En un contexto nacional marcado por haberes previsionales ajustados, Córdoba se destaca por pagar jubilaciones notablemente más altas que las que otorga la ANSES. Con un reciente aumento del 84%, la jubilación mínima provincial alcanzó los $700.000, casi el doble de la mínima nacional. Esta diferencia se explica por un sistema previsional propio, mayores aportes y una tasa de sustitución más favorable.
Córdoba es una de las 13 provincias que no transfirieron su caja previsional a la Nación en la década de 1990. Esta decisión le permite definir sus propias reglas: aportes más altos tanto de trabajadores como de empleadores, y beneficios que se calculan con parámetros distintos a los de ANSES.
Aportes y contribuciones diferenciados
En la Caja de Jubilaciones cordobesa, los aportes personales y patronales son más elevados que los nacionales. Esta mayor carga contributiva sostiene haberes que superan ampliamente a los del régimen general.
La tasa de sustitución (el porcentaje del último salario que recibe un trabajador al jubilarse) es clave: mientras que en ANSES ronda el 55%, en Córdoba asciende al 82%. Esto garantiza que el poder adquisitivo de los jubilados cordobeses se mantenga mucho más cerca del que tenían como activos.
Un modelo con desafíos fiscales
A pesar de sus beneficios, la Caja de Jubilaciones de Córdoba es deficitaria y depende de transferencias provinciales y fondos que la Nación debe girar por mandato judicial. El reciente aumento fue posible, en parte, gracias a recursos adeudados por el Estado nacional.
Lectura política: un contrapunto con la Nación
El anuncio del gobernador Martín Llaryora no sólo refuerza el poder adquisitivo de los jubilados, sino que también funciona como un mensaje político en medio del ajuste nacional. En contraste con la ANSES y su mínima que apenas roza la línea de indigencia, Córdoba exhibe su modelo previsional como un gesto de autonomía y gestión diferenciada.