El año 2025 será recordado en San Juan como el período de despegue para una ambiciosa agenda de obras viales, solventadas en su totalidad con fondos provinciales. Bajo la égida del Ministerio de Infraestructura, Agua y Energía, se desplegó un abanico de intervenciones consideradas «históricas» sobre arterias estratégicas, avenidas urbanas y corredores vitales para la producción. Desde la ya mencionada modernización de la emblemática avenida Libertador hasta el cuidado minucioso de las principales vías provinciales y nacionales –esas que unen el Gran San Juan con el vasto interior–, la provincia desplegó un plan que, se espera, fortalezca la seguridad, agilice el tránsito cotidiano y revitalice la infraestructura que, nobleza obliga, sustenta el desarrollo comunitario. Un verdadero «punto de inflexión», como si de la mismísima rueda se tratara, para la vida de miles de sanjuaninos que, quizás, ya se habían resignado al empedrado.
Al cierre del presente ejercicio, la provincia proyecta alcanzar la marca de casi 140 kilómetros de nuevas calzadas y repavimentaciones, fruto de un diseño integral que no ha omitido ninguno de sus diecinueve departamentos. Este caudal de obras se desprende de la implementación de los cinco grupos del «Plan San Juan 2024», la «Primera Etapa de Pavimentos Urbanos», las imprescindibles obras de saneamiento y repavimentación en Albardón, la ya mencionada intervención en avenida Libertador, el ensanche y recapeo de la Ruta Provincial N.° 155, la puesta a punto de avenida Córdoba, y los diversos frentes de obra orientados a la conservación de la red vial tanto provincial como nacional. En conjunto, estas acciones consolidan una de las inversiones viales más importantes de la memoria reciente, demostrando que el asfalto es el nuevo oro, al menos en San Juan.
Calles urbanas: la metamorfosis del asfalto local
El «Plan San Juan 2024» de pavimentos urbanos ostenta un ritmo «sostenido», superando los 56 kilómetros de nuevas arterias asfaltadas, una extensión equivalente a más de 364.000m² ejecutados desde febrero de 2025. Este programa, financiado en su totalidad con arcas provinciales, es el resultado de un consenso con los diecinueve municipios, donde cada comuna tuvo la «libertad» de elegir las calles que consideraba prioritarias, sin presiones (o eso dicen).
Los trabajos abarcan la preparación de bases, las imprimaciones de rigor y la ejecución de carpetas asfálticas en caliente, un verdadero festín para los ingenieros viales. Con ello, se busca mejorar las calles municipales y barriales, apuntalando la conectividad y la seguridad en zonas urbanas, sectores turísticos (para que el visitante no se lleve un recuerdo del amortiguador roto) y áreas en plena expansión.
Los frentes de obra se diseminaron por Rawson, Santa Lucía, Sarmiento, Rivadavia, Chimbas, Zonda, Ullum, San Martín, Calingasta, Pocito, Albardón y 25 de Mayo, entre otros departamentos que también se beneficiaron de esta lluvia de asfalto. En varios de ellos, los trabajos ya han concluido, mientras que en otros, las cuadrillas aún operan en diversas etapas de ejecución, persiguiendo el cronograma.
Como resultado, la cifra de barrios con pavimentación finalizada asciende a 37, mientras que otros 13 se hallan en plena ejecución y 20 esperan su turno dentro del cronograma general del plan, como si fuera una larga lista de espera VIP. Este avance progresivo, nos aseguran, «permite mejorar la infraestructura urbana» y, de paso, «acompañar el crecimiento» de comunidades que, francamente, ya esperaban este acompañamiento desde hace años.
Paralelamente, durante 2025, la Dirección Provincial de Vialidad desplegó un plan integral que intervino sobre nueve rutas provinciales, privilegiando aquellos corredores que son el alma de la conectividad urbana y rural. Entre las acciones más destacadas figuran el ensanche y la repavimentación de Calle 5 (RP 155) entre Rawson y Pocito, junto con mejoras en Alfonso XIII (RP 5), Calle 6 (RP 177) y calle Lemos (RP 80) en Rawson. En Pocito, se puso el ojo en calle Mendoza (RP 7), mientras que Santa Lucía vio intervenidas 12 de Octubre (RP 134) y otras arterias de relevancia local. Por su parte, en 25 de Mayo, los trabajos se concentraron en la calle Enfermera Medina (RP 262), un eje productivo de indiscutible centralidad. Por si fuera poco, se sumaron tareas de repavimentación en tramos urbanos «estratégicos», como la avenida Libertador (RP 1), consolidando, según el parte oficial, una red vial más segura y moderna en toda la provincia.
Rutas nacionales: el toque provincial que optimiza la conectividad
El año 2025 también fue testigo de cómo la Dirección Provincial de Vialidad se hizo cargo, mediante un convenio con Vialidad Nacional (en un gesto de «colaboración» o quizás de resignación de la cartera federal), de un programa de mantenimiento sobre tres corredores nacionales estratégicos: la Avenida Circunvalación (A-014), la Ruta Nacional 40 –en sus accesos norte y sur–, la Ruta Nacional 20 y la Ruta Nacional 153. Un despliegue que, con trabajos «planificados» y cuadrillas «especializadas», prometió mejorar la seguridad, optimizar la transitabilidad y, ya que estamos, extender la vida útil de las calzadas, con señalización permanente para que nadie se pierda en el intento.
En la Avenida Circunvalación, la indiscutible columna vertebral del Gran San Juan, se procedió con un relevamiento y diagnóstico exhaustivo de 25 kilómetros, alcanzando un «modesto» 75% de avance general. Además, se acometieron 2.200 metros lineales de bacheo «reiterativo» en sectores que, al parecer, tienen una extraña afición por los pozos. Se renovaron 1.568 metros de defensas metálicas y 75 parantes, y se llevaron a cabo labores de conservación que incluyeron la limpieza del cantero central (para que luzca impoluto), el despeje de drenajes y la remoción de sedimentos. Todo ello, con operativos diurnos y nocturnos, para que la «circulación» no se viera (demasiado) afectada.
Las rampas de acceso y egreso de la Circunvalación también se sumaron a la fiesta del asfalto. De las 68 existentes, 27 ya fueron «intervenidas» y 7 se encuentran en ejecución, incluyendo aquellas que sirven a los venerables puentes 9 de Julio, Urquiza, España, Mendoza y General Acha. Tareas de limpieza, preparación de bases, el infaltable bacheo «localizado» y la aplicación de una nueva carpeta asfáltica buscan «fortalecer» la infraestructura y asegurar una circulación «más ordenada y segura». Porque, claro, el desorden y la inseguridad hasta ahora eran parte del paisaje.
Complementando esta epopeya vial, la Dirección de Recursos Energéticos lleva adelante una modernización del alumbrado en los laterales de la Circunvalación, con nuevas columnas, cableado de última generación y más de 1.100 puntos con luminarias LED de «alta eficiencia», para que hasta el más despistado vea el camino. La «iluminación RGB» en bajo puentes y zonas verdes añade un toque casi futurista, que promete mejorar la visibilidad, la estética (¡al fin!) y, por supuesto, la seguridad. Mientras el lateral interno ya brilla en su totalidad, el externo avanza con un 45%, como si de una carrera se tratara. Además, se instalaron pórticos con señalización digital LED, porque ¿quién no quiere información «en tiempo real» sobre el tránsito, aunque esta sea para decirnos que estamos en un embotellamiento?
Sobre la Ruta Nacional 40, tanto en sus accesos norte como sur, se llevaron a cabo trabajos de bacheo en colectoras (un clásico), el recambio de 288 metros de defensas metálicas y 36 parantes (por si las dudas), y una conservación general que incluyó barrido y limpieza a lo largo de 3.500 metros por sentido en la RN 40 Norte y 4.000 metros en la RN 40 Sur, sin olvidar los más de 3.500 metros de colectoras. Un despliegue digno de alfombra roja, pero para camiones.
En la Ruta Nacional 20, arteria vital desde el este provincial, se sustituyeron 104 metros de guardarraíl y 14 parantes, un número que, si bien suena específico, promete una mejora. Asimismo, se realizaron tareas de conservación en 2.300 metros por sentido, que incluyeron desde la limpieza y el desmalezado (para que no parezca selva) hasta la nivelación del suelo y el mantenimiento de alcantarillas. Todo sea para «fortalecer la seguridad y la capacidad operativa» de un corredor que, hasta ahora, debía arreglárselas solo para entrar a la ciudad.
La Ruta Nacional 153, esa que une Media Agua con Los Berros y es clave para la minería, el turismo y la producción regional (un verdadero comodín), no quedó fuera. Se pavimentaron aproximadamente 5 kilómetros, con la aplicación del clásico concreto asfáltico en caliente y el reacondicionamiento de la base granular, buscando mejorar la capacidad portante y la seguridad vial. La obra se dividió en cuatro tramos estratégicos: 1.800 metros entre la RN 40 y el puente sobre el arroyo Bofinger, 600 metros en Cañada Honda, 2.350 metros en Los Berros y 240 metros en el sector de caleras. Estas mejoras, prometen, transformarán la traza en una vía «más segura y eficiente», abriendo camino al «desarrollo productivo» y, de paso, acortando el viaje para quienes preferían dar la vuelta al mundo antes que transitarla.
Este compendio de labores, se interpreta como una estrategia integral de «mantenimiento preventivo» que, por fin, permitió recuperar tramos que ya pedían auxilio, reforzar la infraestructura de seguridad y «garantizar» un tránsito más seguro para los miles de usuarios diarios. Un modelo de gestión «coordinada» entre la Dirección Provincial de Vialidad y Vialidad Nacional que, como el tango, requiere de dos para bailar, aunque a veces uno tenga que llevar el peso.
Avenida Libertador: un ícono se renueva con tecnología de vanguardia
La repavimentación de la avenida Libertador, una arteria que es casi un símbolo patrio del Gran San Juan, inició su transformación en marzo, cubriendo un tramo «estratégico» de 3,25 kilómetros entre Santa María de Oro y Las Heras. Esta intervención, calificada de «histórica», no solo por la envergadura de la avenida sino por la incorporación de un sistema que, prometen, mejorará la durabilidad del pavimento, quizás hasta la próxima era geológica.
Por primera vez en suelo sanjuanino, se apeló a la instalación de «geogrilla», un material que suena a ciencia ficción pero que, en teoría, refuerza la estructura del pavimento, disminuye las fisuras (adiós a los mapas de grietas) y extiende la vida útil de la calzada, en lo que parece un intento de inmortalizar el asfalto. Las labores comprendieron la renovación completa del pavimento, el reacondicionamiento de bases donde la tierra cedía, y la reconstrucción de cordones, cunetas y tramos del boulevard central.
En diversas secciones ya se ha aplicado la primera capa de arena-asfalto, la milagrosa geogrilla y la capa final de concreto asfáltico, mientras el nuevo boulevard toma forma y se instalan las infraestructuras para iluminación y riego, para que la avenida no solo sea transitable, sino también bonita. Los trabajos se organizaron por etapas, en un intento noble de «reducir las molestias» a los usuarios y frentistas, una tarea casi tan compleja como la ingeniería misma.
Actualmente, las obras prosiguen con la edificación del cordón central del boulevard en el tramo que une Paula Albarracín de Sarmiento y la avenida Circunvalación. Este avance, insisten las autoridades, «fortalece la modernización de la red vial» y, de paso, «permite mejorar la circulación diaria», «prolongar la vida útil del pavimento» y «optimizar la conectividad» para miles de sanjuaninos que, presumiblemente, ahora sí podrán llegar a tiempo al trabajo, o al menos, sin dañar el tren delantero.
El año 2025 consolidó en San Juan una inversión histórica en infraestructura vial, con casi 140 kilómetros de nuevo asfalto y repavimentación financiados íntegramente por la provincia. El plan integral abarcó la modernización de avenidas clave como Libertador, la ejecución de pavimentos urbanos en los 19 departamentos y el mantenimiento crucial de rutas provinciales y nacionales, incluyendo la Circunvalación y los accesos de la Ruta Nacional 40. Estas obras buscan optimizar la circulación, fortalecer la seguridad vial y potenciar el desarrollo productivo y urbano en toda la provincia, marcando un hito en la conectividad regional.
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El año 2025 será recordado en San Juan como el período de despegue para una ambiciosa agenda de obras viales, solventadas en su totalidad con fondos provinciales. Bajo la égida del Ministerio de Infraestructura, Agua y Energía, se desplegó un abanico de intervenciones consideradas «históricas» sobre arterias estratégicas, avenidas urbanas y corredores vitales para la producción. Desde la ya mencionada modernización de la emblemática avenida Libertador hasta el cuidado minucioso de las principales vías provinciales y nacionales –esas que unen el Gran San Juan con el vasto interior–, la provincia desplegó un plan que, se espera, fortalezca la seguridad, agilice el tránsito cotidiano y revitalice la infraestructura que, nobleza obliga, sustenta el desarrollo comunitario. Un verdadero «punto de inflexión», como si de la mismísima rueda se tratara, para la vida de miles de sanjuaninos que, quizás, ya se habían resignado al empedrado.
Al cierre del presente ejercicio, la provincia proyecta alcanzar la marca de casi 140 kilómetros de nuevas calzadas y repavimentaciones, fruto de un diseño integral que no ha omitido ninguno de sus diecinueve departamentos. Este caudal de obras se desprende de la implementación de los cinco grupos del «Plan San Juan 2024», la «Primera Etapa de Pavimentos Urbanos», las imprescindibles obras de saneamiento y repavimentación en Albardón, la ya mencionada intervención en avenida Libertador, el ensanche y recapeo de la Ruta Provincial N.° 155, la puesta a punto de avenida Córdoba, y los diversos frentes de obra orientados a la conservación de la red vial tanto provincial como nacional. En conjunto, estas acciones consolidan una de las inversiones viales más importantes de la memoria reciente, demostrando que el asfalto es el nuevo oro, al menos en San Juan.
Calles urbanas: la metamorfosis del asfalto local
El «Plan San Juan 2024» de pavimentos urbanos ostenta un ritmo «sostenido», superando los 56 kilómetros de nuevas arterias asfaltadas, una extensión equivalente a más de 364.000m² ejecutados desde febrero de 2025. Este programa, financiado en su totalidad con arcas provinciales, es el resultado de un consenso con los diecinueve municipios, donde cada comuna tuvo la «libertad» de elegir las calles que consideraba prioritarias, sin presiones (o eso dicen).
Los trabajos abarcan la preparación de bases, las imprimaciones de rigor y la ejecución de carpetas asfálticas en caliente, un verdadero festín para los ingenieros viales. Con ello, se busca mejorar las calles municipales y barriales, apuntalando la conectividad y la seguridad en zonas urbanas, sectores turísticos (para que el visitante no se lleve un recuerdo del amortiguador roto) y áreas en plena expansión.
Los frentes de obra se diseminaron por Rawson, Santa Lucía, Sarmiento, Rivadavia, Chimbas, Zonda, Ullum, San Martín, Calingasta, Pocito, Albardón y 25 de Mayo, entre otros departamentos que también se beneficiaron de esta lluvia de asfalto. En varios de ellos, los trabajos ya han concluido, mientras que en otros, las cuadrillas aún operan en diversas etapas de ejecución, persiguiendo el cronograma.
Como resultado, la cifra de barrios con pavimentación finalizada asciende a 37, mientras que otros 13 se hallan en plena ejecución y 20 esperan su turno dentro del cronograma general del plan, como si fuera una larga lista de espera VIP. Este avance progresivo, nos aseguran, «permite mejorar la infraestructura urbana» y, de paso, «acompañar el crecimiento» de comunidades que, francamente, ya esperaban este acompañamiento desde hace años.
Paralelamente, durante 2025, la Dirección Provincial de Vialidad desplegó un plan integral que intervino sobre nueve rutas provinciales, privilegiando aquellos corredores que son el alma de la conectividad urbana y rural. Entre las acciones más destacadas figuran el ensanche y la repavimentación de Calle 5 (RP 155) entre Rawson y Pocito, junto con mejoras en Alfonso XIII (RP 5), Calle 6 (RP 177) y calle Lemos (RP 80) en Rawson. En Pocito, se puso el ojo en calle Mendoza (RP 7), mientras que Santa Lucía vio intervenidas 12 de Octubre (RP 134) y otras arterias de relevancia local. Por su parte, en 25 de Mayo, los trabajos se concentraron en la calle Enfermera Medina (RP 262), un eje productivo de indiscutible centralidad. Por si fuera poco, se sumaron tareas de repavimentación en tramos urbanos «estratégicos», como la avenida Libertador (RP 1), consolidando, según el parte oficial, una red vial más segura y moderna en toda la provincia.
Rutas nacionales: el toque provincial que optimiza la conectividad
El año 2025 también fue testigo de cómo la Dirección Provincial de Vialidad se hizo cargo, mediante un convenio con Vialidad Nacional (en un gesto de «colaboración» o quizás de resignación de la cartera federal), de un programa de mantenimiento sobre tres corredores nacionales estratégicos: la Avenida Circunvalación (A-014), la Ruta Nacional 40 –en sus accesos norte y sur–, la Ruta Nacional 20 y la Ruta Nacional 153. Un despliegue que, con trabajos «planificados» y cuadrillas «especializadas», prometió mejorar la seguridad, optimizar la transitabilidad y, ya que estamos, extender la vida útil de las calzadas, con señalización permanente para que nadie se pierda en el intento.
En la Avenida Circunvalación, la indiscutible columna vertebral del Gran San Juan, se procedió con un relevamiento y diagnóstico exhaustivo de 25 kilómetros, alcanzando un «modesto» 75% de avance general. Además, se acometieron 2.200 metros lineales de bacheo «reiterativo» en sectores que, al parecer, tienen una extraña afición por los pozos. Se renovaron 1.568 metros de defensas metálicas y 75 parantes, y se llevaron a cabo labores de conservación que incluyeron la limpieza del cantero central (para que luzca impoluto), el despeje de drenajes y la remoción de sedimentos. Todo ello, con operativos diurnos y nocturnos, para que la «circulación» no se viera (demasiado) afectada.
Las rampas de acceso y egreso de la Circunvalación también se sumaron a la fiesta del asfalto. De las 68 existentes, 27 ya fueron «intervenidas» y 7 se encuentran en ejecución, incluyendo aquellas que sirven a los venerables puentes 9 de Julio, Urquiza, España, Mendoza y General Acha. Tareas de limpieza, preparación de bases, el infaltable bacheo «localizado» y la aplicación de una nueva carpeta asfáltica buscan «fortalecer» la infraestructura y asegurar una circulación «más ordenada y segura». Porque, claro, el desorden y la inseguridad hasta ahora eran parte del paisaje.
Complementando esta epopeya vial, la Dirección de Recursos Energéticos lleva adelante una modernización del alumbrado en los laterales de la Circunvalación, con nuevas columnas, cableado de última generación y más de 1.100 puntos con luminarias LED de «alta eficiencia», para que hasta el más despistado vea el camino. La «iluminación RGB» en bajo puentes y zonas verdes añade un toque casi futurista, que promete mejorar la visibilidad, la estética (¡al fin!) y, por supuesto, la seguridad. Mientras el lateral interno ya brilla en su totalidad, el externo avanza con un 45%, como si de una carrera se tratara. Además, se instalaron pórticos con señalización digital LED, porque ¿quién no quiere información «en tiempo real» sobre el tránsito, aunque esta sea para decirnos que estamos en un embotellamiento?
Sobre la Ruta Nacional 40, tanto en sus accesos norte como sur, se llevaron a cabo trabajos de bacheo en colectoras (un clásico), el recambio de 288 metros de defensas metálicas y 36 parantes (por si las dudas), y una conservación general que incluyó barrido y limpieza a lo largo de 3.500 metros por sentido en la RN 40 Norte y 4.000 metros en la RN 40 Sur, sin olvidar los más de 3.500 metros de colectoras. Un despliegue digno de alfombra roja, pero para camiones.
En la Ruta Nacional 20, arteria vital desde el este provincial, se sustituyeron 104 metros de guardarraíl y 14 parantes, un número que, si bien suena específico, promete una mejora. Asimismo, se realizaron tareas de conservación en 2.300 metros por sentido, que incluyeron desde la limpieza y el desmalezado (para que no parezca selva) hasta la nivelación del suelo y el mantenimiento de alcantarillas. Todo sea para «fortalecer la seguridad y la capacidad operativa» de un corredor que, hasta ahora, debía arreglárselas solo para entrar a la ciudad.
La Ruta Nacional 153, esa que une Media Agua con Los Berros y es clave para la minería, el turismo y la producción regional (un verdadero comodín), no quedó fuera. Se pavimentaron aproximadamente 5 kilómetros, con la aplicación del clásico concreto asfáltico en caliente y el reacondicionamiento de la base granular, buscando mejorar la capacidad portante y la seguridad vial. La obra se dividió en cuatro tramos estratégicos: 1.800 metros entre la RN 40 y el puente sobre el arroyo Bofinger, 600 metros en Cañada Honda, 2.350 metros en Los Berros y 240 metros en el sector de caleras. Estas mejoras, prometen, transformarán la traza en una vía «más segura y eficiente», abriendo camino al «desarrollo productivo» y, de paso, acortando el viaje para quienes preferían dar la vuelta al mundo antes que transitarla.
Este compendio de labores, se interpreta como una estrategia integral de «mantenimiento preventivo» que, por fin, permitió recuperar tramos que ya pedían auxilio, reforzar la infraestructura de seguridad y «garantizar» un tránsito más seguro para los miles de usuarios diarios. Un modelo de gestión «coordinada» entre la Dirección Provincial de Vialidad y Vialidad Nacional que, como el tango, requiere de dos para bailar, aunque a veces uno tenga que llevar el peso.
Avenida Libertador: un ícono se renueva con tecnología de vanguardia
La repavimentación de la avenida Libertador, una arteria que es casi un símbolo patrio del Gran San Juan, inició su transformación en marzo, cubriendo un tramo «estratégico» de 3,25 kilómetros entre Santa María de Oro y Las Heras. Esta intervención, calificada de «histórica», no solo por la envergadura de la avenida sino por la incorporación de un sistema que, prometen, mejorará la durabilidad del pavimento, quizás hasta la próxima era geológica.
Por primera vez en suelo sanjuanino, se apeló a la instalación de «geogrilla», un material que suena a ciencia ficción pero que, en teoría, refuerza la estructura del pavimento, disminuye las fisuras (adiós a los mapas de grietas) y extiende la vida útil de la calzada, en lo que parece un intento de inmortalizar el asfalto. Las labores comprendieron la renovación completa del pavimento, el reacondicionamiento de bases donde la tierra cedía, y la reconstrucción de cordones, cunetas y tramos del boulevard central.
En diversas secciones ya se ha aplicado la primera capa de arena-asfalto, la milagrosa geogrilla y la capa final de concreto asfáltico, mientras el nuevo boulevard toma forma y se instalan las infraestructuras para iluminación y riego, para que la avenida no solo sea transitable, sino también bonita. Los trabajos se organizaron por etapas, en un intento noble de «reducir las molestias» a los usuarios y frentistas, una tarea casi tan compleja como la ingeniería misma.
Actualmente, las obras prosiguen con la edificación del cordón central del boulevard en el tramo que une Paula Albarracín de Sarmiento y la avenida Circunvalación. Este avance, insisten las autoridades, «fortalece la modernización de la red vial» y, de paso, «permite mejorar la circulación diaria», «prolongar la vida útil del pavimento» y «optimizar la conectividad» para miles de sanjuaninos que, presumiblemente, ahora sí podrán llegar a tiempo al trabajo, o al menos, sin dañar el tren delantero.