Internet «roto»: ¿Hay solución a la crisis digital?

Redacción Cuyo News
6 min
Cortito y conciso:

Ben Tarnoff, en su libro «Internet para la gente», nos invita a repensar quién controla las tuberías de internet y cómo podríamos construir un futuro digital más democrático. El autor critica el modelo actual dominado por gigantes tecnológicos y aboga por alternativas comunitarias donde los usuarios sean ciudadanos digitales activos en la gestión de la red.

¿Internet se rompió? ¿Y ahora quién podrá defendernos? Un interrogante que resuena cada vez más fuerte en la era digital, especialmente cuando vemos cómo las grandes corporaciones tecnológicas parecen tener más poder que algunos gobiernos. Ben Tarnoff, escritor especializado en tecnología, plantea este dilema en su libro «Internet para la gente», un ensayo que bucea en los orígenes de la red y propone un cambio radical en la forma en que la entendemos y la gestionamos.

Tarnoff no se anda con chiquitas: pone el dedo en la llaga de la propiedad de la infraestructura que hace posible internet. Desde sus inicios como proyecto financiado por el gobierno estadounidense hasta el presente dominado por los pulpos tecnológicos, el autor nos invita a reflexionar sobre quién tiene el control y cómo esto afecta nuestras vidas.

Pero el libro no se queda en la crítica. Tarnoff también presenta alternativas, experiencias y laboratorios donde se están ensayando otros modelos de diseño, propiedad y gobernanza de las redes. La idea es clara: que las personas que utilizamos a diario esta tecnología participemos activa y democráticamente en su gestión y desarrollo. ¿Será posible?

## ¿Ciudadanos digitales o simples usuarios?

«Como usuarios, nuestras competencias en Internet se conciben desde un rol pasivo», señala Tarnoff. «Esto constriñe nuestra capacidad de imaginar qué relación podríamos tener con la esfera digital». El autor propone hablar de «gente» en lugar de «usuarios» para fomentar un sentido de ciudadanía digital, una colectividad política que pueda influir en las decisiones que afectan a la red.

Y es que, según Tarnoff, las palabras que utilizamos para describir nuestro entorno digital están politizadas a favor de la industria. «Me pregunto qué pasaría si nosotros hiciéramos lo mismo desarrollando metáforas diferentes», desafía.

### Infraestructura invisible, poder concentrado

Las «tuberías» de internet, esa infraestructura que hace posible la conexión, suelen pasar desapercibidas hasta que llega la factura. Pero, según Tarnoff, es crucial prestarles atención porque facilitan importantes concentraciones de poder. «En Estados Unidos tenemos algunas de las tarifas más altas del mundo para uno de los peores servicios de banda ancha, por lo concentrado que está el mercado», denuncia.

La pregunta que surge es inevitable: ¿debería el Estado garantizar el acceso universal a internet? Para Tarnoff, la respuesta es un rotundo sí. «Una conexión segura de alta calidad y de alta velocidad es una condición básica para poder participar en la sociedad moderna», afirma. Algo que quedó crudamente expuesto durante la pandemia, cuando muchas personas tuvieron que conectarse a la red desde estacionamientos para acceder a servicios básicos.

## Redes comunitarias: ¿la solución?

Tarnoff destaca el ejemplo de las redes comunitarias, como las cooperativas rurales de Dakota del Norte, que ofrecen mayor velocidad a menor costo que los gigantes monopolísticos. «Pero, sobre todo, consiguen introducir la participación democrática en sus operaciones diarias», subraya.

En Cataluña, por ejemplo, existe [Guifi.net](http://guifi.net/), una red gestionada democráticamente por sus miembros. ¿Podrían estos modelos ser la clave para un internet más justo y equitativo?

Sin embargo, el autor reconoce que existen problemas profundos de base. «En el caso de Estados Unidos, la dificultad de construir espacios online democráticamente gobernados tiene que ver con el ocaso de la vida asociativa, los clubes, la vida cívica, la caída de los sindicatos, de las asociaciones de vecinos…», explica. Un vacío que, sumado al aumento del aislamiento social, dificulta la cohesión necesaria para impulsar este tipo de iniciativas.

### Más allá de la regulación: imaginación y experimentación

La regulación del sector puede ser útil, pero Tarnoff cree que es necesario ir más allá. «El objetivo sería la creación entidades de propiedad pública o cooperativas que incluyan los principios de la participación democrática en sus operaciones diarias y comiencen a asumir ciertas funciones de nuestra esfera digital que actualmente desempeñan grandes grupos con ánimo de lucro», propone.

Para lograrlo, es necesario, según el autor, «expandir nuestra imaginación respecto a cómo utilizar las palancas del sector público para conseguir presupuestos, subsidios, reducciones de impuestos y demás con las que cultivar la proliferación de este sector alternativo». Un sector que, según Tarnoff, «no va a suceder por sí solo, necesita de apoyos».

En definitiva, «arreglar los problemas de Internet es un reto de imaginación», concluye Tarnoff. «Creo fervientemente en el poder político de la imaginación, pero esta no ocurre dentro de la mente de un individuo aislado en su habitación. En su mayor expresión, la imaginación es una práctica colectiva». Una práctica que, según el autor, es esencial para construir un futuro digital más democrático y justo para todos. El debate está abierto.

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