Charlie Kirk, comentarista político conservador, fundador de Turning Point USA y uno de los aliados más férreos del expresidente Donald Trump, fue asesinado durante un evento en la Universidad del Valle de Utah. Tenía 31 años, estaba casado y era padre de dos hijos pequeños, de tres años y 15 meses.
El disparo que conmocionó a Estados Unidos
El atentado ocurrió mientras Kirk respondía preguntas del público. En un momento del evento, una persona le preguntó sobre la violencia armada en Estados Unidos. “¿Contando o sin contar la violencia de las pandillas?”, respondió Kirk. Segundos después, se oyó un disparo, la multitud estalló en gritos y comenzó a correr. Kirk recibió el impacto en el cuello.
El gobernador de Utah, Spencer Cox, calificó el hecho como “un asesinato político” y expresó: “Es un día trágico para nuestra nación”.
Un ataque planificado
Según informaron fuentes policiales y testigos, el disparo fue realizado desde una “posición elevada”, posiblemente desde la azotea de un edificio a unos 180 metros del lugar. El atacante vestía ropa oscura y aún no fue identificado públicamente.
Jason Chaffetz, excongresista estadounidense que asistió al evento junto a su hija, confirmó a la cadena Fox News que “el disparo fue directamente contra él”, en referencia a Kirk. “Todo el mundo se tiró al suelo”, relató.
Una figura clave del conservadurismo
Kirk era una figura prominente en el movimiento conservador juvenil estadounidense. Fundó Turning Point USA en 2012 y se convirtió rápidamente en una de las voces más influyentes del trumpismo. Su estilo confrontativo y su cercanía con el expresidente lo convirtieron en un personaje polarizante dentro del ecosistema político.
Un nuevo episodio de violencia política
Este asesinato se suma a una serie de episodios recientes que reflejan un clima político cada vez más violento en Estados Unidos. En el último año, el expresidente Trump sobrevivió a un intento de asesinato y el principal legislador demócrata de Minnesota fue asesinado en circunstancias similares.
A pesar de los reiterados llamados a moderar el discurso político, la retórica polarizante no cesa. El asesinato de Charlie Kirk vuelve a encender las alarmas sobre la fragilidad del debate público y el aumento de la violencia como herramienta de acción política.
