la lista de «primeros perdedores» en los comicios legislativos de la Ciudad, un club selecto al que se sumaron otros apellidos con aspiraciones frustradas, desde Alejandro Kim hasta Ricardo Caruso Lombardi, en una larga lista de candidatos que vieron sus sueños legislativos desvanecerse en la urna.