Un visitante fue víctima de una estafa de proporciones millonarias durante sus vacaciones en Río de Janeiro, Brasil, tras caer en la modalidad delictiva conocida como el “golpe de la maquinita”. Este tipo de fraude, según reportan las autoridades locales, se ha vuelto una práctica frecuente en las zonas turísticas más concurridas de la ciudad carioca, afectando principalmente a extranjeros desprevenidos durante transacciones menores.
La mecánica del engaño en Ipanema
El hecho ocurrió el pasado lunes en el emblemático Posto 9 de la playa de Ipanema, en momentos en que el turista disfrutaba de la jornada al aire libre. Según consta en la denuncia, un vendedor ambulante se aproximó para ofrecerle un paquete de cigarrillos por un valor de 55 reales. Al momento de proceder con el pago mediante una tarjeta con tecnología sin contacto, se activó un coordinado operativo de distracción.
Un segundo vendedor se acercó al turista e inició una conversación para desviar su atención del terminal de cobro. En ese breve lapso, los estafadores aprovecharon para ingresar en la terminal una cifra considerablemente superior a la acordada. La transacción final terminó siendo de más de 19.000 reales, una suma que equivale aproximadamente a 3.400 dólares.
Denuncia y estado de la investigación
Tras concretar la operación y percatarse del engaño momentos después, el turista solicitó asistencia inmediata a los agentes del Grupo de Apoyo a los Turistas de la Guarda Municipal. Los efectivos procedieron a acompañar al damnificado hasta la División de Asistencia al Turista (Deat), donde se radicó la denuncia formal por estafa, conforme a la información difundida por el sitio de noticias g1.
Hasta el momento, las autoridades brasileñas no han confirmado si los responsables del ilícito fueron identificados o detenidos. La investigación continúa en curso para determinar si existe una red organizada operando bajo esta modalidad en el sector de Ipanema y Copacabana. El “golpe de la maquinita” aprovecha la velocidad de las transacciones digitales y la falta de control visual de los usuarios sobre el monto ingresado en las pantallas de los dispositivos móviles de cobro.
Recomendaciones de seguridad para turistas
Ante la proliferación de estos casos, las autoridades consulares y policiales han emitido una serie de recomendaciones críticas para quienes se encuentren vacacionando en el exterior:
- Verificación rigurosa: Controlar siempre el importe que figura en la pantalla de la terminal de cobro antes de acercar la tarjeta o el dispositivo de pago.
- Control visual: No permitir que el vendedor oculte la terminal o la manipule fuera del campo visual del comprador.
- Desconfianza ante distracciones: Mantenerse alerta ante la presencia de terceras personas que intenten entablar conversación justo en el momento de la transacción financiera.
- Acción inmediata: En caso de ser víctima de una estafa, realizar la denuncia de inmediato en la dependencia policial local y contactar al banco emisor para intentar bloquear la operación o realizar el desconocimiento de la misma.
<p>Un turista en Río de Janeiro fue víctima de una estafa millonaria tras caer en la modalidad conocida como el «golpe de la maquinita». Al intentar comprar cigarrillos en la playa de Ipanema, delincuentes le cargaron un monto de 19.000 reales en su tarjeta mediante una maniobra de distracción. Las autoridades brasileñas investigan el hecho mientras advierten a los viajeros extremar recaudos durante los pagos electrónicos en el exterior.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Bienvenidos a la temporada de verano, ese momento mágico del año donde el argentino promedio decide que su maltrecho bolsillo aguanta una escapada a Río de Janeiro, solo para descubrir que el verdadero peligro no es el sol de mediodía sin protector, sino el «Posto 9» de Ipanema. Allí, entre una caipirinha que tiene más hielo que alcohol y el sonido de las olas, nuestro protagonista decidió que era un excelente momento para comprar un paquete de cigarrillos. Lo que no sabía es que estaba a punto de adquirir, probablemente, el tabaco más caro en la historia de la humanidad, financiado involuntariamente por una «maquinita» que tiene más hambre de dólares que un arbolito de la calle Florida en plena corrida cambiaria.
El «golpe de la maquinita» es una coreografía perfecta, una pieza de ballet delictivo que haría llorar de emoción a los grandes estafadores de la historia. Mientras un vendedor te ofrece el producto con la sonrisa de quien acaba de ganar el Loto, un segundo «actor de reparto» aparece para darte charla, preguntarte de qué parte de Argentina sos o comentarte lo bien que juega Messi. Es en ese microsegundo de distracción, cuando tu guardia baja más rápido que el valor del peso, donde los 55 reales acordados se transforman mágicamente en 19.000. Sí, leyó bien: 3.400 dólares por un paquete de cigarrillos. A ese precio, uno esperaría que cada pitada le otorgara la inmortalidad o, al menos, le pagara las expensas del departamento en San Juan por lo que resta del siglo.
La situación es tan dantesca que ni siquiera el guionista más cínico de Netflix se atrevería a tanto. Imaginen la cara del pobre turista cuando, horas después, revisó el resumen de su tarjeta y vio un cargo que equivaldría a comprarse un auto usado o a financiar tres bodas y un funeral. Los delincuentes brasileños han elevado el arte del «posnetazo» a niveles estratosféricos. Ya no necesitan pasamontañas ni armas de fuego; les alcanza con un chip, un poco de labia y una víctima que todavía cree que la hospitalidad carioca es totalmente gratuita. Es el triunfo de la tecnología aplicada al despojo, donde el «contactless» pasa de ser una comodidad a ser la puerta de entrada para que tu cuenta bancaria quede más vacía que la heladera de un soltero un lunes a la noche.
Así que, querido viajero sanjuanino que planea pisar la arena de Ipanema: si un vendedor se le acerca con una sonrisa demasiado blanca y una maquinita de cobro, desconfíe hasta de su propia sombra. Si aparece un segundo sujeto para hablarle del clima, salga corriendo como si hubiera visto a un acreedor. En este mundo moderno, un descuido de tres segundos te puede costar lo mismo que un máster en Harvard. Al final del día, parece que el único consejo útil para sobrevivir a las vacaciones en Brasil es llevar el dinero en un cinturón de seguridad, no perder de vista el visor del posnet y, sobre todo, dejar de fumar; no solo por su salud pulmonar, sino porque hoy en día el tabaco te puede costar, literalmente, hasta los ahorros de su jubilación anticipada.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
Un visitante fue víctima de una estafa de proporciones millonarias durante sus vacaciones en Río de Janeiro, Brasil, tras caer en la modalidad delictiva conocida como el “golpe de la maquinita”. Este tipo de fraude, según reportan las autoridades locales, se ha vuelto una práctica frecuente en las zonas turísticas más concurridas de la ciudad carioca, afectando principalmente a extranjeros desprevenidos durante transacciones menores.
La mecánica del engaño en Ipanema
El hecho ocurrió el pasado lunes en el emblemático Posto 9 de la playa de Ipanema, en momentos en que el turista disfrutaba de la jornada al aire libre. Según consta en la denuncia, un vendedor ambulante se aproximó para ofrecerle un paquete de cigarrillos por un valor de 55 reales. Al momento de proceder con el pago mediante una tarjeta con tecnología sin contacto, se activó un coordinado operativo de distracción.
Un segundo vendedor se acercó al turista e inició una conversación para desviar su atención del terminal de cobro. En ese breve lapso, los estafadores aprovecharon para ingresar en la terminal una cifra considerablemente superior a la acordada. La transacción final terminó siendo de más de 19.000 reales, una suma que equivale aproximadamente a 3.400 dólares.
Denuncia y estado de la investigación
Tras concretar la operación y percatarse del engaño momentos después, el turista solicitó asistencia inmediata a los agentes del Grupo de Apoyo a los Turistas de la Guarda Municipal. Los efectivos procedieron a acompañar al damnificado hasta la División de Asistencia al Turista (Deat), donde se radicó la denuncia formal por estafa, conforme a la información difundida por el sitio de noticias g1.
Hasta el momento, las autoridades brasileñas no han confirmado si los responsables del ilícito fueron identificados o detenidos. La investigación continúa en curso para determinar si existe una red organizada operando bajo esta modalidad en el sector de Ipanema y Copacabana. El “golpe de la maquinita” aprovecha la velocidad de las transacciones digitales y la falta de control visual de los usuarios sobre el monto ingresado en las pantallas de los dispositivos móviles de cobro.
Recomendaciones de seguridad para turistas
Ante la proliferación de estos casos, las autoridades consulares y policiales han emitido una serie de recomendaciones críticas para quienes se encuentren vacacionando en el exterior:
- Verificación rigurosa: Controlar siempre el importe que figura en la pantalla de la terminal de cobro antes de acercar la tarjeta o el dispositivo de pago.
- Control visual: No permitir que el vendedor oculte la terminal o la manipule fuera del campo visual del comprador.
- Desconfianza ante distracciones: Mantenerse alerta ante la presencia de terceras personas que intenten entablar conversación justo en el momento de la transacción financiera.
- Acción inmediata: En caso de ser víctima de una estafa, realizar la denuncia de inmediato en la dependencia policial local y contactar al banco emisor para intentar bloquear la operación o realizar el desconocimiento de la misma.
Bienvenidos a la temporada de verano, ese momento mágico del año donde el argentino promedio decide que su maltrecho bolsillo aguanta una escapada a Río de Janeiro, solo para descubrir que el verdadero peligro no es el sol de mediodía sin protector, sino el «Posto 9» de Ipanema. Allí, entre una caipirinha que tiene más hielo que alcohol y el sonido de las olas, nuestro protagonista decidió que era un excelente momento para comprar un paquete de cigarrillos. Lo que no sabía es que estaba a punto de adquirir, probablemente, el tabaco más caro en la historia de la humanidad, financiado involuntariamente por una «maquinita» que tiene más hambre de dólares que un arbolito de la calle Florida en plena corrida cambiaria.
El «golpe de la maquinita» es una coreografía perfecta, una pieza de ballet delictivo que haría llorar de emoción a los grandes estafadores de la historia. Mientras un vendedor te ofrece el producto con la sonrisa de quien acaba de ganar el Loto, un segundo «actor de reparto» aparece para darte charla, preguntarte de qué parte de Argentina sos o comentarte lo bien que juega Messi. Es en ese microsegundo de distracción, cuando tu guardia baja más rápido que el valor del peso, donde los 55 reales acordados se transforman mágicamente en 19.000. Sí, leyó bien: 3.400 dólares por un paquete de cigarrillos. A ese precio, uno esperaría que cada pitada le otorgara la inmortalidad o, al menos, le pagara las expensas del departamento en San Juan por lo que resta del siglo.
La situación es tan dantesca que ni siquiera el guionista más cínico de Netflix se atrevería a tanto. Imaginen la cara del pobre turista cuando, horas después, revisó el resumen de su tarjeta y vio un cargo que equivaldría a comprarse un auto usado o a financiar tres bodas y un funeral. Los delincuentes brasileños han elevado el arte del «posnetazo» a niveles estratosféricos. Ya no necesitan pasamontañas ni armas de fuego; les alcanza con un chip, un poco de labia y una víctima que todavía cree que la hospitalidad carioca es totalmente gratuita. Es el triunfo de la tecnología aplicada al despojo, donde el «contactless» pasa de ser una comodidad a ser la puerta de entrada para que tu cuenta bancaria quede más vacía que la heladera de un soltero un lunes a la noche.
Así que, querido viajero sanjuanino que planea pisar la arena de Ipanema: si un vendedor se le acerca con una sonrisa demasiado blanca y una maquinita de cobro, desconfíe hasta de su propia sombra. Si aparece un segundo sujeto para hablarle del clima, salga corriendo como si hubiera visto a un acreedor. En este mundo moderno, un descuido de tres segundos te puede costar lo mismo que un máster en Harvard. Al final del día, parece que el único consejo útil para sobrevivir a las vacaciones en Brasil es llevar el dinero en un cinturón de seguridad, no perder de vista el visor del posnet y, sobre todo, dejar de fumar; no solo por su salud pulmonar, sino porque hoy en día el tabaco te puede costar, literalmente, hasta los ahorros de su jubilación anticipada.