Emergencia laboral: crecen los despidos en industrias por importaciones

Redacción Cuyo News
5 min

La situación industrial argentina sumó esta semana tres nuevos capítulos a su crisis estructural: las empresas Kenvue, Ilva y Magnera cerraron plantas o redujeron drásticamente su operación, afectando en conjunto a más de 660 trabajadores. La decisión común: dejar de producir en el país para comenzar a importar desde otras filiales en el extranjero.

De fábrica histórica a depósito: el caso Kenvue

En julio de este año, la multinacional Kenvue —líder global en productos de higiene y cuidado personal— cerró su planta productiva ubicada en el conurbano bonaerense. El establecimiento había sido inaugurado en 1969 y se dedicaba a fabricar toallitas descartables, shampoo, aceites y colonias. Una parte importante de su producción se exportaba a mercados regionales.

Con las nuevas condiciones económicas y el costo operativo local, la empresa decidió importar los productos desde sus plantas en San Pablo (Brasil) y Cali (Colombia). Desde 2024, la planta dejó de producir y pasó a operar únicamente como centro logístico y de control de calidad. La medida dejó sin trabajo a unos 220 empleados.

Ilva: cierre sin previo aviso y sin respuesta

A fines de agosto, la empresa de cerámicas Ilva —conducida por Francisco Zanon, segunda generación de la familia fundadora— cerró una de sus plantas sin acatar la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense. La decisión dejó a 300 trabajadores sin empleo y sin explicación directa por parte de los responsables de la empresa.

Con más de 30 años de historia, Ilva fue una de las principales productoras de cerámica del país. Actualmente, los trabajadores despedidos mantienen un acampe frente a la fábrica en reclamo de respuestas y condiciones dignas. Denuncian una situación crítica y exigen que los dueños se presenten a negociar.

Magnera: desmantelamiento silencioso

En el Parque Industrial de Pilar, la planta de la multinacional Magnera (ex Berry) despidió esta semana a 140 operarios de forma repentina. El lunes por la mañana, mientras los empleados se encontraban en sus puestos, fueron convocados y notificados que debían retirarse. La compañía estadounidense fabricaba materiales no tejidos y films, siendo proveedora clave para la industria de pañales y toallitas higiénicas.

La empresa ya había despedido a otros 40 trabajadores en los últimos dos meses. La planta, ubicada en 9 y Del Canal, contaba con un total de 100 empleados antes del cierre. Magnera se consolidó en 2024 tras la fusión de los negocios de Berry Global (que operaba en Argentina) y Glatfelter. Ahora, el proceso de desguace local parece haber culminado con el cese completo de operaciones productivas.

La ola de cierres expone un fenómeno en crecimiento: el reemplazo de producción nacional por importaciones. Cada caso es distinto en su forma, pero el trasfondo es común: un modelo económico que desalienta la industria y deja a cientos de familias sin sustento. Los reclamos se multiplican, pero por ahora, las respuestas empresariales y políticas brillan por su ausencia.

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