Maxi Meza encendió las alarmas en River tras un golpe ante Instituto, pero los estudios descartaron gravedad. Ahora, es duda para el clásico contra San Lorenzo. Además, Enzo Pérez, Acuña y Lanzini podrían descansar por precaución. El calendario apremia y Gallardo deberá hilar fino para armar el equipo.
Cuando el cartel electrónico del cuarto árbitro se encendió, mostrando el número 8 y los 39 minutos del primer tiempo, más de un hincha de River habrá sentido un escalofrío. Maxi Meza, el volante que llegó para darle un salto de calidad al equipo, pedía el cambio tras un choque con un jugador de Instituto. No es para menos, el ex Independiente se retiró con hielo en la rodilla izquierda, esa zona que le viene dando dolores de cabeza por su tendinitis rotuliana. Aunque el cuerpo médico calmó las aguas, afirmando que el traumatismo no revistió gravedad, el jugador se sometió a estudios para confirmar el diagnóstico, dejando en vilo a Marcelo Gallardo y a la hinchada.
Afortunadamente, los resultados arrojaron buenas noticias: Meza no sufrió una lesión de gravedad. Un alivio, sin duda, en medio de un calendario apretadísimo. Pero la sonrisa del Muñeco no es completa. La presencia de Meza en el clásico del domingo contra San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro es ahora una incógnita. ¿Llegará? Esa es la pregunta que todos se hacen en Núñez.
¡El drama de la rodilla!
El #8 de River viene arrastrando una inflamación en el tendón rotuliano de su rodilla izquierda desde el tramo final de la pretemporada en San Martín de los Andes. Sin embargo, jugó en los amistosos contra la U de Chile y México, y en los partidos por los puntos ante Platense e Instituto. Una muestra de carácter, sí, pero al mismo tiempo una señal de que hay que tener cuidado. Ahora, el volante se encuentra bajo la lupa, con sesiones de kinesiología y entrenamientos diferenciados. En la práctica de este viernes se verá su evolución final, y ahí el cuerpo técnico decidirá si viaja al Gasómetro con un tratamiento de rehabilitación intensivo o directamente se lo guarda para evitar una lesión mayor.

La situación de Meza nos recuerda a esas novelas de suspenso, donde uno no sabe qué va a pasar hasta el último capítulo. A Gallardo le gusta este tipo de incertidumbre, pero a los hinchas, que sufren como si fueran Eber Ludueña en el 78, no nos gustan tanto estos sobresaltos.

¿Y los otros cracks?
Pero la cosa no termina ahí. El calendario apremiante también obliga a tomar decisiones con otros jugadores. Enzo Pérez, Acuña y Lanzini son futbolistas que merecen un cuidado especial. El mendocino jugó 164 minutos en las dos primeras fechas del torneo Apertura, a sus casi 39 años, y no tiene un reemplazante natural en su puesto. Acuña viene de jugar los 180 minutos del torneo, más 90 en amistosos, y tiene antecedentes de lesiones que lo obligan a ser cauteloso. Y Lanzini, uno de los mimados del Muñeco, acumula 149 minutos en el torneo, más los partidos amistosos. ¿Descansarán algunos de ellos ante San Lorenzo? Veremos que decide el equipo técnico de Gallardo.
Esta situación pone a prueba el ingenio del entrenador, que deberá equilibrar la necesidad de ganar con la de cuidar a sus jugadores. Y así, el fútbol argentino sigue sumando capítulos llenos de emociones, lesiones y decisiones polémicas. Algo que, al final, nos encanta a todos.