Una revisión sistemática de casi 500 estudios científicos reveló que adoptar los hábitos promovidos por la American Heart Association (AHA) en su programa Life’s Simple 7™ —actualizado recientemente como Life’s Essential 8™— no solo reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino que también mejora la salud de múltiples órganos y disminuye la mortalidad general.
El modelo incluye ocho indicadores clave: alimentación saludable, actividad física, no fumar, peso corporal adecuado, presión arterial, colesterol, glucosa en sangre y sueño. Estos hábitos están estrechamente vinculados con la salud no solo del corazón, sino también del cerebro, sistema renal, función pulmonar, musculatura, visión y audición.
La doctora Liliana Aguayo, líder del estudio y profesora de la Universidad de Emory, destacó: “Cada mejora de un punto en la escala se asoció con una disminución del 11% en el riesgo de demencia, del 6% en enfermedades oculares, del 23% en enfermedad hepática grasa y del 11% en enfermedad renal crónica”.
Un impacto tangible en la salud y el bienestar
Los beneficios no son meramente clínicos: también se registró una menor necesidad de servicios médicos, menores costos sanitarios y un aumento en la calidad de vida autoinformada. El modelo propone metas alcanzables: incluso mejoras modestas, como reducir el tabaquismo o caminar más, generan efectos significativos.
En 2022, la AHA incorporó el sueño como octava métrica esencial. Dormir entre 7 y 9 horas diarias en adultos es clave para reducir el riesgo de obesidad, hipertensión y enfermedades metabólicas. También se incluyó la evaluación del uso de vapeadores en el apartado de tabaquismo y se reforzaron las recomendaciones alimentarias con énfasis en la dieta DASH y mediterránea.
Menos del 4% cumple todos los indicadores
Pese a la evidencia, el estudio advierte que menos del 4% de la población mundial alcanza niveles óptimos en todos los indicadores. Esto revela desafíos estructurales en educación, acceso a salud y condiciones sociales que dificultan una vida saludable.
Recomendaciones prácticas para el día a día
Para lograr una vida cardiosaludable se recomienda:
- Alimentación: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y proteínas magras. Evitar ultraprocesados, grasas trans, sodio y azúcares añadidos.
- Ejercicio: al menos 150 minutos semanales de actividad moderada como caminar, andar en bici o bailar.
- No fumar: abandonar el tabaco reduce el riesgo cardiovascular desde las primeras 24 horas.
- Sueño: entre 7 y 9 horas diarias con horarios regulares y ambiente propicio para el descanso.
- Controles médicos: monitorear presión arterial, colesterol, glucosa y peso, aunque no haya síntomas.
Incorporar estos hábitos desde la infancia, en hogares y escuelas, permite mejorar la salud pública a largo plazo y prevenir enfermedades crónicas desde etapas tempranas de la vida.