El Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, liderado por Marcelo Rucci, anunció un paro total de actividades para el jueves 31 de julio y viernes 1 de agosto en toda la Cuenca Neuquina, en respuesta a los 1.200 despidos y 2.000 cesanteados registrados en Vaca Muerta.
Una medida que golpea a la producción
El paro se comunicó oficialmente ante la Secretaría de Energía de la Nación. En el Gobierno de Javier Milei, la decisión se recibió con preocupación, ya que la paralización afectará la producción de hidrocarburos y demorará el ingreso de dólares, en un contexto donde la recaudación energética es clave por la baja liquidación del agro en el segundo semestre.
El trasfondo del conflicto
Rucci, recién reelecto con más del 80 % de los votos gremiales, advirtió que el conflicto surge por el “freno de inversiones hasta 2026”, pese a que Vaca Muerta atraviesa récords de producción y exportación. “Hay un impasse por la inversión en los ductos que llevó a despidos masivos”, señaló.
Según el gremialista, 2.000 trabajadores están cesanteados con salarios reducidos, en lo que calificó como “el preludio de más despidos”. Criticó además que las empresas “humillan a los trabajadores mientras anuncian récords que solo son posibles por su esfuerzo”.
Un frente sindical en formación
En paralelo, dirigentes de los principales gremios petroleros de la región conformaron una mesa de seguimiento en Comodoro Rivadavia. Participaron Jorge Ávila (Chubut), Rafael Güenchenén (Santa Cruz), José Llugdar (Jerárquicos de la Patagonia Austral) y el propio Rucci, quienes no descartan un frente sindical patagónico ante lo que definieron como “un colapso laboral y productivo” inminente.