El Tribunal Oral Federal dictó sentencia en la causa por el intento de atentado contra la entonces vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El principal acusado, Fernando Sabag Montiel, fue condenado a 10 años de prisión, mientras que su expareja, Brenda Uliarte, recibió una pena de 8 años por su participación como cómplice necesaria.
Un fallo que marca el cierre del caso
La condena contra Sabag Montiel se suma a una sentencia previa por tenencia y distribución de pornografía infantil, por lo que deberá cumplir un total de 14 años tras las rejas. Durante el juicio, el acusado había admitido haber intentado asesinar a la entonces vicepresidenta: “Yo la quería matar a Cristina y Brenda quería que muriera”, declaró en una de las audiencias.
Por su parte, Uliarte fue encontrada culpable en base a mensajes de texto y conversaciones que evidenciaron su conocimiento y participación en la planificación del ataque. Su defensa intentó desvincularla, pero la fiscalía sostuvo que “su colaboración fue indispensable para el intento de homicidio”.
El atentado que no se concretó
El hecho ocurrió el 2 de septiembre de 2022 frente al domicilio de Fernández de Kirchner en el barrio porteño de Recoleta. En ese momento, Sabag Montiel apuntó con una pistola Bersa calibre .32 a escasos centímetros de la cabeza de la vicepresidenta y gatilló. Sin embargo, el disparo no se efectuó por un desperfecto mecánico.
El episodio, grabado por cámaras y testigos, provocó una conmoción política y social sin precedentes, que derivó en una investigación exhaustiva sobre la organización y los vínculos de los agresores.
La “banda de los copitos” y el absuelto
Los tres imputados formaban parte de un grupo conocido como “la banda de los copitos”, vendedores ambulantes de algodón de azúcar que mantenían un vínculo personal y laboral. El tercero en discordia, Nicolás Carrizo, fue finalmente absuelto luego de que la fiscalía y la querella desistieran de acusarlo por falta de pruebas suficientes.
Con esta decisión, el tribunal cerró una de las causas más sensibles de los últimos años, que expuso la fragilidad de la seguridad institucional y la escalada del odio político en la Argentina.
La Justicia condenó a Fernando Sabag Montiel a 10 años de prisión por el intento de asesinato contra Cristina Fernández de Kirchner, y a Brenda Uliarte a 8 años como cómplice necesaria. Con una condena previa por tenencia de pornografía infantil, Sabag Montiel deberá cumplir un total de 14 años tras las rejas.
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El Tribunal Oral Federal dictó sentencia en la causa por el intento de atentado contra la entonces vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El principal acusado, Fernando Sabag Montiel, fue condenado a 10 años de prisión, mientras que su expareja, Brenda Uliarte, recibió una pena de 8 años por su participación como cómplice necesaria.
Un fallo que marca el cierre del caso
La condena contra Sabag Montiel se suma a una sentencia previa por tenencia y distribución de pornografía infantil, por lo que deberá cumplir un total de 14 años tras las rejas. Durante el juicio, el acusado había admitido haber intentado asesinar a la entonces vicepresidenta: “Yo la quería matar a Cristina y Brenda quería que muriera”, declaró en una de las audiencias.
Por su parte, Uliarte fue encontrada culpable en base a mensajes de texto y conversaciones que evidenciaron su conocimiento y participación en la planificación del ataque. Su defensa intentó desvincularla, pero la fiscalía sostuvo que “su colaboración fue indispensable para el intento de homicidio”.
El atentado que no se concretó
El hecho ocurrió el 2 de septiembre de 2022 frente al domicilio de Fernández de Kirchner en el barrio porteño de Recoleta. En ese momento, Sabag Montiel apuntó con una pistola Bersa calibre .32 a escasos centímetros de la cabeza de la vicepresidenta y gatilló. Sin embargo, el disparo no se efectuó por un desperfecto mecánico.
El episodio, grabado por cámaras y testigos, provocó una conmoción política y social sin precedentes, que derivó en una investigación exhaustiva sobre la organización y los vínculos de los agresores.
La “banda de los copitos” y el absuelto
Los tres imputados formaban parte de un grupo conocido como “la banda de los copitos”, vendedores ambulantes de algodón de azúcar que mantenían un vínculo personal y laboral. El tercero en discordia, Nicolás Carrizo, fue finalmente absuelto luego de que la fiscalía y la querella desistieran de acusarlo por falta de pruebas suficientes.
Con esta decisión, el tribunal cerró una de las causas más sensibles de los últimos años, que expuso la fragilidad de la seguridad institucional y la escalada del odio político en la Argentina.