06/02/2025 22:07hs.
Independiente vive un despertar futbolístico de la mano de Julio Vaccari, encadenando tres victorias consecutivas en el Apertura. Este buen momento alimenta la ilusión de pelear en todos los frentes. El equipo, en plena reconstrucción, se prepara para un examen de fuego: visitar a River en el Monumental, donde buscará romper una sequía de 15 años sin victorias.
El Rojo está enchufado. Tres triunfazos al hilo en el arranque del Apertura –Sarmiento (2-1), Talleres (3-2) y Gimnasia (2-0)– y la hinchada ya anda sacando cuentas. ¿Será este el año? Los jugadores, claro, se prenden en la movida y se entusiasman con dar batalla en cada torneo. En Avellaneda se respira otro aire, uno que hacía rato no se sentía. Todavía es un equipo en formación, sí, pero la mano de Julio Vaccari se nota, y mucho.
¿Vaccari, el nuevo Pastoriza?
A casi ocho meses de su llegada, el técnico le imprimió su sello a un equipo que este sábado se juega una parada brava ante River. Quieren cortar esa racha de 15 años sin alegrías en el Monumental. Algunos dirán que es un River en transición, pero ojo, que los de Gallardo siempre son hueso duro de roer. La pregunta es: ¿está este Independiente a la altura? Y acá viene lo picante: hace unos meses, nadie daba dos pesos por el Rojo. Hoy, con Vaccari al mando, parece tener las armas para dar pelea.
En una entrevista, el periodista le consultó si le temblaban las piernas ante un rival plagado de figuras, el técnico respondió: “¿Me estás jodiendo?”. Palabra más, palabra menos, Vaccari dejó claro que confía en su equipo. Y esa confianza, señores, se contagia.

Julio Vaccari, feliz por el presente de su equipo. (Foto: Maxi Failla)
Del caos institucional al proyecto serio
Después de años de andar a los tumbos, Vaccari agarró el timón y trazó un camino con sensatez. Armó un proyecto acorde a las posibilidades del club, con una política de scouting aceitada. Además, no le tembló el pulso para poner orden interno, marcando la cancha ante cualquier indisciplina. Y lo más importante: convenció a los jugadores de que, con trabajo y ambición, se pueden dejar atrás los tiempos de tormenta. Independiente quiere volver a ser Independiente. Y, por lo visto, va por buen camino. Como diría el Bambino Veira, «la esperanza es lo último que se pierde».

Ávalos, Loyola y Tarzia festejan un gol en el 2-0 ante Gimnasia. (Foto: Maxi Failla)