Donald Trump firmó un decreto para eliminar los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) del gobierno federal, argumentando discriminación contra ciertos grupos. La medida desató un debate nacional sobre el rol y la efectividad de estos programas, con críticas que los tildan de «antiestadounidenses» y defensores que los consideran esenciales para crear lugares de trabajo justos.
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En una movida que no sorprendió a nadie, pero que sí encendió la pradera, el ex-presidente Donald Trump firmó un decreto que le pone la cruz a los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en el gobierno federal. ¿Se acabó la fiesta de la inclusión o es una movida más para polarizar? La pregunta queda flotando en el aire, mientras el debate se recalienta como la pava del mate.
Desde el 2023, hay 81 proyectos de ley apuntando a los DEI en universidades de 28 estados, según el Chronicle of Higher Education. Ocho ya son ley en estados como Texas y Florida, ¿será que el «sueño americano» está cambiando de color? El debate está que arde.
### Definición de las tres virtudes: diversidad, equidad e inclusión
Según los expertos, la diversidad es «aceptar las diferencias», la equidad es «tratar a todos de manera justa» y la inclusión es «respetar la voz de todos». Ahora, cómo se traduce eso en la jungla de los negocios y la política, es otro cantar.
Daniel Oppong, fundador de The Courage Collective, dice que estos programas nacieron porque las minorías no tenían las mismas chances laborales, algo que suena bastante lógico, ¿no?
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La cosa viene de lejos. En los años 60, con el movimiento por los derechos civiles a flor de piel, se prohibió la discriminación laboral. Pero después, con Reagan, la cosa se enfrió un poco. Y ahora, con Trump, parece que estamos dando otro volantazo.
¿Será que la «corrección política» se fue de mambo o simplemente estamos volviendo a un terreno más «neutral»? Nadie tiene la bola de cristal, pero lo cierto es que la discusión está servida.
Dicen que las empresas que no se la juegan por la diversidad, pierden. Kelly Baker, de Thrivent, lo pone así: «La diversidad está relacionada con nuestra estrategia de crecimiento empresarial». ¿Será puro marketing o una convicción genuina? El tiempo dirá.
### El campo universitario, foco de tormentas
Mientras tanto, los campus universitarios se convirtieron en el ring de boxeo de este debate. La Universidad de Florida ya le bajó la persiana a su oficina de Diversidad, siguiendo las órdenes de la Junta de Gobernadores. ¿Se viene una purga ideológica en las aulas?
Ella Washington, de Georgetown, alerta que prohibir los DEI impide que los estudiantes estén listos para el mundo real. «Creo que mucho de esto es miope y tiene motivaciones políticas», dispara. ¿Será que algunos legisladores quieren borrar la historia o simplemente tienen otra visión de cómo construir el futuro?
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Los críticos dicen que los DEI son discriminatorios y perjudican a los blancos. Christopher Rufo, del Manhattan Institute, los tilda de «programas políticos» que usan la plata de los contribuyentes para promover una «ortodoxia partidista». Polémico, como siempre.
Por otro lado, Mark Cuban, el dueño de los Dallas Mavericks, salió a defender los DEI como algo bueno para las empresas y sus empleados. «Tener una fuerza laboral diversa y representativa de sus partes interesadas es bueno para los negocios», afirma. ¿A quién le creemos?
La realidad es que este debate no es nuevo y seguramente nos acompañará por un buen rato. Lo importante es no caer en simplificaciones ni en discursos de odio. Y, sobre todo, entender que la diversidad no es una moda pasajera, sino una realidad que llegó para quedarse. ¿O no?