Argentina quedó ubicada en el puesto 107 de un total de 110 países en un ranking internacional que evalúa la dependencia de las economías respecto del sector minero. El índice, elaborado con datos del Banco Mundial, UN Comtrade y el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), busca cuantificar cuánto pesa la minería en la estructura económica de cada nación.
Una potencia geológica que aún no despega
El lugar ocupado por Argentina en el ranking no refleja una escasez de recursos, sino una baja incidencia estructural de la minería en su economía. A pesar de contar con uno de los potenciales geológicos más relevantes de América Latina y un creciente protagonismo del litio, el sector representa apenas el 1% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional.
En términos de valor absoluto de producción minera, el país muestra signos de crecimiento. Las exportaciones de litio, oro, plata y cobre superaron los USD 4.000 millones en 2024, según datos oficiales, una cifra relevante pero todavía distante de su verdadero potencial.
El empleo directo vinculado a la minería ronda los 40.000 puestos, y el sector aporta tan solo el 4% del total de las exportaciones nacionales. Esta situación pone en evidencia un desafío de fondo: cómo transformar los recursos naturales en una fuente de desarrollo sostenible y diversificación económica.
Panorama global: grandes productores, distintas realidades
El estudio también incluye un ranking de los países con mayor valor absoluto de producción minera. Allí, dominan potencias industriales como China (USD 435.000 millones), Australia (USD 205.000 millones), Indonesia (USD 157.000 millones) y Estados Unidos (USD 145.000 millones).
En América Latina, Chile, Perú y México se destacan tanto por volumen como por dependencia relativa de la minería. Chile, por ejemplo, figura entre los cinco países con mayor valor de producción, impulsado por el cobre, el litio y el molibdeno. Perú, en tanto, combina cobre, oro y zinc, que representan más del 60% de sus exportaciones.
¿Y Argentina? El litio y el cobre, las apuestas fuertes
Aunque rezagada en el índice de dependencia, Argentina forma parte del grupo de países con producción minera en expansión. La evolución del litio y el cobre se presenta como una oportunidad estratégica para reposicionar al país en futuras ediciones del ranking.
Proyectos como Josemaría, MARA y Los Azules son considerados clave para dar un salto de escala. Sin embargo, el informe del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM) advierte que el verdadero valor del sector no se mide solo en dólares, sino en su capacidad para generar empleo, atraer inversiones y consolidar un modelo de crecimiento sustentable.
Así, el puesto 107 no es tanto una señal de debilidad, sino una advertencia sobre el camino que aún queda por recorrer. La minería, con planificación y políticas adecuadas, podría convertirse en un motor clave para el desarrollo económico argentino.
Argentina se ubicó en el puesto 107 de un ranking global que mide la dependencia económica del sector minero en 110 países, elaborado con datos del Banco Mundial, UN Comtrade y el Servicio Geológico de los Estados Unidos. A pesar de contar con recursos estratégicos como el litio, el oro y el cobre, la minería representa apenas el 1% del PBI nacional. El informe destaca el crecimiento reciente de las exportaciones mineras, que superaron los USD 4.000 millones en 2024, pero también señala la necesidad de transformar ese potencial geológico en desarrollo sostenible.
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Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
Argentina quedó ubicada en el puesto 107 de un total de 110 países en un ranking internacional que evalúa la dependencia de las economías respecto del sector minero. El índice, elaborado con datos del Banco Mundial, UN Comtrade y el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), busca cuantificar cuánto pesa la minería en la estructura económica de cada nación.
Una potencia geológica que aún no despega
El lugar ocupado por Argentina en el ranking no refleja una escasez de recursos, sino una baja incidencia estructural de la minería en su economía. A pesar de contar con uno de los potenciales geológicos más relevantes de América Latina y un creciente protagonismo del litio, el sector representa apenas el 1% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional.
En términos de valor absoluto de producción minera, el país muestra signos de crecimiento. Las exportaciones de litio, oro, plata y cobre superaron los USD 4.000 millones en 2024, según datos oficiales, una cifra relevante pero todavía distante de su verdadero potencial.
El empleo directo vinculado a la minería ronda los 40.000 puestos, y el sector aporta tan solo el 4% del total de las exportaciones nacionales. Esta situación pone en evidencia un desafío de fondo: cómo transformar los recursos naturales en una fuente de desarrollo sostenible y diversificación económica.
Panorama global: grandes productores, distintas realidades
El estudio también incluye un ranking de los países con mayor valor absoluto de producción minera. Allí, dominan potencias industriales como China (USD 435.000 millones), Australia (USD 205.000 millones), Indonesia (USD 157.000 millones) y Estados Unidos (USD 145.000 millones).
En América Latina, Chile, Perú y México se destacan tanto por volumen como por dependencia relativa de la minería. Chile, por ejemplo, figura entre los cinco países con mayor valor de producción, impulsado por el cobre, el litio y el molibdeno. Perú, en tanto, combina cobre, oro y zinc, que representan más del 60% de sus exportaciones.
¿Y Argentina? El litio y el cobre, las apuestas fuertes
Aunque rezagada en el índice de dependencia, Argentina forma parte del grupo de países con producción minera en expansión. La evolución del litio y el cobre se presenta como una oportunidad estratégica para reposicionar al país en futuras ediciones del ranking.
Proyectos como Josemaría, MARA y Los Azules son considerados clave para dar un salto de escala. Sin embargo, el informe del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM) advierte que el verdadero valor del sector no se mide solo en dólares, sino en su capacidad para generar empleo, atraer inversiones y consolidar un modelo de crecimiento sustentable.
Así, el puesto 107 no es tanto una señal de debilidad, sino una advertencia sobre el camino que aún queda por recorrer. La minería, con planificación y políticas adecuadas, podría convertirse en un motor clave para el desarrollo económico argentino.