
San Juan recibió el «corazón» de su fábrica de paneles solares
El viernes 31 de octubre se inscribió como una jornada histórica para San Juan. El gobernador Marcelo Orrego encabezó, en las instalaciones de EPSE ubicadas en Calle 6 y Maurín, Pocito, la recepción de los camiones que transportaron la tan esperada laminadora industrial. Esta máquina no es un equipo cualquiera, sino el «corazón» de la nueva fábrica de paneles solares, una pieza fundamental que promete transformar la matriz productiva de la provincia.
Este suceso representa la fase final para que esta prometedora industria, gestionada por Energía Provincial Sociedad del Estado (EPSE), pueda iniciar sus operaciones, después de más de una década de preparativos y gestiones.
Declaraciones y proyecciones futuras
Durante el particular evento, Orrego estuvo acompañado por el presidente de EPSE, Lucas Soler. El mandatario provincial expresó que “es un día icónico para los sanjuaninos, tener la oportunidad de estar recibiendo en este caso la laminadora, que es una máquina muy importante para el proceso de fabricación de la línea de producción de los paneles solares, que nos va permitir a los sanjuaninos al principio comprar silicio, hacer la celda y después terminar con los paneles, y en el tiempo, comercializarlo”.
Asimismo, el gobernador destacó el potencial estratégico de la provincia, señalando que “el 50% de los paneles solares se encuentran en la provincia de San Juan, y eso nos abre oportunidades en el tiempo realmente muy interesantes. Primero, porque todo tipo de proyecto que podamos desarrollarse en San Juan, en materia de lo que es la industria cualquiera sea, es muy importante que tenga una trazabilidad sustentable también con la producción, y en este caso con la producción de energía fotovoltaica. Es la apertura para distintas oportunidades, no sólo en la Argentina sino en el mundo”.
Un traslado de alta complejidad
Para comprender la magnitud de este acontecimiento, es preciso dimensionar la laminadora. Adquirida en China, la máquina pesa un total de 100 toneladas. No se trata de una única pieza, sino de cuatro módulos, dos para cada laminador (superior e inferior), pesando cada módulo en promedio unas 25 toneladas.
El traslado de esta infraestructura demandó un verdadero despliegue logístico. Según se explicó, la carga se transportó en siete enormes cargamentos. Seis de estos contenedores eran especiales, significativamente más anchos que una calzada normal. Por esta razón, su desplazamiento requirió una custodia constante, ya que ocupaban más espacio que un carril común. El resto de la carga arribó en un contenedor estándar.
La estrategia de transporte fue meticulosamente planificada: la carga llegó a través de Chile, luego de un viaje de más de una semana. De los siete contenedores, cinco arribaron primero a la Aduana de San Juan. El verdadero desafío lo representaron los dos contenedores restantes, que quedaron esperando en el puerto de San Antonio, Chile, siendo uno de ellos el que exigió un cuidado especial por sus dimensiones.
Este cargamento particularmente especial fue custodiado por Carabineros de Chile hasta el límite binacional, y posteriormente, la Gendarmería Nacional se hizo cargo de la custodia hasta la Aduana local. Debido a las normativas chilenas, la circulación en el país vecino se restringió estrictamente a horarios nocturnos para no interrumpir el tránsito diurno.
Para que la Aduana pudiera liberar la máquina, fue necesario aguardar la llegada de todas las partes, dado que se considera un único y gran cargamento. Una vez que el equipo fue desconsolidado y nacionalizado, se pudo trasladar finalmente a las instalaciones de EPSE, objetivo logrado este viernes.
A un paso de la producción: ensamble y puesta en marcha
La laminadora constituye el corazón de la línea de producción de módulos solares. En esta etapa crítica se unen y sellan todas las partes del panel, asegurando que el producto final sea resistente, seguro y capaz de funcionar correctamente durante más de 30 años. Durante este proceso, el encapsulante se funde con calor mientras se aplica vacío para eliminar cualquier posible burbuja de aire.
Respecto a los pasos a seguir, Estrada precisó que “a partir del 19 de noviembre viene la gente que la va a poner en marcha, que la va a ensamblar. Lo que vamos a hacer nosotros es desconsolidar, bajarla al piso y entrarla a la fábrica. Luego del 19 de noviembre tenemos aproximadamente 45 días hasta terminar de ensamblarla, y de ahí empiezan las pruebas de la máquina, que son otros 45 días más”.
Agregó sobre los plazos que “la máquina estaría operativa para principios del año que viene, y luego hay que empezar con la consolidación de toda la línea de producción. Es decir, la máquina tiene que comunicarse con las otras máquinas y con el control de toda la planta, y ahí empiezan las pruebas de toda la línea como tal. Estimamos que entre tres y cuatro meses tenemos que poner en marcha toda la línea”.
Este complejo proceso incluye la llegada de insumos específicos para la producción, y dos etapas de testeo exhaustivo de la línea, fundamentales para asegurar todos los estándares de calidad requeridos. Para la asistencia técnica especializada, arribarán a la provincia expertos provenientes de España, China y Alemania.
La capacidad inicial proyectada de la fábrica es del orden de 800.000 paneles solares por año, lo que actualmente se traduce en poco más de 400 MW anuales. No obstante, el diseño de la planta permite una expansión importante. Esto se traduce en la posibilidad de alcanzar en un futuro no muy lejano una «Giga Factory», es decir, una fábrica con una capacidad de 1000 MW por año.
El gobernador Marcelo Orrego encabezó la recepción de la laminadora industrial, pieza central de la futura fábrica de paneles solares de San Juan. Este equipo, de 100 toneladas, arribó a la provincia tras un complejo operativo logístico desde China, marcando un hito crucial para el arranque de la industria tras más de una década de planificación. La iniciativa de EPSE busca potenciar la producción energética local y expandir las oportunidades comerciales de la provincia.
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San Juan recibió el «corazón» de su fábrica de paneles solares
El viernes 31 de octubre se inscribió como una jornada histórica para San Juan. El gobernador Marcelo Orrego encabezó, en las instalaciones de EPSE ubicadas en Calle 6 y Maurín, Pocito, la recepción de los camiones que transportaron la tan esperada laminadora industrial. Esta máquina no es un equipo cualquiera, sino el «corazón» de la nueva fábrica de paneles solares, una pieza fundamental que promete transformar la matriz productiva de la provincia.
Este suceso representa la fase final para que esta prometedora industria, gestionada por Energía Provincial Sociedad del Estado (EPSE), pueda iniciar sus operaciones, después de más de una década de preparativos y gestiones.
Declaraciones y proyecciones futuras
Durante el particular evento, Orrego estuvo acompañado por el presidente de EPSE, Lucas Soler. El mandatario provincial expresó que “es un día icónico para los sanjuaninos, tener la oportunidad de estar recibiendo en este caso la laminadora, que es una máquina muy importante para el proceso de fabricación de la línea de producción de los paneles solares, que nos va permitir a los sanjuaninos al principio comprar silicio, hacer la celda y después terminar con los paneles, y en el tiempo, comercializarlo”.
Asimismo, el gobernador destacó el potencial estratégico de la provincia, señalando que “el 50% de los paneles solares se encuentran en la provincia de San Juan, y eso nos abre oportunidades en el tiempo realmente muy interesantes. Primero, porque todo tipo de proyecto que podamos desarrollarse en San Juan, en materia de lo que es la industria cualquiera sea, es muy importante que tenga una trazabilidad sustentable también con la producción, y en este caso con la producción de energía fotovoltaica. Es la apertura para distintas oportunidades, no sólo en la Argentina sino en el mundo”.
Un traslado de alta complejidad
Para comprender la magnitud de este acontecimiento, es preciso dimensionar la laminadora. Adquirida en China, la máquina pesa un total de 100 toneladas. No se trata de una única pieza, sino de cuatro módulos, dos para cada laminador (superior e inferior), pesando cada módulo en promedio unas 25 toneladas.
El traslado de esta infraestructura demandó un verdadero despliegue logístico. Según se explicó, la carga se transportó en siete enormes cargamentos. Seis de estos contenedores eran especiales, significativamente más anchos que una calzada normal. Por esta razón, su desplazamiento requirió una custodia constante, ya que ocupaban más espacio que un carril común. El resto de la carga arribó en un contenedor estándar.
La estrategia de transporte fue meticulosamente planificada: la carga llegó a través de Chile, luego de un viaje de más de una semana. De los siete contenedores, cinco arribaron primero a la Aduana de San Juan. El verdadero desafío lo representaron los dos contenedores restantes, que quedaron esperando en el puerto de San Antonio, Chile, siendo uno de ellos el que exigió un cuidado especial por sus dimensiones.
Este cargamento particularmente especial fue custodiado por Carabineros de Chile hasta el límite binacional, y posteriormente, la Gendarmería Nacional se hizo cargo de la custodia hasta la Aduana local. Debido a las normativas chilenas, la circulación en el país vecino se restringió estrictamente a horarios nocturnos para no interrumpir el tránsito diurno.
Para que la Aduana pudiera liberar la máquina, fue necesario aguardar la llegada de todas las partes, dado que se considera un único y gran cargamento. Una vez que el equipo fue desconsolidado y nacionalizado, se pudo trasladar finalmente a las instalaciones de EPSE, objetivo logrado este viernes.
A un paso de la producción: ensamble y puesta en marcha
La laminadora constituye el corazón de la línea de producción de módulos solares. En esta etapa crítica se unen y sellan todas las partes del panel, asegurando que el producto final sea resistente, seguro y capaz de funcionar correctamente durante más de 30 años. Durante este proceso, el encapsulante se funde con calor mientras se aplica vacío para eliminar cualquier posible burbuja de aire.
Respecto a los pasos a seguir, Estrada precisó que “a partir del 19 de noviembre viene la gente que la va a poner en marcha, que la va a ensamblar. Lo que vamos a hacer nosotros es desconsolidar, bajarla al piso y entrarla a la fábrica. Luego del 19 de noviembre tenemos aproximadamente 45 días hasta terminar de ensamblarla, y de ahí empiezan las pruebas de la máquina, que son otros 45 días más”.
Agregó sobre los plazos que “la máquina estaría operativa para principios del año que viene, y luego hay que empezar con la consolidación de toda la línea de producción. Es decir, la máquina tiene que comunicarse con las otras máquinas y con el control de toda la planta, y ahí empiezan las pruebas de toda la línea como tal. Estimamos que entre tres y cuatro meses tenemos que poner en marcha toda la línea”.
Este complejo proceso incluye la llegada de insumos específicos para la producción, y dos etapas de testeo exhaustivo de la línea, fundamentales para asegurar todos los estándares de calidad requeridos. Para la asistencia técnica especializada, arribarán a la provincia expertos provenientes de España, China y Alemania.
La capacidad inicial proyectada de la fábrica es del orden de 800.000 paneles solares por año, lo que actualmente se traduce en poco más de 400 MW anuales. No obstante, el diseño de la planta permite una expansión importante. Esto se traduce en la posibilidad de alcanzar en un futuro no muy lejano una «Giga Factory», es decir, una fábrica con una capacidad de 1000 MW por año.