San Lorenzo finalmente encontró a su arquero en casa. Tras un mercado de pases movido y con nombres rutilantes sonando en Boedo, el paraguayo Orlando Gill, quien ya estaba en el club, se quedó con el puesto y tuvo un debut soñado ante Talleres. Fue figura y clave en la victoria por 1-0, demostrando que a veces, la solución está más cerca de lo que uno cree.
25/01/2025 19:32hs.
La búsqueda del arquero en San Lorenzo fue una novela digna de un culebrón entre Showmatch y una final de Libertadores. Tras la ida de Chila Gómez y la lesión de Facundo Altamirano, en Boedo se desató una cacería de guardametas. Desde nombres que sonaban a Europa como el neerlandés Noppert y el francés Lecomte, hasta un exótico Keylor Navas que, al final, terminó firmando en el Parque de la Independencia con Newells. ¡Un verdadero bochinche!
Pero al final, como suele pasar en el fútbol argentino, la solución estaba en el patio de casa. Orlando Gill, ese arquero paraguayo que andaba por la reserva, convenció a Miguel Ángel Russo y a la dirigencia con sus actuaciones en la pretemporada. «Firmamos la compra del 50% del pase a San Lorenzo de Paraguay. Hubo charlas con Keylor Navas pero al final tomamos la decisión institucional de apostar por Orlando», declaró Marcelo Moretti, dejando en claro que la billetera no está para tirar manteca al techo y que es momento de apostar por los pibes que vienen de abajo. Y en el debut oficial, ante Talleres, el muchacho la rompió toda, dándole la razón a quienes confiaron en él.
Gill, la muralla paraguaya que silenció a Talleres
El partido ante Talleres fue un verdadero «mano a mano» entre Gill contra el resto del equipo cordobés. El paraguayo fue la gran figura de un San Lorenzo que, más allá del gol de Vombergar, dependió de su arquero para aguantar la embestida de la «T». En el primer tiempo, ya se había mostrado sólido, pero en el complemento se transformó en un verdadero muro. Mientras Talleres presionaba, Gill atajaba y atajaba, negando todas las oportunidades.
Una de sus atajadas más destacadas fue un bombazo de Nahuel Bustos al primer palo que sacó con una mano, dejando a todos con la boca abierta. «Fue la más difícil, junto con la del primer tiempo que se me movió», reconoció Gill después del partido, con la tranquilidad de un campeón del mundo. ¡Un verdadero crack!
El gran nivel de Gill en la pretemporada hizo que se ganara su lugar (Foto: Prensa San Lorenzo).Un debut soñado y un futuro prometedor
Pero la cosa no quedó ahí, Gill no sólo se lució con sus nueve atajadas, sino que también fue clave en el gol de San Lorenzo. Una salida suya al borde del área para cortar un pelotazo a Rick, generó el contraataque que terminó con el golazo de Vombergar. Como diría el Bambino Veira, «este pibe tiene futuro».
Además, con el 1-0 a su favor, el arquero siguió demostrando seguridad, cortando centros y haciendo correr el reloj con mucha autoridad. Incluso, evitó un gol en contra de Herrera sobre el final del encuentro. Gill cerró su debut con puntaje ideal, cumpliendo un «sueño» según sus propias palabras. «Trabajé día a día y gracias a Dios hoy me tocó el debut». Y ya se ilusiona con el futuro, a pesar de las bajas que tuvo San Lorenzo. «Este equipo está para grandes cosas. Trabajamos mucho en los entrenamientos, en la pretemporada y hoy lo demostramos en la cancha».
El arquero tuvo nueve tapadas ante Talleres (Prensa San Lorenzo).Así las cosas, San Lorenzo tiene arquero para rato y la novela que comenzó con la búsqueda de un guardameta de renombre, terminó con un capítulo feliz para un jugador de la casa, de esos que se ganan el puesto en el día a día y defienden el arco como si fuera el último partido de su vida. Y es que al final, a veces lo más importante es tener la seguridad de un arquero que para el Club y se banque la presión, para ganarse el aplauso del público y el respeto de todos. Y Orlando Gill, parece que tiene pasta para eso.
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