Racing Club venció a Barracas Central en un partido donde individualidades fueron clave. Arias salvó el arco, Vietto brilló con un golazo y asistencia, y Martínez y Balboa sellaron la victoria. Hubo debut destacado de Ignacio Rodriguez y cambios acertados de Costas. Sin embargo, Di Cesare sufrió en la marca y algunos jugadores mostraron imprecisiones.
24/01/2025 19:52hs.
En una noche que tuvo de todo, Racing superó a Barracas Central con un 3-1 que dejó más preguntas que respuestas. Sí, ganaron, sí, hay que festejar, pero ¿cómo jugó cada uno de los muchachos de Costas? Aquí, un análisis sin casete, para que vos, hincha futbolero, te armes tu propia opinión.
Arias, el Santo bajo los tres palos
Empecemos por el arquero, Gabriel Arias. El tipo fue fundamental con esa atajada mano a mano a Bruera, porque, seamos sinceros, de ahí nació el segundo gol de Racing. Y no solo eso, el gol de Barracas llegó después de dos tapadones, uno a Tapia y otro a Insua. ¿Qué más le podés pedir al arquero? Que te salve, y él lo hizo, una y otra vez.
Pero no todo fue color de rosa. Marco Di Cesare tuvo una noche floja en el uno contra uno. No estuvo fino y dejó un pase corto hacia atrás que casi termina en el segundo gol de Barracas. Antes, el Perrito Barrios le hizo un cañito de aquellos, una jugada que hizo levantar a más de uno con cara de: «¡uff, qué noche papa!».
Sosa y García Basso: la dupla central con claroscuros
Santiago Sosa, por su parte, mostró un buen primer pase y claridad en la salida. En la segunda parte, se animó más en ataque y hasta asistió a Maravilla Martínez en el segundo gol. El tipo estuvo bien plantado, aportando solidez. Agustín García Basso también tuvo su cuota de protagonismo. Le robó una pelota clave a Bruera y evitó un remate peligroso. Ojo, que por momentos se lo vio impreciso en los envíos largos, pero mejoró con el correr de los minutos.
En los laterales, Gastón Martirena no pudo desequilibrar con su pegada, pero mandó un buen centro atrás. Jugó casi todo el partido en campo contrario, demostrando que el equipo propuso durante buena parte del partido. Juan Ignacio Nardoni, con su despliegue incansable en la recuperación, aportó la fuerza física de siempre. Pero en ofensiva, se quedó en el debe. Le faltó un poco mas de chispa. Agustín Almendra, por su parte, fue de menor a mayor, participó bastante en el juego, pero le faltó un poco de precisión en los pases hacia adelante, algo que un jugador de su talla debería tener.
Y acá aparece la figura de la noche, Ignacio Rodríguez. En su debut como titular, ¡el pibe la rompió! Se mandó al ataque como si fuera un veterano, desbordó cada vez que quiso y mandó centros peligrosos. Para ser un puesto desconocido, demostró una solvencia tremenda. El gran acierto de Costas. Si señor.
Luciano Vietto, el conductor del equipo, metió un golazo de tiro libre y manejó los tiempos con inteligencia. Si, ¡Golazo!, esos que se festejan con rabia, que se gritan hasta quedar afónico. Vietto demostró toda su jerarquía, y demostró que puede tomar la batuta en este racing. Mientras tanto Maximiliano Salas, a pesar de su sacrificio, no estuvo fino en las terminaciones de las jugadas por la izquierda.
Adrián Martínez, el «Maravilla», apareció en el momento justo y marcó el 2-1 con un golazo de aquellos, control con la rodilla y definió como un goleador nato. Adrián Balboa entró y liquidó el partido con un gol de palomita, esas que te hacen levantar de la silla y gritar como un loco. Martín Barrios, que también entró desde el banco, recuperó una pelota fundamental sobre el final del partido. Matías Zaracho tuvo precisión quirúrgica en un centro a Balboa en el tercer gol, mientras que Nazareno Colombo, que entró por la molestia de García Basso, bloqueó un remate que iba al arco. Santiago Quirós, tuvo poca participación.
Gustavo Costas, el técnico, puso un equipo con hambre y acertó con el ingreso de Nacho Rodríguez. Los cambios de Zaracho y Balboa fueron fundamentales para el tercer gol. Costas demostró que es un estudioso y que le pone la suficiente atención a cada detalle.
En resumen, Racing ganó, gustó y, lo más importante, sumó tres puntos. Pero más allá del resultado, hay cosas para analizar y mejorar. En una cancha donde muchas veces se juega con el corazón, algunos jugadores de Racing dejaron más corazon que buen futbol, y otros demostraron tener la cabeza fría y ser determinantes cuando el equipo lo necesitaba. Ya nos volveremos a encontrar para analizar que pasó en este Racing, un equipo que promete no dejar indiferente a nadie.