La revista *Nature* desvela su exclusiva lista de los diez personajes que marcaron el rumbo de la ciencia en 2025. Desde el hito de un bebé salvado por una terapia génica a medida, pasando por la valiente lucha de una científica contra la injerencia política y la audacia de un matemático que se rebeló contra el plagio. La nómina también destaca la persistencia de un astrofísico que concretó su telescopio soñado, innovaciones contra el dengue, avances en la IA y descubrimientos sorprendentes en la biología celular que redefinen nuestra comprensión de la vida y el universo.
Las mentes que sacudieron la ciencia en 2025: entre milagros genéticos y cruzadas por la verdad
El 2025 dejó una huella imborrable en el panorama científico mundial, y como es tradición, la revista Nature descorre el velo sobre las diez figuras que, con su ingenio, audacia y hasta rebeldía, definieron este año en la ciencia. Un repaso por historias que van desde la esperanza más íntima hasta los desafíos más globales, pasando por la ética y la innovación tecnológica.
Todo comienza con K.J. Muldoon, un nombre que ya resuena en los anales de la medicina. Con apenas seis meses, se convirtió en el primer bebé en recibir una terapia de edición génica CRISPR diseñada exclusivamente para él. Nacido en agosto de 2024 con una deficiencia ultrarrara que impedía a su cuerpo procesar proteínas, la vida de K.J. pendía de un hilo, acumulando amoníaco tóxico que amenazaba con dañar su cerebro de forma irreversible. La mitad de los bebés con esta condición, simplemente, no sobreviven. Sin embargo, en un despliegue de ciencia de vanguardia, un equipo del Hospital Infantil de Filadelfia logró lo impensado: en tan solo medio año, crearon una terapia capaz de corregir una única letra defectuosa en su genoma. K.J. regresó a casa en junio, y su historia no es solo un milagro, sino el puntapié inicial del especial de Nature. Un verdadero bombazo para la medicina, ¿o acaso la antesala de un debate ético sobre los límites de la intervención humana en la vida misma?
Susan Monarez: la integridad científica que duró un mes frente al poder
Luego nos encontramos con Susan Monarez, una microbióloga e inmunóloga con casi dos décadas de experiencia en cargos públicos, que fue nombrada directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) en julio. El idilio duró poco: un mes después, fue cesada. “Me despidieron por mantener la línea sobre integridad científica”, testificó ante el Congreso en septiembre. Según su versión, se negó a obedecer órdenes del polémico secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., quien le habría exigido despedir a científicos de la agencia y aprobar recomendaciones sobre vacunas sin la debida evidencia científica. Un mes en la silla caliente del poder fue suficiente para que Monarez se convirtiera en un símbolo de la resistencia. ¿Hasta qué punto la ciencia puede (o debe) resistir el embate de la política? La pregunta, para Monarez, parece tener una respuesta contundente.
Achal Agrawal: el sabueso de la mala ciencia que se la jugó
La integridad también es el motor de Achal Agrawal. La historia arranca cuando un estudiante universitario le propuso un proyecto de investigación usando software para “parafrasear” trabajos científicos publicados, y el matemático, literalmente, se quedó atónito. El alumno, insistía, no veía plagio porque pasaba los controles de la universidad. Esa interacción fue el detonante: Agrawal, ahora científico de datos freelance en Raipur, dejó su puesto universitario un mes después para crear India Research Watch (IRW), una plataforma con más de 77.000 seguidores en LinkedIn que denuncia las violaciones a la integridad científica. El costo personal no es menor: Agrawal está sin empleo y se enfrenta a una demanda de una universidad privada. Una cruzada personal que expone una verdad incómoda: ¿es la honestidad académica un valor en extinción cuando el atajo es tan tentador?
Mengran Du: el secreto de los abismos, a nueve kilómetros de profundidad
Bajamos de la política y las aulas a las profundidades. Desde el sumergible Fendouzhe, a más de nueve kilómetros bajo la superficie del océano, la geocientífica china Mengran Du supo que estaba ante algo totalmente nuevo para la ciencia. Las luces de la nave iluminaron un ecosistema próspero en la capa más baja del océano, el más profundo conocido con animales en el planeta, al noreste de Japón. Du completó 24 inmersiones en ese sumergible de titanio, en un espacio de apenas 1,8 metros. Mientras en la superficie nos ahogamos en debates triviales, hay quienes se zambullen a nueve kilómetros para recordarnos la inmensidad de lo desconocido. ¿Y si los grandes secretos están donde menos miramos?
Tony Tyson: el visionario que miró las estrellas por 810 millones de dólares
Volvemos a levantar la vista, pero esta vez hacia las estrellas. A sus 85 años, Tony Tyson acaba de ver las primeras imágenes del Observatorio Vera Rubin en Chile, un proyecto que concibió hace más de tres décadas. “Cuando lo vi, dije ‘guau’”, recuerda el físico. Su diseño compacto y sin precedentes, con un costo de 810 millones de dólares, ha convertido al Rubin en una de las mayores apuestas de la astrofísica del año. “Mucha gente no creía que fuera posible”, admite Tyson, quien ahora espera que su telescopio descubra “algo que nos vuele la cabeza”. Una demostración de que la paciencia es la madre de la ciencia. Ochocientos diez millones de dólares y treinta años para "volarnos la cabeza". ¿Es este el precio de la verdadera exploración del universo?
Precious Matsoso: la diplomática que cantó los Beatles para unir al mundo
En una madrugada ginebrina, el 16 de abril de 2025, a las 2 AM, un milagro burocrático se gestó: casi 190 naciones de la Organización Mundial de la Salud alcanzaron consenso sobre el borrador del primer tratado pandémico global. “Estoy abrumada, llena de alegría”, confesó Precious Matsoso, copresidenta del grupo de la OMS que dirigió la negociación tras más de tres años de conversaciones agotadoras. Matsoso reveló a Nature que su estrategia incluyó firmeza (“no quiero oír las palabras ‘línea roja’”) y un singular sentido del humor (llegó a cantar All you need is love de los Beatles a los delegados). El tratado, adoptado formalmente en mayo, exige que las compañías proporcionen al menos el 20% de vacunas y medicamentos pandémicos a la OMS. Un logro diplomático que parece ciencia ficción. ¿Podrá este tratado, forjado entre cantos de los Beatles y líneas rojas, ser el escudo que el mundo necesita ante la próxima pandemia?
Sarah Tabrizi: la lucha contra el Huntington, ¿prevención a la vista?
La neuróloga Sarah Tabrizi, del University College de Londres, vio en septiembre lo que llevaba décadas persiguiendo: la evidencia de que una terapia génica puede ralentizar la progresión del Huntington, un trastorno neurodegenerativo hereditario devastador. “Estaba empezando a preocuparme de que, quizás, cuando las personas desarrollan síntomas, ya era demasiado tarde para tratar la enfermedad”, admite con una franqueza que humaniza la ciencia. Tabrizi lidera ahora una investigación para evaluar cinco terapias adicionales y comprobar si se puede “prevenir que el Huntington ocurra”. La esperanza renace para una enfermedad cruel. ¿Estamos ante el fin de la resignación frente a lo "incurable" o apenas un nuevo capítulo en la lucha más compleja?
Luciano Moreira: el ejército de mosquitos que combate al dengue
En el corazón industrial de Curitiba, Brasil, sucede algo inusual: millones de mosquitos Aedes aegypti se reproducen en una fábrica. Cada semana, la instalación produce más de 80 millones de huevos. Detrás de esta iniciativa está Luciano Moreira, un ingeniero agrónomo y entomólogo que en julio abrió esta planta como parte de un esfuerzo para combatir enfermedades transmitidas por mosquitos. Aquí, los insectos son infectados con una bacteria llamada Wolbachia, que frena la transmisión de patógenos humanos. La descendencia de esos mosquitos es liberada en ciudades brasileñas para controlar el dengue. Esta fábrica se ha convertido en un hito de la salud pública, reconocida oficialmente por el gobierno federal. Una solución tan ingeniosa como sorprendente. ¿Controlar mosquitos con mosquitos es la jugada maestra o el inicio de una nueva serie de dilemas ecológicos?
Liang Wenfeng: el disruptor silencioso que puso a China en la vanguardia de la IA
En enero, un anuncio desde China sacudió al mundo de la inteligencia artificial. La firma DeepSeek lanzó su poderoso modelo, demostrando, de golpe y porrazo, que Estados Unidos no estaba tan adelantado en la IA como muchos pensaban. Detrás de este "bombazo" se esconde Liang Wenfeng, un ex analista financiero de 40 años que, según diversos medios, amasó millones aplicando algoritmos de IA al mercado de valores antes de fundar DeepSeek en 2023. Wenfeng es de bajo perfil y poco se sabe de él, lo que acrecienta el misterio. En septiembre, su modelo se convirtió en el primer gran LLM (Large Language Model, como ChatGPT) en someterse al escrutinio de revisión por pares. Un golpe sobre la mesa desde el este que reposiciona la carrera de la inteligencia artificial. ¿El genio chino demostró que la supremacía occidental era solo una ilusión, o que la innovación no tiene pasaporte?
Yifat Merbl: el sistema inmune oculto en la «basura» celular
Finalmente, desde el Instituto Weizmann en Rehovot, Israel, Yifat Merbl, bióloga de sistemas, nos abre una ventana a lo inesperado. Ella y su equipo, mientras investigaban los centros de reciclaje celular conocidos como proteasomas, descubrieron una parte completamente nueva del sistema inmune. “Hasta ahora, no podíamos detectarlo”, confiesa Merbl, “porque no mirábamos en los cubos de basura de las células”. Utilizando modelos computacionales, encontraron más de 270.000 antimicrobianos posibles. Los resultados, publicados en marzo, entusiasmaron a muchos expertos en el campo. Cuando la respuesta a un misterio de la vida estaba en la "basura" celular. ¿Cuántos otros secretos esperan ser revelados si solo miramos más allá de lo obvio?
