En una jornada de alta tensión institucional, el departamento de investigaciones federales allanó las oficinas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en el centro de la capital y el predio de entrenamiento de la selección nacional en Ezeiza. Los operativos se realizaron en el contexto de una causa que investiga presunta evasión fiscal y lavado de dinero a través de la empresa TourProdEnter, la cual mantenía contratos millonarios con la entidad rectora del fútbol local.
La diligencia judicial, que incluyó también el domicilio del propietario de la firma investigada y la prohibición de su salida del país, se suma a otros procedimientos recientes sobre la financiera Sur Finanzas. Desde la AFA, la conducción denunció ser víctima de una «campaña de difamación» y vinculó las acciones judiciales a una disputa comercial con un empresario, quien, según la entidad, cuenta «con la anuencia del gobierno nacional, más precisamente del ministro de Justicia, (Mariano) Cúneo Libarona».
El sistema paralelo detectado en Estados Unidos
A pesar de las denuncias de persecución política, el origen de la evidencia más contundente no se encuentra en los tribunales locales, sino en una investigación iniciada en la justicia federal de los Estados Unidos. A partir de una presentación realizada por el empresario Guillermo Tofoni, tres jueces norteamericanos autorizaron medidas de discovery que permitieron el acceso a registros de entidades como Bank of America, Citibank, JP Morgan y Synovus.
La documentación obtenida reveló la existencia de un complejo entramado financiero centrado en la sociedad TourProdEnter LLC, radicada en Florida. Entre 2022 y 2025, esta estructura —designada por la AFA como Agente Comercial Exclusivo para el Exterior— habría acumulado cerca de USD 300 millones. Los fondos provenían de contratos con sponsors internacionales de la Selección Argentina (incluyendo a Adidas), derechos de transmisión de la plataforma AFA Play y la organización de partidos amistosos en Asia, Medio Oriente y África.
Desvío de fondos y sociedades pantalla
La investigación pone el foco en el destino final de las divisas. Según los registros analizados, parte del dinero nunca ingresó a las arcas de la institución deportiva en Argentina. Los peritajes indican que aproximadamente USD 110 millones fueron girados a Adcap Uruguay Agente de Valores, para luego ser canalizados hacia vehículos financieros en las Islas Vírgenes Británicas.
Asimismo, se detectó el envío de USD 42 millones a cuatro sociedades radicadas en Florida: Soagu Services LLC, Marmasch LLC, Velp LLC y Velpasalt LLC. Los investigadores estadounidenses determinaron que estas firmas operan desde oficinas virtuales y no registran actividad comercial real ni empleados, lo que configura un indicio sólido de lavado de activos. Este avance judicial se produce en medio de la disputa política por la posible conversión de los clubes en sociedades anónimas deportivas, un modelo impulsado por el Poder Ejecutivo y rechazado categóricamente por la actual gestión de la AFA.
<p>La Justicia Federal allanó las sedes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en Buenos Aires y Ezeiza en el marco de una investigación por presunta evasión fiscal y lavado de dinero. El operativo surge tras el hallazgo en Estados Unidos de un presunto sistema de recaudación paralelo que habría desviado cerca de 300 millones de dólares mediante sociedades vinculadas a la institución deportiva.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Bienvenidos a una nueva edición de «Crónicas del Predio», ese reality show donde los campeones del mundo descubren que sus contratos tienen más escalas que un vuelo barato a Tailandia. Hoy, la calma de Ezeiza y el microcentro porteño se vio interrumpida no por un nuevo esquema táctico de Scaloni, sino por un esquema táctico de la Policía Federal y la Justicia, que decidieron allanar la AFA para buscar esos dólares que, según parece, se perdieron en el camino entre un sponsor de zapatillas y las cuentas oficiales. Resulta que en Estados Unidos —donde el Tío Sam no entiende de folclore futbolístico ni de «la nuestra»— descubrieron que había una caja paralela de unos 300 millones de dólares. Sí, leyó bien, 300 palos verdes que circulaban por sociedades con nombres tan genéricos que parecen generados por una inteligencia artificial con resaca, como TourProdEnter LLC. Porque en el fútbol argentino, si algo sobra, es creatividad, especialmente para que la plata no pase por el Banco Central.
Mientras el «Chiqui» Tapia ensaya su mejor cara de «yo no fui» y denuncia una campaña de difamación orquestada por el Gobierno nacional, la Justicia estadounidense abrió las cuentas de Bank of America y el JP Morgan como si fueran cajas de alfajores en un viaje de egresados. Lo que encontraron no fue precisamente el espíritu del deporte amateur, sino un desfile de sociedades pantalla en Florida y transferencias a las Islas Vírgenes Británicas que harían sonrojar a un pirata del siglo XVIII. Es fascinante observar cómo la AFA defiende con uñas y dientes que los clubes sigan siendo «asociaciones sin fines de lucro», mientras bajo la alfombra de la gestión se gestionan montos que harían que cualquier Sociedad Anónima Deportiva parezca una cooperativa escolar. La ironía es tan densa que se puede cortar con un cuchillo de asado: defienden el romanticismo del club de barrio desde oficinas en Miami, mientras la Justicia local intenta entender cómo 42 millones de dólares terminaron en firmas que no tienen empleados pero sí muchas ganas de recibir giros internacionales.
El nivel de sofisticación del esquema investigado es digno de un guion de película de espionaje, pero con olor a choripán y pasto recién cortado. Tenemos empresarios despechados, ministros de Justicia señalados y una red de financieras —con nombres que suenan a equipo de la Primera C como Sur Finanzas— que parecen ser el puente de plata hacia la felicidad fiscal. El redactor de esta nota, tras 48 horas de café frío y de leer documentos bancarios en inglés jurídico que harían llorar a un traductor público, solo puede concluir una cosa: si la Selección juega como se administran los fondos paralelos, el próximo Mundial lo ganamos por abandono del resto del planeta. Por ahora, el único «discovery» que festeja la AFA es el que le permite saber que, en el gran partido contra el fisco, el VAR acaba de pedir revisión y parece que el Chiqui está adelantado por varios millones de dólares.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
En una jornada de alta tensión institucional, el departamento de investigaciones federales allanó las oficinas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en el centro de la capital y el predio de entrenamiento de la selección nacional en Ezeiza. Los operativos se realizaron en el contexto de una causa que investiga presunta evasión fiscal y lavado de dinero a través de la empresa TourProdEnter, la cual mantenía contratos millonarios con la entidad rectora del fútbol local.
La diligencia judicial, que incluyó también el domicilio del propietario de la firma investigada y la prohibición de su salida del país, se suma a otros procedimientos recientes sobre la financiera Sur Finanzas. Desde la AFA, la conducción denunció ser víctima de una «campaña de difamación» y vinculó las acciones judiciales a una disputa comercial con un empresario, quien, según la entidad, cuenta «con la anuencia del gobierno nacional, más precisamente del ministro de Justicia, (Mariano) Cúneo Libarona».
El sistema paralelo detectado en Estados Unidos
A pesar de las denuncias de persecución política, el origen de la evidencia más contundente no se encuentra en los tribunales locales, sino en una investigación iniciada en la justicia federal de los Estados Unidos. A partir de una presentación realizada por el empresario Guillermo Tofoni, tres jueces norteamericanos autorizaron medidas de discovery que permitieron el acceso a registros de entidades como Bank of America, Citibank, JP Morgan y Synovus.
La documentación obtenida reveló la existencia de un complejo entramado financiero centrado en la sociedad TourProdEnter LLC, radicada en Florida. Entre 2022 y 2025, esta estructura —designada por la AFA como Agente Comercial Exclusivo para el Exterior— habría acumulado cerca de USD 300 millones. Los fondos provenían de contratos con sponsors internacionales de la Selección Argentina (incluyendo a Adidas), derechos de transmisión de la plataforma AFA Play y la organización de partidos amistosos en Asia, Medio Oriente y África.
Desvío de fondos y sociedades pantalla
La investigación pone el foco en el destino final de las divisas. Según los registros analizados, parte del dinero nunca ingresó a las arcas de la institución deportiva en Argentina. Los peritajes indican que aproximadamente USD 110 millones fueron girados a Adcap Uruguay Agente de Valores, para luego ser canalizados hacia vehículos financieros en las Islas Vírgenes Británicas.
Asimismo, se detectó el envío de USD 42 millones a cuatro sociedades radicadas en Florida: Soagu Services LLC, Marmasch LLC, Velp LLC y Velpasalt LLC. Los investigadores estadounidenses determinaron que estas firmas operan desde oficinas virtuales y no registran actividad comercial real ni empleados, lo que configura un indicio sólido de lavado de activos. Este avance judicial se produce en medio de la disputa política por la posible conversión de los clubes en sociedades anónimas deportivas, un modelo impulsado por el Poder Ejecutivo y rechazado categóricamente por la actual gestión de la AFA.
Bienvenidos a una nueva edición de «Crónicas del Predio», ese reality show donde los campeones del mundo descubren que sus contratos tienen más escalas que un vuelo barato a Tailandia. Hoy, la calma de Ezeiza y el microcentro porteño se vio interrumpida no por un nuevo esquema táctico de Scaloni, sino por un esquema táctico de la Policía Federal y la Justicia, que decidieron allanar la AFA para buscar esos dólares que, según parece, se perdieron en el camino entre un sponsor de zapatillas y las cuentas oficiales. Resulta que en Estados Unidos —donde el Tío Sam no entiende de folclore futbolístico ni de «la nuestra»— descubrieron que había una caja paralela de unos 300 millones de dólares. Sí, leyó bien, 300 palos verdes que circulaban por sociedades con nombres tan genéricos que parecen generados por una inteligencia artificial con resaca, como TourProdEnter LLC. Porque en el fútbol argentino, si algo sobra, es creatividad, especialmente para que la plata no pase por el Banco Central.
Mientras el «Chiqui» Tapia ensaya su mejor cara de «yo no fui» y denuncia una campaña de difamación orquestada por el Gobierno nacional, la Justicia estadounidense abrió las cuentas de Bank of America y el JP Morgan como si fueran cajas de alfajores en un viaje de egresados. Lo que encontraron no fue precisamente el espíritu del deporte amateur, sino un desfile de sociedades pantalla en Florida y transferencias a las Islas Vírgenes Británicas que harían sonrojar a un pirata del siglo XVIII. Es fascinante observar cómo la AFA defiende con uñas y dientes que los clubes sigan siendo «asociaciones sin fines de lucro», mientras bajo la alfombra de la gestión se gestionan montos que harían que cualquier Sociedad Anónima Deportiva parezca una cooperativa escolar. La ironía es tan densa que se puede cortar con un cuchillo de asado: defienden el romanticismo del club de barrio desde oficinas en Miami, mientras la Justicia local intenta entender cómo 42 millones de dólares terminaron en firmas que no tienen empleados pero sí muchas ganas de recibir giros internacionales.
El nivel de sofisticación del esquema investigado es digno de un guion de película de espionaje, pero con olor a choripán y pasto recién cortado. Tenemos empresarios despechados, ministros de Justicia señalados y una red de financieras —con nombres que suenan a equipo de la Primera C como Sur Finanzas— que parecen ser el puente de plata hacia la felicidad fiscal. El redactor de esta nota, tras 48 horas de café frío y de leer documentos bancarios en inglés jurídico que harían llorar a un traductor público, solo puede concluir una cosa: si la Selección juega como se administran los fondos paralelos, el próximo Mundial lo ganamos por abandono del resto del planeta. Por ahora, el único «discovery» que festeja la AFA es el que le permite saber que, en el gran partido contra el fisco, el VAR acaba de pedir revisión y parece que el Chiqui está adelantado por varios millones de dólares.