<div class="semiton-wrapper" data-texto="Oh, dulce soledad humana, ahora con upgrades. El amor 2.0 llega a los tribunales y es más complicado que un router sin contraseña.
Ohio, siempre el purista, prohíbe el 'reconocimiento legal simbólico' a los romances con IA. Mientras, Elizabeth Yang predice un tsunami de divorcios por 'apego emocional a bots'. Prepárense para discutir 'disipación de bienes' por suscripciones premium y custodias donde el padre chatea con un algoritmo en vez de leer un cuento. Parece que la IA es la nueva amante... o el nuevo terapeuta, dependiendo de a quién le pregunten (y cuánto paguen). California ya reguló, porque hasta el romance con IA necesita reglas, no vaya a ser que confundan un algoritmo con un profesional de la salud. La evolución del 'like' al 'te amo, sistema binario'."></div> Ohio, con una visión que algunos calificarían de proteccionista y otros de, simplemente, tardía, se erige como bastión de la exclusividad humana en las relaciones sentimentales. "Por el contrario, Ohio se está convirtiendo en uno de los estados más restrictivos", expone Palmer, refiriéndose a las recientes iniciativas legislativas que intentan prohibir explícitamente "incluso el reconocimiento legal simbólico o el intento de reconocimiento legal de las relaciones íntimas entre humanos e IA". En un movimiento que haría reflexionar a cualquier algoritmo, el representante estatal Thaddeus J. Claggett presentó en octubre un proyecto de ley para negar a las IA el derecho a la personalidad jurídica, considerándolas "entidades no sintientes". El futuro, al parecer, no está programado para todos.
El Algoritmo en el Banquillo
La abogada de derecho familiar Elizabeth Yang anticipa que "Lo que está sucediendo plantea interrogantes muy interesantes para el futuro del derecho". Los códigos civiles, diseñados para dramas de carne y hueso, ahora deben estirarse para contener los enredos del silicio. Curiosamente, la infidelidad conyugal, ese clásico de las pasiones humanas, es ilegal en 16 estados. Si bien rara vez se presentan cargos, en trece de ellos se la considera un delito menor. Las sanciones son más severas en Michigan, Wisconsin y Oklahoma, donde el adulterio asciende a la categoría de delito grave, castigado con hasta cinco años de prisión o una multa de hasta 10.000 dólares en Wisconsin. Una costosa aventura, incluso si la otra parte es un cúmulo de líneas de código.
Sin embargo, en California, donde reside Yang, la perspectiva es más pragmática. "A los tribunales no les interesan las razones del fracaso matrimonial. Solo necesitan que se cumpla la condición de diferencias irreconciliables. Así que, ya sea una infidelidad con un robot o con una persona, da igual", aclara la letrada, dejando en claro que el corazón roto, o la billetera vacía, es lo que realmente importa en el expediente.
Un ámbito donde la IA puede generar un dolor de cabeza real en los procesos de divorcio es el del mal uso del dinero, eufemísticamente conocido como "disipación de bienes". En estados con régimen de bienes mancomunados, como Arizona y Texas, los fondos acumulados durante el matrimonio son de ambos cónyuges. Así, si uno de ellos puede demostrar que hubo un despilfarro económico en pagos ocultos o costos de suscripción a un "compañero de IA", la situación podría inclinarse hacia un lado. Imaginen el careo judicial: "Su Señoría, mi ex cónyuge gastaba más en mensajes de buenos días de su novia virtual que en el plan de ahorro para nuestra jubilación".
Cuestiones de Custodia y el Nuevo Romance Digital
Según Palmer, los jueces ya lidian con un rompecabezas al abordar las relaciones extramatrimoniales con personas; la irrupción de "los acompañantes de IA" solo complicará aún más el panorama. Los hijos también emergen como un asunto delicado. En las disputas por la custodia, es concebible y probable que se cuestione el criterio de los padres que mantienen "conversaciones íntimas con un chatbot", suscitando dudas sobre cómo equilibran este vínculo digital con el tiempo y la atención dedicados a sus hijos. La paternidad, parece, ahora requiere un manual de buenas prácticas para la interacción con inteligencias artificiales.
Aunque los sofisticados chatbots actuales son un fenómeno relativamente reciente, Yang no duda de que la tecnología desempeñará un papel determinante en matrimonios y divorcios. "A medida que siga mejorando y volviéndose más realista, compasiva y empática, cada vez más personas con matrimonios infelices y que se sienten solas buscarán el amor a través de un bot". La soledad, por fin, tiene una solución programable.
La abogada aún no ha tenido clientes que le planteen esta particular cuestión, pero anticipa un auge de los divorcios en los próximos años a medida que más personas recurran a la IA en busca de compañía. "Probablemente veremos un incremento en las solicitudes de divorcio", afirma con la perspicacia de quien ve venir la próxima ola. Y compara: "En la pandemia, por ejemplo, el aumento fue muy significativo. Se triplicaron las solicitudes de divorcio entre 2020 y 2022. Después de 2022, una vez que la situación se normalizó, las tasas de divorcio volvieron a bajar. Pero seguro volverán a subir". El amor es una montaña rusa; el divorcio, por lo visto, también.
Regulando el Apego Algorítmico
En el Reino Unido, el uso de aplicaciones de chatbot por parte de la pareja se ha convertido en un factor cada vez más común que contribuye al divorcio, según el servicio de recopilación de datos Divorce-Online. La plataforma afirma haber registrado este año un aumento en las solicitudes de divorcio donde los clientes señalan que apps como Replika y Anima crearon "apego emocional o romántico". Un nuevo competidor en el mercado de los corazones rotos, esta vez, con actualizaciones de software.
A pesar de la controversia que genera, Palmer aún cree en el potencial positivo de las relaciones con la IA. "Algunas personas encuentran una verdadera satisfacción", concede, pero advierte con sensatez que "es necesario reconocer las limitaciones". En un gesto de vanguardia, California se convirtió en octubre en el primer estado en aprobar una ley que regula los chatbots de compañía. La normativa, que entrará en vigor en enero de 2026, exige que las aplicaciones incorporen funciones clave como la verificación de edad y recordatorios de descanso para menores, además de prohibir que los chatbots actúen como profesionales de la salud. Las empresas que se beneficien de los deepfakes ilegales también enfrentarán multas de hasta 250.000 dólares por incidente.
Para Palmer, esto no es un fenómeno tan novedoso bajo el sol digital. Ya había presenciado algo similar con las redes sociales: "Puede que una pareja se haya puesto en contacto con alguien a quien no veía desde hace años. O que simplemente exista una necesidad real de comunicación". Ahora, "La IA se está convirtiendo en un sustituto de eso". En definitiva, la IA, con su promesa de compañía perfecta, se perfila como la evolución natural del ‘me gusta’ a la infidelidad algorítmica.
Este artículo fue publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.
La proliferación de relaciones íntimas con inteligencias artificiales (IA) está generando un nuevo paradigma en el derecho familiar, anticipando un incremento significativo en los procesos de divorcio. Expertos legales advierten sobre los desafíos que estas vinculaciones plantean en casos de infidelidad, disipación de bienes y disputas por la custodia parental. Mientras algunos estados como Ohio buscan restringir legalmente el reconocimiento de estas relaciones, otros, como California, avanzan en su regulación, reconociendo la creciente influencia de la tecnología en la esfera personal.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
<div class="semiton-wrapper" data-texto="Oh, dulce soledad humana, ahora con upgrades. El amor 2.0 llega a los tribunales y es más complicado que un router sin contraseña.
Ohio, siempre el purista, prohíbe el 'reconocimiento legal simbólico' a los romances con IA. Mientras, Elizabeth Yang predice un tsunami de divorcios por 'apego emocional a bots'. Prepárense para discutir 'disipación de bienes' por suscripciones premium y custodias donde el padre chatea con un algoritmo en vez de leer un cuento. Parece que la IA es la nueva amante... o el nuevo terapeuta, dependiendo de a quién le pregunten (y cuánto paguen). California ya reguló, porque hasta el romance con IA necesita reglas, no vaya a ser que confundan un algoritmo con un profesional de la salud. La evolución del 'like' al 'te amo, sistema binario'."></div> Ohio, con una visión que algunos calificarían de proteccionista y otros de, simplemente, tardía, se erige como bastión de la exclusividad humana en las relaciones sentimentales. "Por el contrario, Ohio se está convirtiendo en uno de los estados más restrictivos", expone Palmer, refiriéndose a las recientes iniciativas legislativas que intentan prohibir explícitamente "incluso el reconocimiento legal simbólico o el intento de reconocimiento legal de las relaciones íntimas entre humanos e IA". En un movimiento que haría reflexionar a cualquier algoritmo, el representante estatal Thaddeus J. Claggett presentó en octubre un proyecto de ley para negar a las IA el derecho a la personalidad jurídica, considerándolas "entidades no sintientes". El futuro, al parecer, no está programado para todos.
El Algoritmo en el Banquillo
La abogada de derecho familiar Elizabeth Yang anticipa que "Lo que está sucediendo plantea interrogantes muy interesantes para el futuro del derecho". Los códigos civiles, diseñados para dramas de carne y hueso, ahora deben estirarse para contener los enredos del silicio. Curiosamente, la infidelidad conyugal, ese clásico de las pasiones humanas, es ilegal en 16 estados. Si bien rara vez se presentan cargos, en trece de ellos se la considera un delito menor. Las sanciones son más severas en Michigan, Wisconsin y Oklahoma, donde el adulterio asciende a la categoría de delito grave, castigado con hasta cinco años de prisión o una multa de hasta 10.000 dólares en Wisconsin. Una costosa aventura, incluso si la otra parte es un cúmulo de líneas de código.
Sin embargo, en California, donde reside Yang, la perspectiva es más pragmática. "A los tribunales no les interesan las razones del fracaso matrimonial. Solo necesitan que se cumpla la condición de diferencias irreconciliables. Así que, ya sea una infidelidad con un robot o con una persona, da igual", aclara la letrada, dejando en claro que el corazón roto, o la billetera vacía, es lo que realmente importa en el expediente.
Un ámbito donde la IA puede generar un dolor de cabeza real en los procesos de divorcio es el del mal uso del dinero, eufemísticamente conocido como "disipación de bienes". En estados con régimen de bienes mancomunados, como Arizona y Texas, los fondos acumulados durante el matrimonio son de ambos cónyuges. Así, si uno de ellos puede demostrar que hubo un despilfarro económico en pagos ocultos o costos de suscripción a un "compañero de IA", la situación podría inclinarse hacia un lado. Imaginen el careo judicial: "Su Señoría, mi ex cónyuge gastaba más en mensajes de buenos días de su novia virtual que en el plan de ahorro para nuestra jubilación".
Cuestiones de Custodia y el Nuevo Romance Digital
Según Palmer, los jueces ya lidian con un rompecabezas al abordar las relaciones extramatrimoniales con personas; la irrupción de "los acompañantes de IA" solo complicará aún más el panorama. Los hijos también emergen como un asunto delicado. En las disputas por la custodia, es concebible y probable que se cuestione el criterio de los padres que mantienen "conversaciones íntimas con un chatbot", suscitando dudas sobre cómo equilibran este vínculo digital con el tiempo y la atención dedicados a sus hijos. La paternidad, parece, ahora requiere un manual de buenas prácticas para la interacción con inteligencias artificiales.
Aunque los sofisticados chatbots actuales son un fenómeno relativamente reciente, Yang no duda de que la tecnología desempeñará un papel determinante en matrimonios y divorcios. "A medida que siga mejorando y volviéndose más realista, compasiva y empática, cada vez más personas con matrimonios infelices y que se sienten solas buscarán el amor a través de un bot". La soledad, por fin, tiene una solución programable.
La abogada aún no ha tenido clientes que le planteen esta particular cuestión, pero anticipa un auge de los divorcios en los próximos años a medida que más personas recurran a la IA en busca de compañía. "Probablemente veremos un incremento en las solicitudes de divorcio", afirma con la perspicacia de quien ve venir la próxima ola. Y compara: "En la pandemia, por ejemplo, el aumento fue muy significativo. Se triplicaron las solicitudes de divorcio entre 2020 y 2022. Después de 2022, una vez que la situación se normalizó, las tasas de divorcio volvieron a bajar. Pero seguro volverán a subir". El amor es una montaña rusa; el divorcio, por lo visto, también.
Regulando el Apego Algorítmico
En el Reino Unido, el uso de aplicaciones de chatbot por parte de la pareja se ha convertido en un factor cada vez más común que contribuye al divorcio, según el servicio de recopilación de datos Divorce-Online. La plataforma afirma haber registrado este año un aumento en las solicitudes de divorcio donde los clientes señalan que apps como Replika y Anima crearon "apego emocional o romántico". Un nuevo competidor en el mercado de los corazones rotos, esta vez, con actualizaciones de software.
A pesar de la controversia que genera, Palmer aún cree en el potencial positivo de las relaciones con la IA. "Algunas personas encuentran una verdadera satisfacción", concede, pero advierte con sensatez que "es necesario reconocer las limitaciones". En un gesto de vanguardia, California se convirtió en octubre en el primer estado en aprobar una ley que regula los chatbots de compañía. La normativa, que entrará en vigor en enero de 2026, exige que las aplicaciones incorporen funciones clave como la verificación de edad y recordatorios de descanso para menores, además de prohibir que los chatbots actúen como profesionales de la salud. Las empresas que se beneficien de los deepfakes ilegales también enfrentarán multas de hasta 250.000 dólares por incidente.
Para Palmer, esto no es un fenómeno tan novedoso bajo el sol digital. Ya había presenciado algo similar con las redes sociales: "Puede que una pareja se haya puesto en contacto con alguien a quien no veía desde hace años. O que simplemente exista una necesidad real de comunicación". Ahora, "La IA se está convirtiendo en un sustituto de eso". En definitiva, la IA, con su promesa de compañía perfecta, se perfila como la evolución natural del ‘me gusta’ a la infidelidad algorítmica.
Este artículo fue publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.