El Gobierno nacional presentará hoy ante el Congreso el proyecto de Presupuesto 2026, una hoja de ruta económica que deberá ser debatida en plena campaña electoral y tras la derrota bonaerense. El plan incluirá metas fiscales alineadas con el informe técnico reciente del FMI y promete marcar el tono del año próximo.
Objetivos fiscales y compromiso con el FMI
Según fuentes oficiales y reportes del organismo internacional, se espera que el Presupuesto apunte a un superávit primario del 2,2 % del Producto Interno Bruto (PIB) para 2026, frente al 1,6 % previsto para 2025.
En materia de ingresos tributarios, las proyecciones indican un aumento moderado: permanecerían estables entre 2023 y 2025, alrededor del 16,7 % del PBI, para luego subir a cerca del 17,3 % del PBI en 2026.
Gasto, subsidios y reformas esperadas
El gasto primario se mantendría prácticamente constante en relación al PIB, manteniendo la reducción observada desde 2023. Sin embargo, se prevé un endurecimiento del ajuste: recortes de subsidios, especialmente en energía y transporte, además de posibles eliminación o restricción de exenciones fiscales.
También se estima que aumentará el gasto de capital, y que sectores como la asistencia social y jubilaciones tendrán ajustes reales moderados.
Desafíos políticos y contexto electoral
Este Presupuesto se presentará en un momento complicado: tensiones por vetos recientes —como los relacionados con ATN, financiamiento universitario, emergencia pediátrica— y una opinión pública que exige resultados tangibles.
Además, la campaña ya está en curso. Cada cifra tendrá un peso estratégico. Ajustes fuertes pueden afectar la percepción ciudadana, más en distritos donde el impacto social se siente con rapidez. Y los legisladores saben que su apoyo será clave para aprobarlo antes de fin de año.
Expectativas macroeconómicas y riesgo
El FMI estima que además del superávit, otras variables macro serán esenciales: inflación controlada, crecimiento del PBI, tipo de cambio respetando los parámetros del acuerdo vigente. Un desvío fuerte en cualquiera de esos factores podría poner en riesgo los compromisos asumidos.
El nivel de interés para los mercados también está puesto en el gasto en intereses de deuda externa: si crecen más que el superávit primario, podrían neutralizar parte del beneficio fiscal previsto.
Hoy se presentará el proyecto de Presupuesto 2026: se prevé superávit primario de 2,2 % del PBI, ingresos tributarios al alza, reformas fiscales, recortes de subsidios y tensiones políticas en plena campaña electoral.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
El Gobierno nacional presentará hoy ante el Congreso el proyecto de Presupuesto 2026, una hoja de ruta económica que deberá ser debatida en plena campaña electoral y tras la derrota bonaerense. El plan incluirá metas fiscales alineadas con el informe técnico reciente del FMI y promete marcar el tono del año próximo.
Objetivos fiscales y compromiso con el FMI
Según fuentes oficiales y reportes del organismo internacional, se espera que el Presupuesto apunte a un superávit primario del 2,2 % del Producto Interno Bruto (PIB) para 2026, frente al 1,6 % previsto para 2025.
En materia de ingresos tributarios, las proyecciones indican un aumento moderado: permanecerían estables entre 2023 y 2025, alrededor del 16,7 % del PBI, para luego subir a cerca del 17,3 % del PBI en 2026.
Gasto, subsidios y reformas esperadas
El gasto primario se mantendría prácticamente constante en relación al PIB, manteniendo la reducción observada desde 2023. Sin embargo, se prevé un endurecimiento del ajuste: recortes de subsidios, especialmente en energía y transporte, además de posibles eliminación o restricción de exenciones fiscales.
También se estima que aumentará el gasto de capital, y que sectores como la asistencia social y jubilaciones tendrán ajustes reales moderados.
Desafíos políticos y contexto electoral
Este Presupuesto se presentará en un momento complicado: tensiones por vetos recientes —como los relacionados con ATN, financiamiento universitario, emergencia pediátrica— y una opinión pública que exige resultados tangibles.
Además, la campaña ya está en curso. Cada cifra tendrá un peso estratégico. Ajustes fuertes pueden afectar la percepción ciudadana, más en distritos donde el impacto social se siente con rapidez. Y los legisladores saben que su apoyo será clave para aprobarlo antes de fin de año.
Expectativas macroeconómicas y riesgo
El FMI estima que además del superávit, otras variables macro serán esenciales: inflación controlada, crecimiento del PBI, tipo de cambio respetando los parámetros del acuerdo vigente. Un desvío fuerte en cualquiera de esos factores podría poner en riesgo los compromisos asumidos.
El nivel de interés para los mercados también está puesto en el gasto en intereses de deuda externa: si crecen más que el superávit primario, podrían neutralizar parte del beneficio fiscal previsto.