Acuerdo clave para el desarrollo laboral en San Juan
El Ministerio de Gobierno de San Juan, en colaboración con la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, ha formalizado la suscripción de un Protocolo Adicional. Este acuerdo establece un marco de articulación operativa de vital importancia, orientado a fortalecer la empleabilidad, la formación laboral y la certificación de competencias en el territorio sanjuanino.
El pacto, gestionado con la Nación a través de la Subsecretaría de Trabajo del Ministerio de Gobierno, tiene como propósito central la planificación, el desarrollo y la ejecución de iniciativas conjuntas. Estas acciones buscan fomentar el trabajo decente, garantizar la continuidad del empleo genuino, facilitar la reincorporación de trabajadores desocupados al mercado laboral y asegurar que la capacitación profesional se alinee con las necesidades específicas del sector productivo local.
Ejes estratégicos para la mejora de la empleabilidad
El protocolo firmado se estructura en cuatro ejes estratégicos fundamentales para la optimización del ecosistema laboral provincial:
- Normalización de competencias laborales: Se brindará asistencia técnica para que la Provincia pueda identificar y elaborar Normas de Competencia Laboral, junto con sus instrumentos de evaluación. Se priorizarán aquellos perfiles ocupacionales que resulten estratégicos para el desarrollo productivo de San Juan, garantizando una conexión directa entre la formación, el reconocimiento de saberes y la demanda real del mercado.
- Formación de evaluadores: Se impulsará la capacitación, actualización y certificación de evaluadores de competencias laborales. Esta medida es crucial para asegurar la calidad técnica y pedagógica en los procesos destinados a reconocer la experiencia y habilidades de los trabajadores.
- Consolidación de organismos sectoriales de certificación: Se establecerán organismos encargados de validar las evaluaciones de competencias. Estos contarán con la participación activa de representantes de organizaciones sindicales, cámaras empresariales y el sector educativo, asegurando una validación integral que considere las particularidades sectoriales y territoriales.
- Implementación de dispositivos de evaluación y certificación: Se pondrán en marcha mecanismos para la evaluación y certificación de competencias laborales, tanto para trabajadores actualmente ocupados como para aquellos que se encuentran en situación de desempleo. Este proceso busca reconocer los saberes adquiridos a lo largo de la experiencia laboral, lo que mejorará sustancialmente las oportunidades de crecimiento profesional y reinserción en el mercado.
El acuerdo fue formalizado con las rúbricas de Eugenia Cortona, subsecretaria de Empleo y Formación Laboral de la Nación, y Franco Marchese, subsecretario de Trabajo de la provincia de San Juan. El acto contó con la presencia de Agustín Gatica, director de Políticas Laborales de San Juan, junto al director Nacional de Formación y otros colaboradores de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.
El Ministerio de Gobierno de San Juan y la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación rubricaron un Protocolo Adicional para potenciar la empleabilidad, la formación laboral y la certificación de competencias en la provincia. El acuerdo busca impulsar el trabajo decente, sostener el empleo genuino, reinsertar a desocupados y capacitar profesionales según las demandas productivas locales, coordinando acciones para estandarizar competencias, formar evaluadores y validar saberes adquiridos por experiencia.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
¿El objetivo? Nada menos que el titánico esfuerzo de «impulsar el trabajo decente» y «sostener el empleo genuino», como si antes estuviéramos en la Edad de Piedra de las relaciones laborales. El documento promete la gloriosa «reinserción en el mercado laboral de trabajadores desocupados» y, atención, «la capacitación profesional alineada con las necesidades productivas locales». Una verdadera proeza burocrática, que busca que, por primera vez en la historia, la gente que trabaja sepa hacer lo que se necesita.
Entre sus puntos estratégicos, el protocolo parece haber descubierto América: la «Normalización de Competencias Laborales» es el primer paso, porque claro, antes uno se formaba para ser astronauta en San Juan y el mercado demandaba un excelente cosechador de aceitunas. Luego, la «Formación de Evaluadores» para que alguien certifique que, efectivamente, la gente sabe lo que dice saber. El colmo de la modernidad llega con la «Implementación de Dispositivos de Evaluación y Certificación», garantizando que esos saberes, adquiridos vaya uno a saber cómo, reciban su respectivo papelito. Seamos sinceros, ¿quién no quiere que su experiencia de vida como experto en hacer asados se convierta en un certificado nacional? El futuro ya está aquí, o al menos, en este protocolo.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
Acuerdo clave para el desarrollo laboral en San Juan
El Ministerio de Gobierno de San Juan, en colaboración con la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, ha formalizado la suscripción de un Protocolo Adicional. Este acuerdo establece un marco de articulación operativa de vital importancia, orientado a fortalecer la empleabilidad, la formación laboral y la certificación de competencias en el territorio sanjuanino.
El pacto, gestionado con la Nación a través de la Subsecretaría de Trabajo del Ministerio de Gobierno, tiene como propósito central la planificación, el desarrollo y la ejecución de iniciativas conjuntas. Estas acciones buscan fomentar el trabajo decente, garantizar la continuidad del empleo genuino, facilitar la reincorporación de trabajadores desocupados al mercado laboral y asegurar que la capacitación profesional se alinee con las necesidades específicas del sector productivo local.
Ejes estratégicos para la mejora de la empleabilidad
El protocolo firmado se estructura en cuatro ejes estratégicos fundamentales para la optimización del ecosistema laboral provincial:
- Normalización de competencias laborales: Se brindará asistencia técnica para que la Provincia pueda identificar y elaborar Normas de Competencia Laboral, junto con sus instrumentos de evaluación. Se priorizarán aquellos perfiles ocupacionales que resulten estratégicos para el desarrollo productivo de San Juan, garantizando una conexión directa entre la formación, el reconocimiento de saberes y la demanda real del mercado.
- Formación de evaluadores: Se impulsará la capacitación, actualización y certificación de evaluadores de competencias laborales. Esta medida es crucial para asegurar la calidad técnica y pedagógica en los procesos destinados a reconocer la experiencia y habilidades de los trabajadores.
- Consolidación de organismos sectoriales de certificación: Se establecerán organismos encargados de validar las evaluaciones de competencias. Estos contarán con la participación activa de representantes de organizaciones sindicales, cámaras empresariales y el sector educativo, asegurando una validación integral que considere las particularidades sectoriales y territoriales.
- Implementación de dispositivos de evaluación y certificación: Se pondrán en marcha mecanismos para la evaluación y certificación de competencias laborales, tanto para trabajadores actualmente ocupados como para aquellos que se encuentran en situación de desempleo. Este proceso busca reconocer los saberes adquiridos a lo largo de la experiencia laboral, lo que mejorará sustancialmente las oportunidades de crecimiento profesional y reinserción en el mercado.
El acuerdo fue formalizado con las rúbricas de Eugenia Cortona, subsecretaria de Empleo y Formación Laboral de la Nación, y Franco Marchese, subsecretario de Trabajo de la provincia de San Juan. El acto contó con la presencia de Agustín Gatica, director de Políticas Laborales de San Juan, junto al director Nacional de Formación y otros colaboradores de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.
¿El objetivo? Nada menos que el titánico esfuerzo de «impulsar el trabajo decente» y «sostener el empleo genuino», como si antes estuviéramos en la Edad de Piedra de las relaciones laborales. El documento promete la gloriosa «reinserción en el mercado laboral de trabajadores desocupados» y, atención, «la capacitación profesional alineada con las necesidades productivas locales». Una verdadera proeza burocrática, que busca que, por primera vez en la historia, la gente que trabaja sepa hacer lo que se necesita.
Entre sus puntos estratégicos, el protocolo parece haber descubierto América: la «Normalización de Competencias Laborales» es el primer paso, porque claro, antes uno se formaba para ser astronauta en San Juan y el mercado demandaba un excelente cosechador de aceitunas. Luego, la «Formación de Evaluadores» para que alguien certifique que, efectivamente, la gente sabe lo que dice saber. El colmo de la modernidad llega con la «Implementación de Dispositivos de Evaluación y Certificación», garantizando que esos saberes, adquiridos vaya uno a saber cómo, reciban su respectivo papelito. Seamos sinceros, ¿quién no quiere que su experiencia de vida como experto en hacer asados se convierta en un certificado nacional? El futuro ya está aquí, o al menos, en este protocolo.