El Gobierno Nacional confirmó que el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) ha logrado movilizar una cifra superior a los USD 15.700 millones a través de ocho proyectos ya aprobados en diversos sectores estratégicos de la economía. Esta herramienta, establecida por la Ley 27.742 , tiene como objetivo principal «generar condiciones de previsibilidad, estabilidad y competitividad necesarias para atraer Grandes Inversiones a la República Argentina».
Los ocho proyectos adheridos hasta ahora abarcan áreas clave para el crecimiento nacional. El sector energético lidera las iniciativas con la puesta en marcha de desarrollos en petróleo y gas (incluyendo GNL y Midstream). A su vez, se impulsan las energías limpias con inversiones en proyectos de generación fotovoltaica y eólica.
La Minería también es protagonista, con un fuerte desarrollo en la industria del Litio y del Cobre. Completa el panorama el sector de la Siderurgia, con proyectos enfocados en la producción de acero. La materialización de estas iniciativas proyecta la creación de más de 18.000 puestos de trabajo directos e indirectos, impactando positivamente en las economías regionales.
Inversiones con Sello Federal
La distribución geográfica de estos capitales es de naturaleza federal. Las inversiones se distribuirán en seis provincias, lo que garantiza un impacto productivo en distintos puntos del país. Las jurisdicciones beneficiadas son: San Juan, Mendoza, Salta, Catamarca, Río Negro y Buenos Aires.
El RIGI, creado por el Título VII de la Ley 27.742 , brinda «previsibilidad, seguridad jurídica y beneficios impositivos» a los Vehículos de Proyecto Único (VPU), lo que facilita el desarrollo de estos emprendimientos de gran escala. La implementación y reglamentación, aprobadas por el Decreto 749 del 22 de agosto de 2024 y sus posteriores resoluciones, buscan dotar de mayor celeridad al proceso de aprobación y adecuación de los planes de inversión.
<p>El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) ya generó la aprobación de ocho proyectos que superan los USD 15.700 millones en sectores clave como petróleo, gas, minería (Litio y Cobre) y energías renovables. Las inversiones están distribuidas en seis provincias, incluyendo San Juan, y proyectan crear más de 18.000 puestos de trabajo.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) ha pasado de ser una sigla que suena a programa de televisión japonés de culto, a una realidad que inyecta más de 15.700 millones de dólares en la economía argentina. La noticia, confirmada por el Ministerio de Economía, es tan impactante que es probable que, en este momento, alguien en un búnker anti-crisis esté revisando si esos miles de millones no son en realidad una promesa de campaña que se filtró por error. Al parecer, el país finalmente encontró una manera de atraer capital que no involucre prometer un 40% de rentabilidad a cambio de un PBI futuro, ni usar una moneda que solo es válida dentro de una provincia.
Ocho proyectos fueron los afortunados , abarcando desde el Litio hasta la Energía Eólica, pasando por el Cobre, que hasta hace poco solo era noticia cuando se robaban cables de la calle. La distribución geográfica, que incluye a San Juan, Mendoza, Salta, Catamarca, Río Negro y Buenos Aires, confirma que el dinero, al igual que los rumores de divorcio de las celebridades, no conoce de grietas ni de fronteras. Y, como si esto fuera poco, se proyecta la creación de más de 18.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Este dato es crucial: 18.000 personas que ya no tendrán que poner «freelance» o «emprendedor» en LinkedIn para disimular que están desempleadas.
El RIGI, con su promesa de previsibilidad, estabilidad y seguridad jurídica, es la nueva pareja estable de la economía, esa de la que todos dudaban al principio, pero que ahora trae regalos carísimos y te presenta a la familia. Es una especie de «Blindaje legal premium» para inversores, que, en un país como el nuestro, es tan exótico como ver un pingüino tomando mate en la playa. Los vehículos de proyecto único (VPU) son los protagonistas de esta película, seres que solo existen en los papeles del Ministerio de Economía y que están protegidos por una reglamentación que debe ser más densa que un manual de instrucciones de IKEA escrito en arameo. Pero funciona, y eso, en Argentina, es casi un milagro que merece ser canonizado.
En resumen, Argentina está recibiendo inversiones porque el RIGI le está poniendo un traje de kevlar legal a los dólares. Se acabó, al menos por ahora, el deporte nacional de «invertir y rezar para que no te cambien las reglas a mitad de partido». Es una movida tan audaz que muchos economistas ya están reconsiderando sus pronósticos de catástrofe y, por primera vez en años, el país está atrayendo dinero por el ‘petróleo y gas’ y no por la cantidad de memes que exportamos. La única preocupación real es si lograremos mantener esta racha de sensatez o si, como siempre, encontraremos una forma ingeniosa de arruinarlo todo, quizás declarando el Cobre mineral nacional exclusivo para estatuillas de próceres.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
El Gobierno Nacional confirmó que el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) ha logrado movilizar una cifra superior a los USD 15.700 millones a través de ocho proyectos ya aprobados en diversos sectores estratégicos de la economía. Esta herramienta, establecida por la Ley 27.742 , tiene como objetivo principal «generar condiciones de previsibilidad, estabilidad y competitividad necesarias para atraer Grandes Inversiones a la República Argentina».
Los ocho proyectos adheridos hasta ahora abarcan áreas clave para el crecimiento nacional. El sector energético lidera las iniciativas con la puesta en marcha de desarrollos en petróleo y gas (incluyendo GNL y Midstream). A su vez, se impulsan las energías limpias con inversiones en proyectos de generación fotovoltaica y eólica.
La Minería también es protagonista, con un fuerte desarrollo en la industria del Litio y del Cobre. Completa el panorama el sector de la Siderurgia, con proyectos enfocados en la producción de acero. La materialización de estas iniciativas proyecta la creación de más de 18.000 puestos de trabajo directos e indirectos, impactando positivamente en las economías regionales.
Inversiones con Sello Federal
La distribución geográfica de estos capitales es de naturaleza federal. Las inversiones se distribuirán en seis provincias, lo que garantiza un impacto productivo en distintos puntos del país. Las jurisdicciones beneficiadas son: San Juan, Mendoza, Salta, Catamarca, Río Negro y Buenos Aires.
El RIGI, creado por el Título VII de la Ley 27.742 , brinda «previsibilidad, seguridad jurídica y beneficios impositivos» a los Vehículos de Proyecto Único (VPU), lo que facilita el desarrollo de estos emprendimientos de gran escala. La implementación y reglamentación, aprobadas por el Decreto 749 del 22 de agosto de 2024 y sus posteriores resoluciones, buscan dotar de mayor celeridad al proceso de aprobación y adecuación de los planes de inversión.
El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) ha pasado de ser una sigla que suena a programa de televisión japonés de culto, a una realidad que inyecta más de 15.700 millones de dólares en la economía argentina. La noticia, confirmada por el Ministerio de Economía, es tan impactante que es probable que, en este momento, alguien en un búnker anti-crisis esté revisando si esos miles de millones no son en realidad una promesa de campaña que se filtró por error. Al parecer, el país finalmente encontró una manera de atraer capital que no involucre prometer un 40% de rentabilidad a cambio de un PBI futuro, ni usar una moneda que solo es válida dentro de una provincia.
Ocho proyectos fueron los afortunados , abarcando desde el Litio hasta la Energía Eólica, pasando por el Cobre, que hasta hace poco solo era noticia cuando se robaban cables de la calle. La distribución geográfica, que incluye a San Juan, Mendoza, Salta, Catamarca, Río Negro y Buenos Aires, confirma que el dinero, al igual que los rumores de divorcio de las celebridades, no conoce de grietas ni de fronteras. Y, como si esto fuera poco, se proyecta la creación de más de 18.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Este dato es crucial: 18.000 personas que ya no tendrán que poner «freelance» o «emprendedor» en LinkedIn para disimular que están desempleadas.
El RIGI, con su promesa de previsibilidad, estabilidad y seguridad jurídica, es la nueva pareja estable de la economía, esa de la que todos dudaban al principio, pero que ahora trae regalos carísimos y te presenta a la familia. Es una especie de «Blindaje legal premium» para inversores, que, en un país como el nuestro, es tan exótico como ver un pingüino tomando mate en la playa. Los vehículos de proyecto único (VPU) son los protagonistas de esta película, seres que solo existen en los papeles del Ministerio de Economía y que están protegidos por una reglamentación que debe ser más densa que un manual de instrucciones de IKEA escrito en arameo. Pero funciona, y eso, en Argentina, es casi un milagro que merece ser canonizado.
En resumen, Argentina está recibiendo inversiones porque el RIGI le está poniendo un traje de kevlar legal a los dólares. Se acabó, al menos por ahora, el deporte nacional de «invertir y rezar para que no te cambien las reglas a mitad de partido». Es una movida tan audaz que muchos economistas ya están reconsiderando sus pronósticos de catástrofe y, por primera vez en años, el país está atrayendo dinero por el ‘petróleo y gas’ y no por la cantidad de memes que exportamos. La única preocupación real es si lograremos mantener esta racha de sensatez o si, como siempre, encontraremos una forma ingeniosa de arruinarlo todo, quizás declarando el Cobre mineral nacional exclusivo para estatuillas de próceres.