Benegas Lynch: «Soy cruel con los empleados públicos», ¿por qué?

Redacción Cuyo News
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El diputado de La Libertad Avanza, Alberto «Bertie» Benegas Lynch, volvió a encender la polémica al respaldar sin medias tintas las controvertidas declaraciones del presidente Javier Milei, quien había afirmado ser «cruel con los empleados públicos, con los estatistas y con los kukas». En un giro argumental digno de las mejores producciones de Hollywood, Benegas Lynch fue más allá y equiparó a los trabajadores estatales despedidos con delincuentes, sembrando el desconcierto en una ya polarizada escena política.

La «crueldad» como política de estado: una defensa frontal

«Javier dijo bien, ‘soy cruel con la gente que ha sido cruel'», sentenció Benegas Lynch en declaraciones a Radio Rivadavia, en un intento por justificar la política de achicamiento estatal. Pero la frase que detonó el debate fue su particular analogía: «Con la gente que dice que está dejando familias en la calle hago la siguiente distinción: con la gente que trabajaba en el Estado y era ñoqui, hago el mismo paralelo que si dijeran que la seguridad que persigue a los chorros los deja sin trabajo (a una familia) porque vivían de eso. Es una locura”. Un argumento que, para muchos, roza el absurdo y deshumaniza la situación de miles de familias que dependen de esos ingresos.

Las palabras del legislador resuenan cinco días después del explosivo discurso de Milei en el Yatch Club de Puerto Madero, donde el Presidente había declarado con vehemencia: «Sí, soy cruel, kukas inmundos. Soy cruel con ustedes, con los gastadores, con los empleados públicos, con los estatistas, con los que le rompen el culo a los argentinos de bien». Un mensaje que, lejos de buscar la conciliación, parece decidido a profundizar las divisiones entre los argentinos.

Benegas Lynch, alineado con la postura presidencial, profundizó en la crítica a la estructura del Estado: «Hay estructuras que no tenían razón de ser, que eran sólo por los empleos de los amigos dentro del Estado, y que le ponía más peso a la carreta que tira el sector privado con ruedas cuadradas en el barro que no puede más por los impuestos y por la inflación». En este contexto, propuso que «hay que poder ubicar a esa gente en el sistema productivo para que baje y tire del carro”.

«No hay odio, es reacción»: la narrativa del Gobierno

Pese a la virulencia de los discursos oficiales, el diputado desestimó que la administración libertaria sea una que «utiliza el odio para gobernar». Según su visión, «no hay sentimiento de odio, es la reacción sobre la violencia agresiva». Y en un intento por visualizar un futuro idílico, invitó a la reflexión: «Si la gente pudiera imaginarse la casa que tendría, el auto, si lo pudiera palpar, reaccionaría de forma más visceral. En la medida en la que salten el cerco, empiecen a verla y entiendan que todo el mundo vive de vender bienes y servicios a un mejor precio y que de eso trata la subsistencia, van a ser tratados como cualquier persona, y la igualdad ante la ley también vale”.

En esa misma línea, el diputado cuestionó a la oposición en el Congreso, a la que acusó de intentar instalar que el Poder Ejecutivo está en contra de los jubilados, las universidades y el Hospital Garrahan. Según Benegas Lynch, esos temas, que generan protestas semanales en las calles, son «la cosa fácil». El legislador argumentó que «para que el Garrahan funcione, para los jubilados, los estudiantes y los docentes hay que hacer lo que se está haciendo: el trabajo, el ahorro y la inversión, y no pensar que la riqueza viene de emitir papelitos”, un mensaje claro para quienes demandan más gasto público.

Finalmente, Benegas Lynch instó a los simpatizantes del Presidente a «seguir empujando» el programa económico y a buscar un triunfo electoral en la estratégica Provincia de Buenos Aires. «La gente que cree en las ideas de la libertad debe seguir empujando porque la batalla cultural nunca tiene fin porque siempre tiene gente que quiere vivir a expensas de otro», enfatizó. La Provincia, a la que describió como «muy rica que ha sido invadida por la política de barras bravas para el saqueo», es vista como un bastión peronista que debe ser «cambiado de paradigma» para aplicar el modelo del Gobierno Nacional en todas las jurisdicciones.

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