Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que una de cada siete personas en el mundo vive con un trastorno mental. Sin embargo, la mayoría no recibe atención adecuada: el 71% de quienes padecen psicosis carecen de servicios especializados.
El documento señaló que la inversión sigue siendo insuficiente. En promedio, solo entre 1,4% o menos de los presupuestos de salud en países de ingresos bajos y medianos se destina a salud mental. Esta falta de recursos se traduce en desigualdad de acceso, largas hospitalizaciones involuntarias y escasez de especialistas: apenas 13 por cada 100.000 habitantes a nivel global.
Diferencias de género y edad
El informe remarcó que los trastornos mentales afectan de forma desproporcionada a las mujeres. Los trastornos de ansiedad y depresión son los más comunes, con un incremento notorio durante la pandemia de COVID-19: en 2020, la depresión mayor aumentó un 29,8% y la ansiedad un 27,9% entre mujeres, frente al 24% y 21,7% en hombres.
Los varones registran con mayor frecuencia TDAH, autismo y trastornos del desarrollo intelectual, mientras que las mujeres presentan más casos de ansiedad, depresión y trastornos de la alimentación. A partir de los 40 años, la prevalencia de la depresión aumenta, con un pico entre los 50 y 69 años.
Entre los jóvenes, la OMS reportó que el 7% de los niños entre 5 y 9 años y el 14% de los adolescentes entre 10 y 19 padecen un trastorno mental. Además, alrededor de un tercio de los trastornos en adultos comienzan antes de los 14 años, la mitad antes de los 18 y casi dos tercios antes de los 25.
Impacto económico y social
El costo económico asociado es elevado: la depresión y la ansiedad generan pérdidas anuales de USD 1 billón en productividad. A esto se suman los gastos directos en atención médica, que impactan tanto en familias como en sistemas de salud.
Hallazgos del Atlas de Salud Mental 2024
El Atlas de Salud Mental 2024 recopiló datos de 144 países y mostró algunos avances en políticas públicas y estrategias de apoyo psicosocial desde 2020. Más del 80% de los países ofrecen actualmente programas de apoyo en emergencias, prevención del suicidio y salud mental escolar. También se expandieron los servicios ambulatorios y la telesalud, aunque con acceso desigual.
No obstante, el informe advirtió que la inversión en salud mental permanece estancada en torno al 2% de los presupuestos nacionales de salud, sin cambios desde 2017. La brecha entre países es marcada: en naciones de altos ingresos la inversión llega a USD 65 por persona, mientras que en los más pobres apenas alcanza los USD 0,04.
La atención hospitalaria sigue concentrada en hospitales psiquiátricos, con casi la mitad de los ingresos de carácter involuntario y más del 20% prolongados durante más de un año.
Próxima cumbre en la ONU
La Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre enfermedades no transmisibles y salud mental, prevista para el 25 de septiembre de 2025 en Nueva York, se presenta como una oportunidad para que gobiernos y líderes mundiales sitúen la salud mental en el centro de la agenda internacional.
Un nuevo informe de la OMS revela que una de cada siete personas en el mundo vive con un trastorno mental, pero la mayoría no recibe atención adecuada: el 71% de quienes padecen psicosis carecen de servicios especializados. La inversión sigue siendo mínima: en países de ingresos bajos y medianos, solo entre 1,4% o menos de los presupuestos de salud se destina a salud mental. Las mujeres y los jóvenes aparecen como los grupos más afectados. El costo económico global por depresión y ansiedad alcanza USD 1 billón al año.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que una de cada siete personas en el mundo vive con un trastorno mental. Sin embargo, la mayoría no recibe atención adecuada: el 71% de quienes padecen psicosis carecen de servicios especializados.
El documento señaló que la inversión sigue siendo insuficiente. En promedio, solo entre 1,4% o menos de los presupuestos de salud en países de ingresos bajos y medianos se destina a salud mental. Esta falta de recursos se traduce en desigualdad de acceso, largas hospitalizaciones involuntarias y escasez de especialistas: apenas 13 por cada 100.000 habitantes a nivel global.
Diferencias de género y edad
El informe remarcó que los trastornos mentales afectan de forma desproporcionada a las mujeres. Los trastornos de ansiedad y depresión son los más comunes, con un incremento notorio durante la pandemia de COVID-19: en 2020, la depresión mayor aumentó un 29,8% y la ansiedad un 27,9% entre mujeres, frente al 24% y 21,7% en hombres.
Los varones registran con mayor frecuencia TDAH, autismo y trastornos del desarrollo intelectual, mientras que las mujeres presentan más casos de ansiedad, depresión y trastornos de la alimentación. A partir de los 40 años, la prevalencia de la depresión aumenta, con un pico entre los 50 y 69 años.
Entre los jóvenes, la OMS reportó que el 7% de los niños entre 5 y 9 años y el 14% de los adolescentes entre 10 y 19 padecen un trastorno mental. Además, alrededor de un tercio de los trastornos en adultos comienzan antes de los 14 años, la mitad antes de los 18 y casi dos tercios antes de los 25.
Impacto económico y social
El costo económico asociado es elevado: la depresión y la ansiedad generan pérdidas anuales de USD 1 billón en productividad. A esto se suman los gastos directos en atención médica, que impactan tanto en familias como en sistemas de salud.
Hallazgos del Atlas de Salud Mental 2024
El Atlas de Salud Mental 2024 recopiló datos de 144 países y mostró algunos avances en políticas públicas y estrategias de apoyo psicosocial desde 2020. Más del 80% de los países ofrecen actualmente programas de apoyo en emergencias, prevención del suicidio y salud mental escolar. También se expandieron los servicios ambulatorios y la telesalud, aunque con acceso desigual.
No obstante, el informe advirtió que la inversión en salud mental permanece estancada en torno al 2% de los presupuestos nacionales de salud, sin cambios desde 2017. La brecha entre países es marcada: en naciones de altos ingresos la inversión llega a USD 65 por persona, mientras que en los más pobres apenas alcanza los USD 0,04.
La atención hospitalaria sigue concentrada en hospitales psiquiátricos, con casi la mitad de los ingresos de carácter involuntario y más del 20% prolongados durante más de un año.
Próxima cumbre en la ONU
La Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre enfermedades no transmisibles y salud mental, prevista para el 25 de septiembre de 2025 en Nueva York, se presenta como una oportunidad para que gobiernos y líderes mundiales sitúen la salud mental en el centro de la agenda internacional.