Escándalo en Mendoza: Agresión a un línea suspende el Godoy Cruz – Talleres

La tarde prometía fútbol, goles y emociones en el Malvinas Argentinas, pero terminó con una imagen que nos avergüenza a todos los que amamos este deporte: la agresión cobarde a uno de los jueces de línea. El partido entre Godoy Cruz y Talleres, válido por la fecha 11 de la Liga Profesional, se vio interrumpido cuando un proyectil impactó en la cabeza del asistente, desatando la furia y la posterior suspensión del encuentro.

El hecho, lamentable desde donde se lo mire, ocurrió en el segundo tiempo, cuando el partido ya estaba caliente y las pulsaciones a mil. Un proyectil, que algunos dicen que era una piedra y otros una botella, voló desde la tribuna y golpeó al línea, quien cayó al piso conmocionado. Inmediatamente, el árbitro principal, Fernando Rapallini, detuvo el juego y, tras constatar la gravedad de la situación, decidió suspenderlo definitivamente.

## ¿Qué pasó realmente en la tribuna?

Las imágenes hablan por sí solas. La violencia, una vez más, se adueñó de una cancha de fútbol. Pero, ¿qué lleva a una persona a cometer semejante acto? ¿Es solo pasión desmedida o hay algo más detrás? Las respuestas, seguramente, son complejas y multifactoriales.

Lo cierto es que la agresión al línea no solo perjudicó a Godoy Cruz, que seguramente recibirá una dura sanción, sino que también empañó la fiesta del fútbol y puso en tela de juicio la seguridad en los estadios argentinos. ¿Cómo es posible que sigan entrando proyectiles a las canchas? ¿Dónde están los controles?

## Las consecuencias del papelón

Ahora, la pelota está en manos del Tribunal de Disciplina de la AFA, que deberá determinar las sanciones correspondientes. Se habla de quita de puntos, partidos a puertas cerradas y hasta la clausura del estadio Malvinas Argentinas. Pero, ¿serán suficientes estas medidas para erradicar la violencia de las canchas?

Algunos, como el ex árbitro Javier Castrilli, ya salieron a pedir mano dura. «Hay que ser implacables con los violentos. No podemos permitir que sigan arruinando el fútbol», sentenció en su cuenta de Twitter.

La realidad es que este episodio nos obliga a reflexionar como sociedad. No podemos seguir tolerando que unos pocos inadaptados, que claramente no representan a la mayoría de los hinchas, sigan tomando por asalto el fútbol argentino. Es hora de ponerle un freno definitivo a la violencia y de recuperar la pasión por el juego limpio. Porque, al fin y al cabo, el fútbol es solo un deporte, una excusa para juntarnos, disfrutar y compartir. Y nada justifica que termine de esta manera.