Elon Musk, conocido por sus múltiples roles como empresario y figura pública, ha sido desenmascarado en la escena de los videojuegos. Tras presumir de ser un jugador top en títulos como ‘Diablo IV’ y ‘Paths of Exile 2’, se reveló que utilizó trampas, incluyendo la ayuda de terceros para subir de nivel y compras de artículos con dinero real. Esta revelación ha generado críticas y decepción en la comunidad gamer, que tradicionalmente se había mostrado cercana al magnate, cuestionando su honestidad y la necesidad de alardear sobre logros no genuinos en el mundo virtual.
El ‘gamer’ fantasma: Elon Musk y su jugada tramposa en el mundo de los videojuegos
Elon Musk, el magnate que se pasea entre cohetes y tuits, ha sido objeto de la ironía digital. Resulta que el hombre que se jactaba de ser un as en los videojuegos, «su principal actividad de ocio», según sus propias palabras, parece tener una relación un tanto particular con la verdad en el mundo virtual. “Tengo 52 años, mis reflejos no son lo que eran, pero llevo toda la vida jugando a videojuegos”, declaró en noviembre de 2023, sugiriendo una destreza adquirida con años de práctica. Incluso llegó a mencionar que los videojuegos eran una forma de «calmar los demonios de su cabeza», una suerte de terapia digital para el CEO de Tesla.
Pero, como suele suceder en la era de internet, la verdad siempre termina por salir a la luz. Después de pavonearse de ser uno de los 20 mejores jugadores del mundo en ‘Diablo IV’, y alardear de su progreso en ‘Paths of Exile 2’, el magnate se encontró ante el escrutinio de la comunidad gamer. Los streamers, youtubers y demás habitantes del ciberespacio empezaron a sospechar algo cuando vieron los videos de Musk jugando. El runrún se hizo viral, desatando una ola de videos con títulos poco halagadores como “Elon Musk miente sobre ser bueno a los videojuegos”.
La confesión inesperada y el uso de las trampas
La bomba explotó cuando un youtuber de baja alcurnia, NikoWrex, «amigo» de Musk según sus propias palabras, reveló una conversación privada en X con el magnate. En ella, Musk admitía sin tapujos haber usado dos tipos de trampas: por un lado, otros «pilotos» subían su cuenta de nivel y, por otro, compraba armas y servicios con dinero real, una práctica conocida como RMT (Real Money Trading). En pocas palabras, como si el señor Musk presumiera de correr una maratón cuando en realidad un corredor profesional llevara su reloj con registro de tiempo y él solo corriera unos metros al final. Una escena digna de una tira cómica.
“Es imposible ganar a los jugadores sobre todo de Asia si no lo haces [trampas], igual que hacen ellos”, se justificó Musk ante NikoWrex. Además, aclaró que él era la persona que jugaba en los videos que subía. Acá es donde la cosa se pone turbia. El asunto, según NikoWrex, es que Musk juega bien y bastante, pero no lo suficiente como para alcanzar los niveles con los que se mostraba en público. Un caso de «quiero, pero no puedo», en versión digital. Las trampas en juegos complejos son, por supuesto, una práctica extendida, aunque no se admitan a viva voz.
Músculos digitales y la doble moral
El desconcierto de la comunidad gamer con Musk es un asunto que va más allá de una mera discusión de juego. Este grupo, tradicionalmente cercano a figuras como Musk y Trump, se caracteriza por su pasión por la honestidad y una antipatía por ciertos discursos progresistas. La doble moral de Musk, primero haciendo trampa y luego no admitiéndolo, ha generado un mar de críticas. “Imagínate ser el hombre más rico del mundo, tener acceso directo al próximo presidente y aún así ser uno de los mayores perdedores de internet”, es uno de los comentarios que resumen el malestar generalizado. Otros señalan la humillación de ver que Musk, con su poderío económico, «discuta y pierda» contra streamers que tienen como proeza haber usado una rata muerta como despertador .
La decepción se basa en dos pilares: la pregunta obvia de cómo una persona aparentemente tan ocupada encuentra tiempo para ser uno de los mejores en un videojuego, y el cuestionamiento de por qué era necesario engañar sobre algo tan banal. Si mintió con los videojuegos, ¿con qué más estará mintiendo? La duda queda sembrada.
Zach Asmon, conocido como «Asmongold», un streamer popular, ha sido uno de los principales críticos de la conducta de Musk, generando una serie de videos al respecto. En respuesta, Musk publicó, y luego borró, una vieja conversación privada con él, en una muestra de represalia poco profesional. Asmon incluso alega que le retiraron el check azul y una etiqueta de gaming en X. Asmongold lo resumió así “No podes hacer esto delante de todos y esperar que la gente diga que el emperador lleva un traje nuevo, no podes hacerlo porque convertís a todos en cómplices de una mentira obvia”.
El asunto de los videojuegos va más allá. Es un ejemplo más de la necesidad de Musk de recibir elogios, incluso en áreas donde el reconocimiento es inmerecido. El actor Duncan Trussell, por ejemplo, no dudo en mencionar en un espacio de Joe Rogan que Musk es “El mejor jugador de Diablo del mundo.” Y Rogan le respondió que era “tan improbable que si fuera una película diría: ‘¡Anda ya! No puede ser el número 1 en Diablo. No me importa lo listo que sea con cohetes, coches eléctricos, satélites que dan internet, túneles bajo tierra, que sea dueño de X, y encima esté tuiteando 48 veces por hora’”.
Ahora que Musk ha admitido sus trampas, surgen las preguntas sobre esas frases grandilocuentes. Ya hay presuntos fans declarando su decepción en las redes, como uno que dijo: «Siempre he sido fan de Elon, y creo que mucho de lo que dicen los medios en su contra ha sido injusto o engañoso. Ha hecho muchas cosas buenas para la sociedad. Pero esta historia de que mintió diciendo que era un gamer “top 20″ mientras tenía a alguien subiéndole la cuenta me está afectando mucho”. Mientras el magnate intenta esquivar la polémica, aprovechando la juramentación de Trump para desviar la atención, el debate sobre su honestidad sigue latente.